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Columnista - 20 diciembre, 2018

El rito anual del salario mínimo

La fijación anual del salario mínimo mensual, SMM, se ha vuelto un rito que hacen los sectores empresariales y los trabajadores con el celestinaje del gobierno, el cual termina fijándolo por decreto, liberando de responsabilidades al empleador. En la determinación del SMM en Colombia intervienen dos factores, la inflación y la productividad de los factores. […]

La fijación anual del salario mínimo mensual, SMM, se ha vuelto un rito que hacen los sectores empresariales y los trabajadores con el celestinaje del gobierno, el cual termina fijándolo por decreto, liberando de responsabilidades al empleador. En la determinación del SMM en Colombia intervienen dos factores, la inflación y la productividad de los factores.

Para medir la incidencia de la inflación, se toma la del año que termina y la esperada del año que se avecina. Más, la primera no se conoce aún en el mes de diciembre y la segunda es estimada, sujeta a muchas contingencias económicas. La productividad es una variable bien compleja y depende de varias cosas: la naturaleza (variable exógena), el capital, la empresa, el Estado y el trabajo mismo. En Colombia la productividad del trabajo siempre es superior a la de los otros factores y por lo tanto, es mediante esta que se debería asignar el SMM; sin embargo, a los trabajadores no se les evalúa por su propio rendimiento sino que se les promedia con la baja productividad de los otros factores intervinientes sin que ellos tengan culpa del bajo aporte del empleador, lo cual no les justo. ¿Qué culpa tienen los trabajadores, p.ej., de que en su empresa no utilicen tecnología de punta? ¿Qué culpa tienen de que el Estado no sea un gran facilitador empresarial? En este sainete anual, casi nunca las partes llegan a un acuerdo razonable, la complicidad de los gobiernos de turno es manifiesta y al final, los trabajadores siempre llevan la peor parte. La verdad es que los balances de estado no deben soportarse solo en la disminución de los salarios sino más bien en estrategias tecnológicas. En 2002, el SMM fue establecido en $260.100 y en 2018 en $781.242, lo que significa que tuvo un crecimiento promedio anual de 6.11% nominal; pero ajustada esta última cifra por el crecimiento acumulado del IPC que creció casi 130% hasta 2018, desde el 2000, el valor real del SMM en 2018 apenas llegó a $339.788, 30.6% más elevado que en 2002, lo que traduce un incremento promedio anual real de 1.48%. Esa es la realidad salarial del SMM.

La argumentación del sector empresarial y del gobierno es que incrementos salariales por encima del IPC, producen más inflación y desempleo pero eluden hablar de que a mayor poder adquisitivo habrá mayor demanda y por lo tanto mayor economía de escala, crecimiento económico y disminución de precios, reglas básicas de la microeconomía. Los países más industrializados de la comunidad europea como Alemania, Francia, Bélgica, Reino Unido y Holanda, tienen salarios mínimos que superan los 1500 euros, algo así como $5.5 millones, siete veces nuestro mínimo mensual. Sin embargo, en Francia acaban de marchar porque algunas medidas del gobierno afectaban ligeramente sus intereses, y Macri tuvo que retroceder. Allá si podríamos hablar de una clase media que vive dignamente, social y económicamente. Y pese a esos salarios, estos países pueden competir en precios con aquellos países que pagan salarios de hambre. ¿Cómo lo hacen? Utilizando bien todos los factores de productividad. Así de sencillo.
***
A mis lectores les deseo unas felices navidades y un año nuevo lleno de justicia y equidad. Nos veremos en enero.

Luis Napoleón de Armas P.

Columnista
20 diciembre, 2018

El rito anual del salario mínimo

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Luis Napoleón de Armas P.

La fijación anual del salario mínimo mensual, SMM, se ha vuelto un rito que hacen los sectores empresariales y los trabajadores con el celestinaje del gobierno, el cual termina fijándolo por decreto, liberando de responsabilidades al empleador. En la determinación del SMM en Colombia intervienen dos factores, la inflación y la productividad de los factores. […]


La fijación anual del salario mínimo mensual, SMM, se ha vuelto un rito que hacen los sectores empresariales y los trabajadores con el celestinaje del gobierno, el cual termina fijándolo por decreto, liberando de responsabilidades al empleador. En la determinación del SMM en Colombia intervienen dos factores, la inflación y la productividad de los factores.

Para medir la incidencia de la inflación, se toma la del año que termina y la esperada del año que se avecina. Más, la primera no se conoce aún en el mes de diciembre y la segunda es estimada, sujeta a muchas contingencias económicas. La productividad es una variable bien compleja y depende de varias cosas: la naturaleza (variable exógena), el capital, la empresa, el Estado y el trabajo mismo. En Colombia la productividad del trabajo siempre es superior a la de los otros factores y por lo tanto, es mediante esta que se debería asignar el SMM; sin embargo, a los trabajadores no se les evalúa por su propio rendimiento sino que se les promedia con la baja productividad de los otros factores intervinientes sin que ellos tengan culpa del bajo aporte del empleador, lo cual no les justo. ¿Qué culpa tienen los trabajadores, p.ej., de que en su empresa no utilicen tecnología de punta? ¿Qué culpa tienen de que el Estado no sea un gran facilitador empresarial? En este sainete anual, casi nunca las partes llegan a un acuerdo razonable, la complicidad de los gobiernos de turno es manifiesta y al final, los trabajadores siempre llevan la peor parte. La verdad es que los balances de estado no deben soportarse solo en la disminución de los salarios sino más bien en estrategias tecnológicas. En 2002, el SMM fue establecido en $260.100 y en 2018 en $781.242, lo que significa que tuvo un crecimiento promedio anual de 6.11% nominal; pero ajustada esta última cifra por el crecimiento acumulado del IPC que creció casi 130% hasta 2018, desde el 2000, el valor real del SMM en 2018 apenas llegó a $339.788, 30.6% más elevado que en 2002, lo que traduce un incremento promedio anual real de 1.48%. Esa es la realidad salarial del SMM.

La argumentación del sector empresarial y del gobierno es que incrementos salariales por encima del IPC, producen más inflación y desempleo pero eluden hablar de que a mayor poder adquisitivo habrá mayor demanda y por lo tanto mayor economía de escala, crecimiento económico y disminución de precios, reglas básicas de la microeconomía. Los países más industrializados de la comunidad europea como Alemania, Francia, Bélgica, Reino Unido y Holanda, tienen salarios mínimos que superan los 1500 euros, algo así como $5.5 millones, siete veces nuestro mínimo mensual. Sin embargo, en Francia acaban de marchar porque algunas medidas del gobierno afectaban ligeramente sus intereses, y Macri tuvo que retroceder. Allá si podríamos hablar de una clase media que vive dignamente, social y económicamente. