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Columnista - 9 mayo, 2014

El silencio nos habla

Hay veces que es mejor callar, el silencio puede evitar una situación más grave. El silencio, aunque parezca mentira, comunica. Aunque se define como la ausencia de ruido, hay ocasiones en las que no hablar, no decir nada, puede ocasionar más ruido que miles de palabras. Cada persona vive el silencio de forma diferente, según […]

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Hay veces que es mejor callar, el silencio puede evitar una situación más grave. El silencio, aunque parezca mentira, comunica. Aunque se define como la ausencia de ruido, hay ocasiones en las que no hablar, no decir nada, puede ocasionar más ruido que miles de palabras.

Cada persona vive el silencio de forma diferente, según su manera de ser su situación personal y vital. Así, para José Pedro, el silencio es “la puerta necesaria para penetrar en mi yo interior”. Respecto a cuánto tiempo puede estar en silencio, este periodista ciego señala que “no se trata de aguantar sin más, si no de buscar algunos momentos en el día para mirar dentro de sí, y el silencio lo facilita mucho”.

El silencio comunica. Al menos así lo entiende José Pedro: “Sí, por supuesto, el lenguaje no verbal es muy importante, y cada vez lo va siendo más […]. En cuántas situaciones, sobre todo en momentos malos, nos quedamos sin palabras, sin saber qué decir, cómo consolar a alguien que lo está pasando mal. En estos casos, puede tener mucho más valor el lenguaje no verbal, nuestras actitudes, miradas, gestos…”

Al preguntarle qué supone el silencio en su vida cotidiana, señala: “supongo que lo mismo que para cualquier otra, pero con matices. La ceguera puede ver en el silencio un factor más de incomunicación, ya que el oído es el principal de los sentidos que relacionan a las personas ciegas con su entorno. Por otra parte, el encuentro frecuente con estos silencios no buscados hace que la persona ciega se haya acostumbrado con más facilidad a convivir con el silencio exterior, llegando no sólo a soportarlo, sino a tenerlo como aliado a la hora de reflexionar”.

Para el periodista, “es una gran verdad la frase prefiero ser dueño de mis silencios que esclavo de mis palabras, pero cuesta practicarlo. Cuántas veces, llevado por la situación o en el calor de una discusión, he dicho cosas que luego debería de haberme callado, porque son injustas, han ofendido a otro, no son ciertas o exactas”.

En la sociedad de las Nuevas Tecnologías de la Comunicación, el silencio tiene su papel. “Da la impresión de que no se contara con él, y de que fuera uno de los enemigos a batir, al igual que la contaminación de la naturaleza o el tráfico de armas […]. La entrada en uno mismo siempre cuesta más esfuerzo, y es mucho más comprometida, pues podemos encontrarnos con nuestro yo desconocido”.

Sobre si se puede comunicar con el silencio, Mariano, otra persona ciega, dice que sí. “Prueba de ello fue José María García, cuando hacía su programa nocturno radiofónico deportivo, que dejaba silencios inmensos y eso en radio iba en contra de la filosofía del medio pero demostró que los silencios reforzaban el mensaje comunicado”.

El silencio sirve para comunicar, puede ser terapéutico, nos ayuda a encontrarnos a nosotros mismos y, también, a los demás. Puede ser una forma de huir del mundanal ruido. Buscar el propio silencio es una forma de conocerse a uno mismo y a los otros.

Columnista
9 mayo, 2014

El silencio nos habla

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Antonio Saugar

Hay veces que es mejor callar, el silencio puede evitar una situación más grave. El silencio, aunque parezca mentira, comunica. Aunque se define como la ausencia de ruido, hay ocasiones en las que no hablar, no decir nada, puede ocasionar más ruido que miles de palabras. Cada persona vive el silencio de forma diferente, según […]


Hay veces que es mejor callar, el silencio puede evitar una situación más grave. El silencio, aunque parezca mentira, comunica. Aunque se define como la ausencia de ruido, hay ocasiones en las que no hablar, no decir nada, puede ocasionar más ruido que miles de palabras.

Cada persona vive el silencio de forma diferente, según su manera de ser su situación personal y vital. Así, para José Pedro, el silencio es “la puerta necesaria para penetrar en mi yo interior”. Respecto a cuánto tiempo puede estar en silencio, este periodista ciego señala que “no se trata de aguantar sin más, si no de buscar algunos momentos en el día para mirar dentro de sí, y el silencio lo facilita mucho”.

El silencio comunica. Al menos así lo entiende José Pedro: “Sí, por supuesto, el lenguaje no verbal es muy importante, y cada vez lo va siendo más […]. En cuántas situaciones, sobre todo en momentos malos, nos quedamos sin palabras, sin saber qué decir, cómo consolar a alguien que lo está pasando mal. En estos casos, puede tener mucho más valor el lenguaje no verbal, nuestras actitudes, miradas, gestos…”

Al preguntarle qué supone el silencio en su vida cotidiana, señala: “supongo que lo mismo que para cualquier otra, pero con matices. La ceguera puede ver en el silencio un factor más de incomunicación, ya que el oído es el principal de los sentidos que relacionan a las personas ciegas con su entorno. Por otra parte, el encuentro frecuente con estos silencios no buscados hace que la persona ciega se haya acostumbrado con más facilidad a convivir con el silencio exterior, llegando no sólo a soportarlo, sino a tenerlo como aliado a la hora de reflexionar”.

Para el periodista, “es una gran verdad la frase prefiero ser dueño de mis silencios que esclavo de mis palabras, pero cuesta practicarlo. Cuántas veces, llevado por la situación o en el calor de una discusión, he dicho cosas que luego debería de haberme callado, porque son injustas, han ofendido a otro, no son ciertas o exactas”.

En la sociedad de las Nuevas Tecnologías de la Comunicación, el silencio tiene su papel. “Da la impresión de que no se contara con él, y de que fuera uno de los enemigos a batir, al igual que la contaminación de la naturaleza o el tráfico de armas […]. La entrada en uno mismo siempre cuesta más esfuerzo, y es mucho más comprometida, pues podemos encontrarnos con nuestro yo desconocido”.

Sobre si se puede comunicar con el silencio, Mariano, otra persona ciega, dice que sí. “Prueba de ello fue José María García, cuando hacía su programa nocturno radiofónico deportivo, que dejaba silencios inmensos y eso en radio iba en contra de la filosofía del medio pero demostró que los silencios reforzaban el mensaje comunicado”.

El silencio sirve para comunicar, puede ser terapéutico, nos ayuda a encontrarnos a nosotros mismos y, también, a los demás. Puede ser una forma de huir del mundanal ruido. Buscar el propio silencio es una forma de conocerse a uno mismo y a los otros.