Por Nicola Stornelli. @puertodigital El atentado a Ricardo Calderón, las amenazas a varios periodistas en Valledupar y las columnas de Daniel Coronell en Semana y Oscar Montes en El Heraldo me permiten reafirmar algo que ya había vislumbrado antes: los periodistas y columnistas de opinión estamos obligados a mostrar el vaso medio vacío que las estadísticas […]
Por Nicola Stornelli. @puertodigital
El atentado a Ricardo Calderón, las amenazas a varios periodistas en Valledupar y las columnas de Daniel Coronell en Semana y Oscar Montes en El Heraldo me permiten reafirmar algo que ya había vislumbrado antes: los periodistas y columnistas de opinión estamos obligados a mostrar el vaso medio vacío que las estadísticas oficiales y los boletines de prensa no muestran.
Telefónica de Colombia publica un publirreportaje diciendo que le ha cumplido a Colombia cuando jamás ha dado utilidades y ha venido recibiendo el apoyo económico de su socio estatal, mejor dicho, todos los contribuyentes colombianos. Verbigracia, la cuantiosa “capitalización” del año pasado que salió del bolsillo de todos nosotros.
El ministro de las TIC, Diego Molano Vega, se pavonea diciendo que la fibra óptica va a sacar al país del atraso al llevarla a más de setecientos (700) municipios que no contaban con dicha infraestructura pero no le dice al país que eso no significa que llegue la banda ancha. Hoy, TV Azteca ya ha llegado a muchos municipios pero su obligación es colocar el tendido de fibra óptica y brindarle conectividad a la alcaldía y a una biblioteca o colegio. Mejor dicho, la banda ancha no ha llegado. Es como tener un acueducto sin agua.
El Presidente dice, públicamente, que está cansado del mal servicio de los operadores móviles pero no nos cuenta cuál es el operador que él utiliza. Y enseguida la Comisión de Regulación de las Comunicaciones (CRC) arma una alharaca diciendo que crearan una normatividad para que los operadores móviles compensen a los usuarios por las caídas de las llamadas, sabiendo ellos que eso implica implementar un software y unas medidas muy claras, de acuerdo a parámetros internacionales establecidos. Al final, los operadores terminaran reconociendo pendejadas para complacer a la galería. Como dijo el editorial de El Tiempo del martes 14 de mayo, el problema de la calidad es de todos los actores del sistema. Y como dijo Julio Sánchez Cristo al día siguiente, los usuarios no están pidiendo que les devuelvan plata; quieren es un buen servicio.
Los usuarios, también, tienen velas en ese asunto al comprar equipos no homologados, como lo denuncia el editorialista de El Tiempo.
El Presidente protesta por la calidad y el MINTIC y la CRC hacen eco pero nadie nos cuenta que el tráfico de voz y datos ha crecido exponencialmente y que el Gobierno se demora en adjudicar espectro adicional a los operadores actuales, retrasa y retrasa la subasta del 4G que, además, van a entregar “sucia” porque es donde hoy operan la Policía y las frecuencias de las empresas de taxi.
¿Por qué el Presidente Santos no protesta por la mala calidad del servicio de Internet? Porque él no lo sufre. En el país sigue habiendo una enorme brecha digital entre Medellín y Bogotá y el resto del país. En Colombia hay 15.000 escuelas sin energía eléctrica donde no menos de 200.000 niñas y niños jamás han visto un computador y, obviamente, no saben que es Internet.
Computadores para Educar y el MINTIC reparten cientos de miles de tabletas por todo el país y eso merece enormes titulares de prensa pero nadie nos cuenta que no tienen contenidos adecuados para los niños y niñas de los colegios y escuelas que los están recibiendo y que, además, muchos, si no todos, de esos colegios no tienen redes wi-fi o no tienen Internet o el que tienen es por horas y de muy mala calidad. Aclaro, las tabletas o tablets funciona con wi-fi o con conectividad a través de celulares, por si alguien no lo sabía.
Claro no protesta por la introducción de una norma regulatoria en la subasta del 4G que lo obliga a hacer mayores inversiones y a demorarse más implementando la infraestructura requerida para el LTE porque, de todas maneras, se beneficia al prorrogarse, automáticamente, las concesiones de los actuales operadores móviles reconocidos formalmente. Concesiones que se vencen en febrero de 2.014 como lo advirtió el senador Alexander López. ¿No será muy barata la entrega del 4G cuando por la puerta de atrás se les amplían las concesiones a Tigo, Movistar y Claro? Ahora queda más clara la movida de UNE.
Las universidades colombianas están pagando unas costosas membresías y unos contratos de Internet para pertenecer a RENATA, la red académica de alta velocidad que integra las redes regionales, pero la comunicad académica (investigadores, docentes y estudiantes) no están haciendo uso de ella. Están allí por indicadores internacionales. Se, de buena fuente, que hay varias universidades pensando en abandonar esas redes.
En fin, hay que pedirle al Presidente Santos y al MINTIC y a todas las autoridades del sector de las TIC que nos muestren el vaso medio lleno pero que no le digan mentiras a la población. En una verdadera democracia se dicen las verdades. Se muestra el vaso medio vacío.
