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Columnista - 12 octubre, 2015

Encuestas prepago

Muy agitado está el momento político en el país y, hoy, los que tienen el sartén por el mango son los encuestadores, hacen su agosto. Soy de los convencidos de que para hacer un análisis, es necesario sustentar un resultado con base en una encuesta seria, pero son muy pocos los que las están haciendo, […]

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Muy agitado está el momento político en el país y, hoy, los que tienen el sartén por el mango son los encuestadores, hacen su agosto. Soy de los convencidos de que para hacer un análisis, es necesario sustentar un resultado con base en una encuesta seria, pero son muy pocos los que las están haciendo, contratar un trabajo de estos oscila entre 30 y 100 millones de pesos, según sea la caracterización, la ciudad, el candidato y hasta el marrano.

En el mundo de información rápida en redes que vivimos hoy, un mal resultado puede ocasionar una hecatombe o por el contrario, un buen resultado puede marcar una orientación de votantes y aportantes de capital y como consecuencia, fortalecer en un santiamén a una campaña. El encuestador se ha vuelto una especie de gurú político y termina direccionado la elección de gran parte de los indecisos, por lo visto cada encuestador tiene su candidato y desde esa óptica dirige sus prácticas. Los políticos ya se han dado cuenta que para ganar hay que tener dinero, un medio de comunicación y ahora, un encuestador, si no tienen ese trío están fritos.

Cifras y Conceptos, es una de las que cuenta con mayor credibilidad, dirigida por Cesar Caballero, el mismo que no manipuló cifras cuando era director del Dane ante la presión del entonces presidente Álvaro Uribe, se ha visto inmerso en un escándalo con Rafael Pardo por ser su socio y director de su última campaña presidencial, lo cual genera un conflicto de intereses; además de ser el único encuestador que arroja un empate técnico con Peñalosa, quien lidera todas las demás mediciones. En el Cesar también sucede algo parecido, encuestas por todos lados que benefician a uno y a otro, firmas que publican resultados como si fueran empanadas.

Según Cifras y Conceptos, a la gobernación, gana Arturo Calderón con 43 %; para el Centro Nacional de Consultoría, gana Franco Ovalle con 40 % y a la alcaldía de Valledupar, hay una marcada inclinación de Tuto Uhía para hacerse con la victoria con un 56 %, mientras que Ágora, asegura que Jaime González de Cambio Radical, pisándole los talones, va segundo, esta firma recibió un contrato del alcalde Fredys Socarrás y muchos señalan que este es el pago; en otra de Bucaramanga, que nadie conoce, aparece Andrés Arturo Fernández en segundo lugar. En fin, un verdadero despelote.

Es urgente que el Gobierno Nacional regule el tema de manera más severa y les ponga un tatequieto a encuestadores inescrupulosos. Las encuestas están suplantando el poder de la democracia y hacen parte de una estrategia de poder, que incluye además, compra de votos, manipulación de la Registraduría, presión y hasta amenazas a funcionarios públicos para que voten por determinados candidatos. Para derrotar a los encuestadores prepago hay que salir a votar, no dejarse engañar por quien va adelante o va detrás, hay que votar por el que mejor proponga, sin amiguismos ni insinuaciones familiares, el gran ejercicio es cuando se tiene al frente el tarjetón y uno decide, eso es democracia.

Columnista
12 octubre, 2015

Encuestas prepago

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jacobo Solano Cerchiaro

Muy agitado está el momento político en el país y, hoy, los que tienen el sartén por el mango son los encuestadores, hacen su agosto. Soy de los convencidos de que para hacer un análisis, es necesario sustentar un resultado con base en una encuesta seria, pero son muy pocos los que las están haciendo, […]


Muy agitado está el momento político en el país y, hoy, los que tienen el sartén por el mango son los encuestadores, hacen su agosto. Soy de los convencidos de que para hacer un análisis, es necesario sustentar un resultado con base en una encuesta seria, pero son muy pocos los que las están haciendo, contratar un trabajo de estos oscila entre 30 y 100 millones de pesos, según sea la caracterización, la ciudad, el candidato y hasta el marrano.

En el mundo de información rápida en redes que vivimos hoy, un mal resultado puede ocasionar una hecatombe o por el contrario, un buen resultado puede marcar una orientación de votantes y aportantes de capital y como consecuencia, fortalecer en un santiamén a una campaña. El encuestador se ha vuelto una especie de gurú político y termina direccionado la elección de gran parte de los indecisos, por lo visto cada encuestador tiene su candidato y desde esa óptica dirige sus prácticas. Los políticos ya se han dado cuenta que para ganar hay que tener dinero, un medio de comunicación y ahora, un encuestador, si no tienen ese trío están fritos.

Cifras y Conceptos, es una de las que cuenta con mayor credibilidad, dirigida por Cesar Caballero, el mismo que no manipuló cifras cuando era director del Dane ante la presión del entonces presidente Álvaro Uribe, se ha visto inmerso en un escándalo con Rafael Pardo por ser su socio y director de su última campaña presidencial, lo cual genera un conflicto de intereses; además de ser el único encuestador que arroja un empate técnico con Peñalosa, quien lidera todas las demás mediciones. En el Cesar también sucede algo parecido, encuestas por todos lados que benefician a uno y a otro, firmas que publican resultados como si fueran empanadas.

Según Cifras y Conceptos, a la gobernación, gana Arturo Calderón con 43 %; para el Centro Nacional de Consultoría, gana Franco Ovalle con 40 % y a la alcaldía de Valledupar, hay una marcada inclinación de Tuto Uhía para hacerse con la victoria con un 56 %, mientras que Ágora, asegura que Jaime González de Cambio Radical, pisándole los talones, va segundo, esta firma recibió un contrato del alcalde Fredys Socarrás y muchos señalan que este es el pago; en otra de Bucaramanga, que nadie conoce, aparece Andrés Arturo Fernández en segundo lugar. En fin, un verdadero despelote.

Es urgente que el Gobierno Nacional regule el tema de manera más severa y les ponga un tatequieto a encuestadores inescrupulosos. Las encuestas están suplantando el poder de la democracia y hacen parte de una estrategia de poder, que incluye además, compra de votos, manipulación de la Registraduría, presión y hasta amenazas a funcionarios públicos para que voten por determinados candidatos. Para derrotar a los encuestadores prepago hay que salir a votar, no dejarse engañar por quien va adelante o va detrás, hay que votar por el que mejor proponga, sin amiguismos ni insinuaciones familiares, el gran ejercicio es cuando se tiene al frente el tarjetón y uno decide, eso es democracia.