El estudio lo hicieron en la Universidad Nacional y estuvo coordinado por una lingüista y magister en Neurociencias, que asegura que los mitos generan la posibilidad de pensar de forma distinta, uniendo ideas inconexas para crear historias diferentes y novedosas.
Por medio de talleres de escritura de mitos se buscó potencializar el pensamiento creativo en estudiantes universitarios, quienes compusieron un relato de tema libre demostrando el aumento en la creatividad verbal.
Silvia Angélica Puertas Céspedes, lingüista y magíster en Neurociencias de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), indagó en un estudio piloto si por medio de la escritura de mitos se producían modificaciones, mejorías o cambios en el pensamiento creativo de las personas.
Para esto, llevó a cabo un taller de escritura de mitos con los integrantes del Grupo de Estudios Mitológicos Quirón de la U.N., a quienes se les aplicó como pretest la Evaluación Multifactorial de la Creatividad (EMUC ), para evaluar su creatividad verbal, visomotora y aplicada.
“La creatividad aplicada es la que se manifiesta en las situaciones contingentes de la vida, que requieren darle usos diferentes a instrumentos u objetos convencionales”, detallo la lingüista Puertas.
Se evaluaron variables como la flexibilidad –qué tan divergente es el pensamiento-, la originalidad –que tan novedoso es lo que hace la persona en determinada situación- y la fluidez –qué tantas ideas se producen-.
Junto con la prueba a cada participante se le entregó un cuestionario para explorar las principales inquietudes que tenían sobre el taller, indagando sobre sus expectativas, sus conocimientos previos, además se les pedía autoevaluar su creatividad en una escala numérica del 1 al 10.
Luego se hicieron siete sesiones de aproximadamente dos horas, cada una, en las que se buscó estimular todos los tipos de creatividad para ver cuáles presentaban cambios.
En la primera sesión se expusieron las características generales del mito y las diferencias entre varios tipos de relatos. En las siguientes sesiones se explicaron diversos aspectos como la focalización narrativa, los tipos de narrador, y los participantes iniciaron la escritura de su propio mito.
El tema era libre, cada persona podía construir la historia y los personajes como quisiera. Las siguientes sesiones fueron sobre espacio, y tiempo narrativo, entre otros temas; incluso se hicieron asesorías personalizadas a los participantes en el marco de la escritura de los textos.
En la última sesión cada participante realizó una ilustración como representación gráfica de su mito, y por último se aplicó el test inicial para comparar con los resultados obtenidos previamente.
Al realizar la confrontación de las respuestas se encontró un incremento significativo en el desempeño de los participantes. “Aumentó principalmente la creatividad verbal en un 29 % seguida por la creatividad aplicada en un 17 %. La variable que presentó el principal aumento entre el pretest y el postest fue la flexibilidad verbal con un 31 %”, confirmó la magíster Puertas.
Al comparar los resultados del cuestionario de autopercepción con los del pretest, se encontró que, curiosamente, quienes se consideraban más creativos antes de iniciar el taller tuvieron un menor desempeño en la prueba, mientras que quienes se consideraban menos creativos puntuaron más alto.
La magíster explica que se usaron mitos en la investigación ya que con ellos se puede potencializar la capacidad de crear historias. Estos relatos en su origen están enmarcados en la sacralidad y se relacionan con los ritos de diferentes colectivos humanos, están insertos dentro de la tradición oral y brindan explicaciones a los fenómenos con los que las personas se enfrentan a diario.
El mayor aporte de los talleres está en enseñarles a las personas a tener divergencia de ideas. Los mitos generan la posibilidad de pensar de forma distinta, uniendo ideas inconexas para crear historias diferentes y novedosas.
“Se considera que el adulto ya está formado y no tiende a mejorar o a cambiar su creatividad, pero es un sesgo que no debe mantenerse, porque con este ejercicio se demostró que sí es posible”, concluyó.
Luego de este estudio piloto se realizó el mismo ejercicio con niños en edad escolar. Se recomienda seguir investigando sobre herramientas literarias para estimular del pensamiento creativo, con alternativas que comúnmente se usan en el área educativa.
