Estudiando cifras y datos del comportamiento del caudal del río Guatapurí y sus efectos sobre Valledupar en materia de abastecimiento de agua, me preguntaba: ¿está el sistema de abastecimiento realmente preparado y adaptado a los cambios climáticos? ¿Está consciente la ciudadanía que la ciudad se debe adaptar a los cambios?. No tengo respuesta exacta para […]
Estudiando cifras y datos del comportamiento del caudal del río Guatapurí y sus efectos sobre Valledupar en materia de abastecimiento de agua, me preguntaba: ¿está el sistema de abastecimiento realmente preparado y adaptado a los cambios climáticos? ¿Está consciente la ciudadanía que la ciudad se debe adaptar a los cambios?.
No tengo respuesta exacta para ello, lo único que les puedo decir es que son más recurrentes los cortes de agua, ya sea en época de lluvias (muchas veces nos informan que por exceso de turbiedad debido a la creciente) o época de verano ( por escasez de agua), esto es un indicio que debemos repensar el sistema.
La adaptación en materia de agua en las ciudades representa un reto particular en cuanto a la previsión en términos de coordinación interinstitucional, organización social y planificación. Las ciudades son lugares complejos que agrupan una gran concentración de personas y de riqueza, una gran diversidad de actividades socio-económicas, una alta densidad y uso de redes de infraestructura, una gran intensidad de servicios necesarios para su correcto funcionamiento, y una diferenciación alta de los cuerpos administrativos sectoriales para la gestión de los mismos. En términos de los procesos de adaptación en materia de agua, los sistemas de planificación deben apoyar enfoques más completos e integrales que tomen en cuenta tanto la incertidumbre en torno al cambio climático como el carácter complejo y cambiante del funcionamiento y desarrollo de las ciudades, por ejemplo, las tendencias de crecimiento demográfico y económico, la expansión urbana y los patrones de cambio de uso de suelo, las demandas proyectadas de agua y saneamiento, etcétera.
Con frecuencia, cuando se confrontan con los impactos de los efectos hidrometeorológicos extremos, como inundaciones, deslizamientos o sequías recurrentes, la evidencia muestra que uno de los principales factores que definen el alcance y los daños de los impactos es la falta de coordinación inter-institucional y la participación de múltiples actores interesados. Desafortunadamente, la coordinación interinstitucional y la participación de los múltiples interesados son difíciles de lograr. Ambas prácticas requieren de diseños institucionales y procesos políticos específicos (como el establecimiento de regímenes de gestión cooperativa, instituciones deliberativas, gestión de redes sociales y políticas, procesos colaborativos de planificación, etcétera, y lo más importante, también exigen la voluntad política, liderazgo, rendición de cuentas, justicia política y social, y empoderamiento social.
Los cambios respecto a la disponibilidad de agua, a su calidad, a las características de la precipitación y a la probabilidad y magnitud de las crecidas desempeñarán previsiblemente un importante papel en la materialización de los efectos del cambio climático sobre los asentamientos humanos y la infraestructura.
Más allá de cualquier tecnicismo que pueda considerar el lector, lo anterior es la descripción de los retos que tendrá Valledupar respecto a su principal fuente abastecedora, que es el río Guatapurí. El reciente evento realizado por el señor alcalde, confirmó la tríada colaborativa Gobernacion-Alcaldía-Corpocesar para buscar salidas y alternativas a la compleja situación de la cuenca, hecho que genera esperanzas.
Sin embargo más allá del acto, es necesaria la construcción de una agenda pública de trabajo que consolide medidas y acciones concretas, para tal efecto sugiero respetuosamente que se inicie con: A) una evaluación de las condiciones y las vulnerabilidades de los servicios locales de agua y saneamiento; B) la producción de escenarios climáticos a escala reducida por las localidades para determinar los patrones climáticos en el futuro y modelar los eventos extremos, para evaluar posteriormente los impactos potenciales en el sector hídrico.
Entre otras cosas, los resultados de estas acciones se deben incorporar al ajuste del plan maestro de acueducto y alcantarillado, y que Emdupar modernice su gestión de servicios hacia un modelo más integrado de operación.
Estudiando cifras y datos del comportamiento del caudal del río Guatapurí y sus efectos sobre Valledupar en materia de abastecimiento de agua, me preguntaba: ¿está el sistema de abastecimiento realmente preparado y adaptado a los cambios climáticos? ¿Está consciente la ciudadanía que la ciudad se debe adaptar a los cambios?. No tengo respuesta exacta para […]
Estudiando cifras y datos del comportamiento del caudal del río Guatapurí y sus efectos sobre Valledupar en materia de abastecimiento de agua, me preguntaba: ¿está el sistema de abastecimiento realmente preparado y adaptado a los cambios climáticos? ¿Está consciente la ciudadanía que la ciudad se debe adaptar a los cambios?.
No tengo respuesta exacta para ello, lo único que les puedo decir es que son más recurrentes los cortes de agua, ya sea en época de lluvias (muchas veces nos informan que por exceso de turbiedad debido a la creciente) o época de verano ( por escasez de agua), esto es un indicio que debemos repensar el sistema.
La adaptación en materia de agua en las ciudades representa un reto particular en cuanto a la previsión en términos de coordinación interinstitucional, organización social y planificación. Las ciudades son lugares complejos que agrupan una gran concentración de personas y de riqueza, una gran diversidad de actividades socio-económicas, una alta densidad y uso de redes de infraestructura, una gran intensidad de servicios necesarios para su correcto funcionamiento, y una diferenciación alta de los cuerpos administrativos sectoriales para la gestión de los mismos. En términos de los procesos de adaptación en materia de agua, los sistemas de planificación deben apoyar enfoques más completos e integrales que tomen en cuenta tanto la incertidumbre en torno al cambio climático como el carácter complejo y cambiante del funcionamiento y desarrollo de las ciudades, por ejemplo, las tendencias de crecimiento demográfico y económico, la expansión urbana y los patrones de cambio de uso de suelo, las demandas proyectadas de agua y saneamiento, etcétera.
Con frecuencia, cuando se confrontan con los impactos de los efectos hidrometeorológicos extremos, como inundaciones, deslizamientos o sequías recurrentes, la evidencia muestra que uno de los principales factores que definen el alcance y los daños de los impactos es la falta de coordinación inter-institucional y la participación de múltiples actores interesados. Desafortunadamente, la coordinación interinstitucional y la participación de los múltiples interesados son difíciles de lograr. Ambas prácticas requieren de diseños institucionales y procesos políticos específicos (como el establecimiento de regímenes de gestión cooperativa, instituciones deliberativas, gestión de redes sociales y políticas, procesos colaborativos de planificación, etcétera, y lo más importante, también exigen la voluntad política, liderazgo, rendición de cuentas, justicia política y social, y empoderamiento social.
Los cambios respecto a la disponibilidad de agua, a su calidad, a las características de la precipitación y a la probabilidad y magnitud de las crecidas desempeñarán previsiblemente un importante papel en la materialización de los efectos del cambio climático sobre los asentamientos humanos y la infraestructura.
Más allá de cualquier tecnicismo que pueda considerar el lector, lo anterior es la descripción de los retos que tendrá Valledupar respecto a su principal fuente abastecedora, que es el río Guatapurí. El reciente evento realizado por el señor alcalde, confirmó la tríada colaborativa Gobernacion-Alcaldía-Corpocesar para buscar salidas y alternativas a la compleja situación de la cuenca, hecho que genera esperanzas.
Sin embargo más allá del acto, es necesaria la construcción de una agenda pública de trabajo que consolide medidas y acciones concretas, para tal efecto sugiero respetuosamente que se inicie con: A) una evaluación de las condiciones y las vulnerabilidades de los servicios locales de agua y saneamiento; B) la producción de escenarios climáticos a escala reducida por las localidades para determinar los patrones climáticos en el futuro y modelar los eventos extremos, para evaluar posteriormente los impactos potenciales en el sector hídrico.
Entre otras cosas, los resultados de estas acciones se deben incorporar al ajuste del plan maestro de acueducto y alcantarillado, y que Emdupar modernice su gestión de servicios hacia un modelo más integrado de operación.