Publicidad
Categorías
Categorías
Columnista - 22 septiembre, 2020

¿En qué momento se jodió Colombia?

Con la anuencia de mis lectores, me permito, por el día de hoy martes, ceder este espacio que de manera especial me brinda EL PILÓN, para compartir con ustedes análisis de diferentes temas; pues bien, esta nota de hoy tiene un estudio sentido de una apreciada  amiga, Lucero León Rincón,  a quien le debo profunda […]

Con la anuencia de mis lectores, me permito, por el día de hoy martes, ceder este espacio que de manera especial me brinda EL PILÓN, para compartir con ustedes análisis de diferentes temas; pues bien, esta nota de hoy tiene un estudio sentido de una apreciada  amiga, Lucero León Rincón,  a quien le debo profunda admiración y cariño.

“Hace unos años leí un libro titulado “En qué momento se jodió Colombia”, este libro de contexto histórico mostraba como lo diría José Miguel Álzate en el Tiempo, que Colombia se jodió desde que los dos partidos políticos tradicionales desataron esa violencia fratricida que, entre los años 1947 y 1953, dejó más de 300.000 muertos.

Cincuenta años después de la violencia que no olvida el país seguimos jodidos, no hemos logrado superar la división, ya no de los partidos políticos que han perdido su papel en la democracia, sino de los pensamientos e ideologías políticas, nos seguimos matando por ser de izquierda o de derecha, por pensar diferente o por no compartir intereses, triste ciclo de odio sin fin. Un ciclo visibilizado en no menos de 50 masacres ocurridas en los últimos meses, se escucha y se lee: en Colombia no se puede ser joven, no se puede ser líder, no se puede ser mujer, no se puede ser hombre, no se puede pensar diferente, no se puede ser árbol, no se puede ser páramo, que jodidos estamos no se puede ser nada, y no lo podremos ser hasta que empecemos a pensar en construir un país diferente. Nos quedó grande perdonar, nos quedó grande respetar lo que dice el otro, nos quedó grande participar y mientras tanto, mientras nos matamos y nos seguimos destruyendo los males siguen: la corrupción persiste, la pobreza crece, la desigualdad se agudiza y seguimos armando guerras de las ciudades que pagan con sangre los campesinos; seguimos pensando que el futuro del país está en manos de unos pocos, olvidando que todos somos parte y que el país surgirá o se hundirá dependiendo de nuestro papel como ciudadanos.

Hoy la noticia central no fue una masacre, fue una muerte, (igual de actual, la semana pasada que hoy) da dolor ver las noticias de este país, da tristeza ver cómo nos matamos, nos creemos dueños de la vida de los otros, decidimos quien puede o no vivir, la vida ha dejado de ser sagrada, la muerte se presenta en cualquier rincón del país, ávida de sumar más desolación a su paso. Yo no quiero uno menos, ni de aquí ni de allá, yo no quiero una Colombia de miedo, yo quiero un país donde se pueda soñar”.

A manera de colofón. Gracias  a la doctora Lucero León. Nos urge un llamado al orden, a la paz y tranquilidad; al respeto y la tolerancia. Nos estamos dejando llevar por los impulsos  y eso nos hace caer en la imprudencia. Nos cobija la mala crianza, y nos exaltamos ante cualquier situación que  contradiga mi sentir o como quiero que las cosas pasen… eso teniendo en cuenta que se incendia más al país a través de las redes sociales y los seudo informadores que pululan ahora detrás de la cámara de un celular. Respeto, tolerancia, humildad, son palabras que debemos poner de moda como reinventarnos y resiliencia. Igual de importantes. Sólo Eso.

Columnista
22 septiembre, 2020

¿En qué momento se jodió Colombia?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Lucero Leon

Con la anuencia de mis lectores, me permito, por el día de hoy martes, ceder este espacio que de manera especial me brinda EL PILÓN, para compartir con ustedes análisis de diferentes temas; pues bien, esta nota de hoy tiene un estudio sentido de una apreciada  amiga, Lucero León Rincón,  a quien le debo profunda […]


Con la anuencia de mis lectores, me permito, por el día de hoy martes, ceder este espacio que de manera especial me brinda EL PILÓN, para compartir con ustedes análisis de diferentes temas; pues bien, esta nota de hoy tiene un estudio sentido de una apreciada  amiga, Lucero León Rincón,  a quien le debo profunda admiración y cariño.

“Hace unos años leí un libro titulado “En qué momento se jodió Colombia”, este libro de contexto histórico mostraba como lo diría José Miguel Álzate en el Tiempo, que Colombia se jodió desde que los dos partidos políticos tradicionales desataron esa violencia fratricida que, entre los años 1947 y 1953, dejó más de 300.000 muertos.

Cincuenta años después de la violencia que no olvida el país seguimos jodidos, no hemos logrado superar la división, ya no de los partidos políticos que han perdido su papel en la democracia, sino de los pensamientos e ideologías políticas, nos seguimos matando por ser de izquierda o de derecha, por pensar diferente o por no compartir intereses, triste ciclo de odio sin fin. Un ciclo visibilizado en no menos de 50 masacres ocurridas en los últimos meses, se escucha y se lee: en Colombia no se puede ser joven, no se puede ser líder, no se puede ser mujer, no se puede ser hombre, no se puede pensar diferente, no se puede ser árbol, no se puede ser páramo, que jodidos estamos no se puede ser nada, y no lo podremos ser hasta que empecemos a pensar en construir un país diferente. Nos quedó grande perdonar, nos quedó grande respetar lo que dice el otro, nos quedó grande participar y mientras tanto, mientras nos matamos y nos seguimos destruyendo los males siguen: la corrupción persiste, la pobreza crece, la desigualdad se agudiza y seguimos armando guerras de las ciudades que pagan con sangre los campesinos; seguimos pensando que el futuro del país está en manos de unos pocos, olvidando que todos somos parte y que el país surgirá o se hundirá dependiendo de nuestro papel como ciudadanos.

Hoy la noticia central no fue una masacre, fue una muerte, (igual de actual, la semana pasada que hoy) da dolor ver las noticias de este país, da tristeza ver cómo nos matamos, nos creemos dueños de la vida de los otros, decidimos quien puede o no vivir, la vida ha dejado de ser sagrada, la muerte se presenta en cualquier rincón del país, ávida de sumar más desolación a su paso. Yo no quiero uno menos, ni de aquí ni de allá, yo no quiero una Colombia de miedo, yo quiero un país donde se pueda soñar”.

A manera de colofón. Gracias  a la doctora Lucero León. Nos urge un llamado al orden, a la paz y tranquilidad; al respeto y la tolerancia. Nos estamos dejando llevar por los impulsos  y eso nos hace caer en la imprudencia. Nos cobija la mala crianza, y nos exaltamos ante cualquier situación que  contradiga mi sentir o como quiero que las cosas pasen… eso teniendo en cuenta que se incendia más al país a través de las redes sociales y los seudo informadores que pululan ahora detrás de la cámara de un celular. Respeto, tolerancia, humildad, son palabras que debemos poner de moda como reinventarnos y resiliencia. Igual de importantes. Sólo Eso.