Creo que en alguna oportunidad titulé de la misma forma una nota como esta publicada en El PILÓN; en esta ocasión, intento hacerlo siempre, busco exaltar y darle valor a ese sentimiento sublime que genera la amistad, los amigos.

Que en esencia son esos personajes que te dan calor en época de frío; que están presentes cuando la soledad de la ausencia y el olvido te acecha. Que son una voz de aliento cuando el silencio te hiere.

Los amigos son ángeles que Dios pone en tu camino para hacer más llevadera tu vida.

“Los amigos son fuente de alegría, de diversión, de apoyo, de cariño y de ayuda. A lo largo de nuestra vida haremos nuevos amigos, perderemos a algunos y a otros nunca los olvidaremos“. 

Exaltar quiero hoy, el valor de la amistad, y hacerlo bajo parámetros elementales, pero de gran importancia, como el respeto, la consideración, el cariño, el ejercicio sustancial de fomentar la tolerancia y aceptarnos en la diferencia que cada uno manifiesta. 

El valor de la amistad tiene nombre, y lo vemos reflejado en los padres, en los hermanos, en aquellos seres de luz que te dan amor.

Hoy brindo este espacio con mucho cariño para acompañar a un amigo que despide a su padre en su adiós terrenal final. 

Jairo Berdugo que en compañía de su esposa Carmen Morales Cuan; viajaron desde Estados Unidos, donde residen, para encontrarse con la familia y abrazar a los amigos en estas horas aciagas.

Lo vimos llorar y lloramos con él; y fuimos hasta la tumba fría a darle de nuestro abrigo, a abrazarlo y brindarle igual, nuestra voz de aliento. 

Al final, en ese mismo homenaje que le hacemos a la vida y a la muerte, un grupo de amigos del Instpecam egresados del año 82 nos reunimos alrededor de los recuerdos, de los cuentos de mocedad y de esas historias que sirven de aliciente para darle calor a la amistad que, como la vida, van perdiendo el ímpetu de los años mozos.

“La amistad es de los regalos más grandes que una persona, que un joven, puede tener y puede ofrecer. Es verdad. Qué difícil es vivir sin amigos. Fíjense si será de las cosas más hermosas que Jesús dice: «Yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi padre» (Jn 15,5). Uno de los secretos más grandes del cristiano radica en ser amigos, amigos de Jesús”. (Discurso preparado por el Papa Francisco para el encuentro con los jóvenes en la Costanera de Asunción).

“Otra característica para distinguir la buena amistad de otras formas de amistad, que se llaman amistad, pero son compañerismo, etc. es que, con un amigo, por ahí no te ves durante mucho tiempo, pero cuando te encuentras, y a veces pasan meses o hasta un año, sientes como si te hubieras visto ayer, enganchas enseguida. Es una característica muy humana de la amistad” (Mensaje del Papa Francisco a Radio FM Milenium).

En este mes, septiembre, celebramos el amor y la amistad y la idea no es exaltar el valor de la amistad por el regalo más costoso o por el más pomposo arreglo floral, no. 

Celebrar el amor y la amistad es brindarnos de corazón, darnos ese abrazo que nos acomode el alma y estar cuando necesiten o necesitemos esa voz de aliento. Esa es la mejor forma. Sólo Eso.