Por Nicola Stornelli. @puertodigital El atentado a Ricardo Calderón, las amenazas a varios periodistas en Valledupar y las columnas de Daniel Coronell en Semana y Oscar Montes en El Heraldo me permiten reafirmar algo que ya había vislumbrado antes: los periodistas y columnistas de opinión estamos obligados a mostrar el vaso medio vacío que las estadísticas […]
Por Nicola Stornelli. @puertodigital
El atentado a Ricardo Calderón, las amenazas a varios periodistas en Valledupar y las columnas de Daniel Coronell en Semana y Oscar Montes en El Heraldo me permiten reafirmar algo que ya había vislumbrado antes: los periodistas y columnistas de opinión estamos obligados a mostrar el vaso medio vacío que las estadísticas oficiales y los boletines de prensa no muestran.
Telefónica de Colombia publica un publirreportaje diciendo que le ha cumplido a Colombia cuando jamás ha dado utilidades y ha venido recibiendo el apoyo económico de su socio estatal, mejor dicho, todos los contribuyentes colombianos. Verbigracia, la cuantiosa “capitalización” del año pasado que salió del bolsillo de todos nosotros.
El ministro de las TIC, Diego Molano Vega, se pavonea diciendo que la fibra óptica va a sacar al país del atraso al llevarla a más de setecientos (700) municipios que no contaban con dicha infraestructura pero no le dice al país que eso no significa que llegue la banda ancha. Hoy, TV Azteca ya ha llegado a muchos municipios pero su obligación es colocar el tendido de fibra óptica y brindarle conectividad a la alcaldía y a una biblioteca o colegio. Mejor dicho, la banda ancha no ha llegado. Es como tener un acueducto sin agua.
El Presidente dice, públicamente, que está cansado del mal servicio de los operadores móviles pero no nos cuenta cuál es el operador que él utiliza. Y enseguida la Comisión de Regulación de las Comunicaciones (CRC) arma una alharaca diciendo que crearan una normatividad para que los operadores móviles compensen a los usuarios por las caídas de las llamadas, sabiendo ellos que eso implica implementar un software y unas medidas muy claras, de acuerdo a parámetros internacionales establecidos. Al final, los operadores terminaran reconociendo pendejadas para complacer a la galería. Como dijo el editorial de El Tiempo del martes 14 de mayo, el problema de la calidad es de todos los actores del sistema. Y como dijo Julio Sánchez Cristo al día siguiente, los usuarios no están pidiendo que les devuelvan plata; quieren es un buen servicio.
Los usuarios, también, tienen velas en ese asunto al comprar equipos no homologados, como lo denuncia el editorialista de El Tiempo.
El Presidente protesta por la calidad y el MINTIC y la CRC hacen eco pero nadie nos cuenta que el tráfico de voz y datos ha crecido exponencialmente y que el Gobierno se demora en adjudicar espectro adicional a los operadores actuales, retrasa y retrasa la subasta del 4G que, además, van a entregar “sucia” porque es donde hoy operan la Policía y las frecuencias de las empresas de taxi.
¿Por qué el Presidente Santos no protesta por la mala calidad del servicio de Internet? Porque él no lo sufre. En el país sigue habiendo una enorme brecha digital entre Medellín y Bogotá y el resto del país. En Colombia hay 15.000 escuelas sin energía eléctrica donde no menos de 200.000 niñas y niños jamás han visto un computador y, obviamente, no saben que es Internet.
Computadores para Educar y el MINTIC reparten cientos de miles de tabletas por todo el país y eso merece enormes titulares de prensa pero nadie nos cuenta que no tienen contenidos adecuados para los niños y niñas de los colegios y escuelas que los están recibiendo y que, además, muchos, si no todos, de esos colegios no tienen redes wi-fi o no tienen Internet o el que tienen es por horas y de muy mala calidad. Aclaro, las tabletas o tablets funciona con wi-fi o con conectividad a través de celulares, por si alguien no lo sabía.
Claro no protesta por la introducción de una norma regulatoria en la subasta del 4G que lo obliga a hacer mayores inversiones y a demorarse más implementando la infraestructura requerida para el LTE porque, de todas maneras, se beneficia al prorrogarse, automáticamente, las concesiones de los actuales operadores móviles reconocidos formalmente. Concesiones que se vencen en febrero de 2.014 como lo advirtió el senador Alexander López. ¿No será muy barata la entrega del 4G cuando por la puerta de atrás se les amplían las concesiones a Tigo, Movistar y Claro? Ahora queda más clara la movida de UNE.
Las universidades colombianas están pagando unas costosas membresías y unos contratos de Internet para pertenecer a RENATA, la red académica de alta velocidad que integra las redes regionales, pero la comunicad académica (investigadores, docentes y estudiantes) no están haciendo uso de ella. Están allí por indicadores internacionales. Se, de buena fuente, que hay varias universidades pensando en abandonar esas redes.
En fin, hay que pedirle al Presidente Santos y al MINTIC y a todas las autoridades del sector de las TIC que nos muestren el vaso medio lleno pero que no le digan mentiras a la población. En una verdadera democracia se dicen las verdades. Se muestra el vaso medio vacío.