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El Valle del Cesar: de Paraíso a Desierto

MEDIO AMBIENTE Por: Hernán Maestre Martínez* Valledupar Ciudad Ecológica de Colombia.  Recuperemos y conservemos las cuencas de los ríos Guatapurí y Cesar. Hagamos causa común para que el Embalse Los Besotes sea una realidad, es agua para la vida en Valledupar, La Paz y San Diego. No sabemos si exageramos un poco al comparar este […]

El Valle del Cesar: de Paraíso a Desierto

El Valle del Cesar: de Paraíso a Desierto

Por: Hernán

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MEDIO AMBIENTE

Por: Hernán Maestre Martínez*
Valledupar Ciudad Ecológica de Colombia.  Recuperemos y conservemos las cuencas de los ríos Guatapurí y Cesar. Hagamos causa común para que el Embalse Los Besotes sea una realidad, es agua para la vida en Valledupar, La Paz y San Diego.

No sabemos si exageramos un poco al comparar este Valle con sitios similares al bellísimo escenario que inspiró a Jorge Isaacs y en el cual descubrió el idilio de Efraín y María, lo cierto es que este otrora bello Valle, se está convirtiendo en un desierto, por una alarmante y creciente destrucción de los recursos naturales de este departamento, es decir, afronta un aterrador desastre ecológico.
Este valle que fue muy rico en fauna y flora, se está quedando rápidamente sin bosques, sin agua, sin aves, sin tierras fértiles y sin atractivos paisajes. Las continuas e irracionales talas, el uso excesivo e incontrolado de productos químicos y la caza sin medida le han ocasionado al Valle un panorama desolador y preocupante, sin dejar de mencionar la destrucción en todo sentido del hábitat de las ciénagas que se han reducido notablemente en cantidad y variedad de su población de peces, así como de aves que merodeaban estos espacios; todo lo anterior equivale decir, que la mala utilización de los recursos naturales en el Valle del Cesar, ha tenido un alto costo social.

Hasta principio del pasado siglo el Valle del Cesar estuvo cubierto por bosques que se extendían desde la planicie al lado y lado del río Cesar y otras hoyas hidrográficas hasta muy cerca de las cimas de la Cordillera Oriental que se conoce en el Cesar y en La Guajira como Serranía del Perijá. En la planicie misma los bosques desaparecieron casi en su totalidad y en las laderas de la cordillera en un 90%. Lo que aún se observa en pie son algunos bosques secundarios o primarios muy degradados. Perduran algunos bosquecillos sobre la vertiente de la Cordillera Oriental o Perijá, los cuales continúan siendo derribados en mayor o menor proporción por madereros, agricultores y las explotadoras carboneras que contribuyen con una preciada cuota.
Valle antaño pródigo en ríos y quebradas cruzado por su río mayor el río Cesar que hoy carece de agua en amplios sectores de su territorio. Puede decirse que no existe una sola hoya hidrográfica que esté en buenas condiciones, también podemos asegurar que el estado de deterioro a que han llegado algunas de ellas es alarmante. Gran parte de ríos y quebradas se han secado completamente y todo debido a las modificaciones de la cobertura arbórea de sus hoyas, presentan comportamientos tan anómalos que sus caudales resultan impredecibles e inaprovechables.
Los agricultores de la planicie hoy día deben recurrir a la perforación de pozos profundos costosos para aprovecharse del agua, con el transcurrir del tiempo será más crítica esa limitación. Según conocemos los suelos del Valle eran buenos  y permitían un desarrollo agrícola satisfactorio durante muchos años, pero fenómenos como la contaminación, salinización y aridización nos están determinando un deterioro más acelerado de lo que se esperaba, y ¿qué decir de los suelos cordilleranos de la Sierra Nevada? Cada día la cordillera se destruye más debido al fuerte pastoreo, las quemas y la inadecuada utilización con fines agrícolas, el anterior es el único paisaje patético que se muestra ante nuestros ojos.
Por otra parte, da grima pensar en lo que queda de la fabulosa fauna, según los que conocieron la variedad y abundancia de este eslabón. Afortunadamente, las aves como grupo tienen una gran capacidad de adaptación o resiliencia, y es por ello que algunos ejemplares o especies aún sobreviven muy precariamente ante las reducidas extensiones del hábitat propicio y que han escapado al pretendido desarrollo. En síntesis: el bello y variado paisaje del Valle de otras épocas ha desaparecido.

*Especialista en Gestión Ambiental

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