El estudio lo hicieron en la Universidad Nacional y estuvo coordinado por una lingüista y magister en Neurociencias, que asegura que los mitos generan la posibilidad de pensar de forma distinta, uniendo ideas inconexas para crear historias diferentes y novedosas.
Por medio de talleres de escritura de mitos se buscó potencializar el pensamiento creativo en estudiantes universitarios, quienes compusieron un relato de tema libre demostrando el aumento en la creatividad verbal.
Silvia Angélica Puertas Céspedes, lingüista y magíster en Neurociencias de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), indagó en un estudio piloto si por medio de la escritura de mitos se producían modificaciones, mejorías o cambios en el pensamiento creativo de las personas.
Para esto, llevó a cabo un taller de escritura de mitos con los integrantes del Grupo de Estudios Mitológicos Quirón de la U.N., a quienes se les aplicó como pretest la Evaluación Multifactorial de la Creatividad (EMUC ), para evaluar su creatividad verbal, visomotora y aplicada.
“La creatividad aplicada es la que se manifiesta en las situaciones contingentes de la vida, que requieren darle usos diferentes a instrumentos u objetos convencionales”, detallo la lingüista Puertas.
Se evaluaron variables como la flexibilidad –qué tan divergente es el pensamiento-, la originalidad –que tan novedoso es lo que hace la persona en determinada situación- y la fluidez –qué tantas ideas se producen-.
Junto con la prueba a cada participante se le entregó un cuestionario para explorar las principales inquietudes que tenían sobre el taller, indagando sobre sus expectativas, sus conocimientos previos, además se les pedía autoevaluar su creatividad en una escala numérica del 1 al 10.
Luego se hicieron siete sesiones de aproximadamente dos horas, cada una, en las que se buscó estimular todos los tipos de creatividad para ver cuáles presentaban cambios.
En la primera sesión se expusieron las características generales del mito y las diferencias entre varios tipos de relatos. En las siguientes sesiones se explicaron diversos aspectos como la focalización narrativa, los tipos de narrador, y los participantes iniciaron la escritura de su propio mito.
El tema era libre, cada persona podía construir la historia y los personajes como quisiera. Las siguientes sesiones fueron sobre espacio, y tiempo narrativo, entre otros temas; incluso se hicieron asesorías personalizadas a los participantes en el marco de la escritura de los textos.
En la última sesión cada participante realizó una ilustración como representación gráfica de su mito, y por último se aplicó el test inicial para comparar con los resultados obtenidos previamente.
Al realizar la confrontación de las respuestas se encontró un incremento significativo en el desempeño de los participantes. “Aumentó principalmente la creatividad verbal en un 29 % seguida por la creatividad aplicada en un 17 %. La variable que presentó el principal aumento entre el pretest y el postest fue la flexibilidad verbal con un 31 %”, confirmó la magíster Puertas.
Al comparar los resultados del cuestionario de autopercepción con los del pretest, se encontró que, curiosamente, quienes se consideraban más creativos antes de iniciar el taller tuvieron un menor desempeño en la prueba, mientras que quienes se consideraban menos creativos puntuaron más alto.
La magíster explica que se usaron mitos en la investigación ya que con ellos se puede potencializar la capacidad de crear historias. Estos relatos en su origen están enmarcados en la sacralidad y se relacionan con los ritos de diferentes colectivos humanos, están insertos dentro de la tradición oral y brindan explicaciones a los fenómenos con los que las personas se enfrentan a diario.
El mayor aporte de los talleres está en enseñarles a las personas a tener divergencia de ideas. Los mitos generan la posibilidad de pensar de forma distinta, uniendo ideas inconexas para crear historias diferentes y novedosas.
“Se considera que el adulto ya está formado y no tiende a mejorar o a cambiar su creatividad, pero es un sesgo que no debe mantenerse, porque con este ejercicio se demostró que sí es posible”, concluyó.
Luego de este estudio piloto se realizó el mismo ejercicio con niños en edad escolar. Se recomienda seguir investigando sobre herramientas literarias para estimular del pensamiento creativo, con alternativas que comúnmente se usan en el área educativa.