Por Julio C. Oñate Martínez

No se equivoca quien afirma que hoy en día es Cuba el pueblo más culto de América Latina. En las varias visitas que realicé a este país siempre me sorprendió el nivel cultural que muestra la población en general, siendo mas notable en aquellos que nacieron con la revolución del cincuenta y ocho, que en el campo de la  medicina y en la educación tiene sus mayores logros.

Hoy en día el analfabetismo en la tierra de Fidel escasamente llega al 2%, porcentaje que cobija a unos pocos campesinos que siempre se han mantenido por allá monte adentro.

No podemos comparar nuestro sistema de gobierno con el régimen impuesto por Castro, donde la educación para el pueblo es gratis y existen políticas claras y generosas para el fomento de la cultura, pero sí podríamos adoptar algunos de los modelos que ellos utilizan para fortalecerse culturalmente.

A través de la Unión Nacional de Escritores y Artistas Cubanos UNEAC, todos los creativos en el arte literario y musical tienen espacio y representación para ser proyectados no solo en la isla sino fuera de ella.

Este organismo tiene el soporte de la editorial “Letras Cubanas” para los escritores y la editora musical “Egrem” para los músicos.

Libros y discos en abundancia y a muy bajo costo se imprimen y han contribuido a fomentar en el cubano los hábitos por la lectura y por la música, con los resultados que todos conocemos.

Los cubanos la tienen clara, y hoy la música les representa una de las más importantes fuentes de divisas, que mucho alivian su precaria económica.

Solidario con el grupo de notables columnistas de este diario que piden a gritos un mayor apoyo, reconocimiento y difusión para los escritores cesarenses, que han venido padeciendo el infortunio de la indiferencia gubernamental, creo necesario entonces desarrollar una política bien articulada de las secretarias de cultura para editar y recuperar las obras ya olvidadas de los viejos escritores del ayer que nos permitirían revivir la tradición y a la vez difundir los nuevos valores que pueden darle mayor claridad al panorama de nuestra cultura.

La mayor fortaleza del Caribe como región está en el campo del arte y la creatividad. No tenemos la capacidad de competir en el plano científico con los gringos y los europeos pero sí tenemos una gran facilidad y especial condición para el arte, por eso hoy nos conocen en el mundo no por nuestros gobernantes y científicos sino en las letras por García Márquez y en la música por Carlos Vives, los niños vallenatos del Turco Gil y próximamente Emilianito Zuleta embajador mundial de la Honner en el mundo.

El arte es lo nuestro, pero nos falta oxigeno, y por eso andamos como decía mi abuela Natalia: Pilando por el afrecho.