La realidad es que Maduro hoy está con un respirador artificial que le sostienen Gustavo Petro de Colombia, Luis Ignacio Lula Da Silva de Brasil y Andrés Manuel López Obrador de México, quienes no votaron en la OEA para que no se le exigiera a Maduro ninguna verificación.
La crisis en Venezuela no es como las anteriores; por primera vez, Nicolás Maduro está tambaleando, y todo por una jugada maestra de María Corina Machado, que, bajo su liderazgo, logró mantener al pueblo unido en torno a una palabra que lo puede todo en la vida: esperanza. María Corina nunca se cansó y, a sabiendas de que Maduro y sus secuaces solo podían ganar con fraude, preparó un equipo de expertos para sacar copia de las actas que desestabilizaron al régimen.
De inmediato, para justificar la demora de 6 horas, se inventaron un ‘hackeo’ desde Macedonia del Norte y luego salieron con un resultado consolidado que nadie creyó: 51 % para Maduro y 44 % para la oposición, una total farsa que fue de inmediato confrontada por las actas verdaderas y que dejó a la dictadura al borde del abismo.
Luego dijeron que no fue desde Macedonia del Norte, sino que fue Elon Musk, dueño de la red social X, con narcotraficantes colombianos; una total locura que solo se cree Maduro. Luego buscó de forma desesperada el Tribunal Supremo, que es impuesto por el régimen, para que valide la elección; nada de eso le ha funcionado.
La votación de Edmundo González llega a casi 8 millones de votos, algo impresionante que ningún presidente en Venezuela había logrado, ni siquiera Chávez en su mejor momento. Es una victoria contundente que le da un mandato claro para que el país cambie de rumbo. Varios países están reconociendo a Edmundo como presidente: Argentina, Perú, Costa Rica, Ecuador, Uruguay, EE. UU. y muchos más se siguen sumando a ese reconocimiento como el presidente electo que eligieron los venezolanos.
¿Pero qué puede pasar? Hay varios escenarios: que se vea agobiado por las protestas y salga del país en una negociación concertada; no creo que esa sea la opción en este momento. O que se quede contra viento y marea como un dictador con el reconocimiento de China, Rusia, Nicaragua y Cuba; quedaría totalmente aislado y sin mucho poder de maniobra, lo que en el mediano plazo lo dejaría fuera de cualquier posibilidad política y terminaría cayendo como todas las dictaduras.
La realidad es que Maduro hoy está con un respirador artificial que le sostienen Gustavo Petro de Colombia, Luis Ignacio Lula Da Silva de Brasil y Andrés Manuel López Obrador de México, quienes no votaron en la OEA para que no se le exigiera a Maduro ninguna verificación. Pero ese respaldo se agota cada día más a medida que no muestran las actas, y no las mostrarán porque no las tienen; les tocaría falsificarlas y eso sería muy fácil de detectar.
La protesta del sábado fue histórica; toda Venezuela salió y eso tiene al régimen aún más nervioso. No saben qué hacer para sostenerse; han acudido a la más brutal represión, asesinando a más de 15 venezolanos y reteniendo a más de 1.500, lo que es una verdadera violación de los derechos humanos.
El papel del presidente de Chile, Gabriel Boric, ha sido ejemplarizante, comportándose como un verdadero líder, exigiendo garantías y transparencia. En contraste, Gustavo Petro ha quedado como un cómplice de Nicolás Maduro y no hay forma de reconocerlo; es una verdadera vergüenza para Colombia.
Venezuela hoy está en el ojo del mundo y está en un punto de quiebre para que la situación cambie. ¡Ánimo, Venezuela! Están cerca de derrocar al tirano.
Por Jacobo Solano Cerchiaro
La realidad es que Maduro hoy está con un respirador artificial que le sostienen Gustavo Petro de Colombia, Luis Ignacio Lula Da Silva de Brasil y Andrés Manuel López Obrador de México, quienes no votaron en la OEA para que no se le exigiera a Maduro ninguna verificación.
La crisis en Venezuela no es como las anteriores; por primera vez, Nicolás Maduro está tambaleando, y todo por una jugada maestra de María Corina Machado, que, bajo su liderazgo, logró mantener al pueblo unido en torno a una palabra que lo puede todo en la vida: esperanza. María Corina nunca se cansó y, a sabiendas de que Maduro y sus secuaces solo podían ganar con fraude, preparó un equipo de expertos para sacar copia de las actas que desestabilizaron al régimen.
De inmediato, para justificar la demora de 6 horas, se inventaron un ‘hackeo’ desde Macedonia del Norte y luego salieron con un resultado consolidado que nadie creyó: 51 % para Maduro y 44 % para la oposición, una total farsa que fue de inmediato confrontada por las actas verdaderas y que dejó a la dictadura al borde del abismo.
Luego dijeron que no fue desde Macedonia del Norte, sino que fue Elon Musk, dueño de la red social X, con narcotraficantes colombianos; una total locura que solo se cree Maduro. Luego buscó de forma desesperada el Tribunal Supremo, que es impuesto por el régimen, para que valide la elección; nada de eso le ha funcionado.
La votación de Edmundo González llega a casi 8 millones de votos, algo impresionante que ningún presidente en Venezuela había logrado, ni siquiera Chávez en su mejor momento. Es una victoria contundente que le da un mandato claro para que el país cambie de rumbo. Varios países están reconociendo a Edmundo como presidente: Argentina, Perú, Costa Rica, Ecuador, Uruguay, EE. UU. y muchos más se siguen sumando a ese reconocimiento como el presidente electo que eligieron los venezolanos.
¿Pero qué puede pasar? Hay varios escenarios: que se vea agobiado por las protestas y salga del país en una negociación concertada; no creo que esa sea la opción en este momento. O que se quede contra viento y marea como un dictador con el reconocimiento de China, Rusia, Nicaragua y Cuba; quedaría totalmente aislado y sin mucho poder de maniobra, lo que en el mediano plazo lo dejaría fuera de cualquier posibilidad política y terminaría cayendo como todas las dictaduras.
La realidad es que Maduro hoy está con un respirador artificial que le sostienen Gustavo Petro de Colombia, Luis Ignacio Lula Da Silva de Brasil y Andrés Manuel López Obrador de México, quienes no votaron en la OEA para que no se le exigiera a Maduro ninguna verificación. Pero ese respaldo se agota cada día más a medida que no muestran las actas, y no las mostrarán porque no las tienen; les tocaría falsificarlas y eso sería muy fácil de detectar.
La protesta del sábado fue histórica; toda Venezuela salió y eso tiene al régimen aún más nervioso. No saben qué hacer para sostenerse; han acudido a la más brutal represión, asesinando a más de 15 venezolanos y reteniendo a más de 1.500, lo que es una verdadera violación de los derechos humanos.
El papel del presidente de Chile, Gabriel Boric, ha sido ejemplarizante, comportándose como un verdadero líder, exigiendo garantías y transparencia. En contraste, Gustavo Petro ha quedado como un cómplice de Nicolás Maduro y no hay forma de reconocerlo; es una verdadera vergüenza para Colombia.
Venezuela hoy está en el ojo del mundo y está en un punto de quiebre para que la situación cambie. ¡Ánimo, Venezuela! Están cerca de derrocar al tirano.
Por Jacobo Solano Cerchiaro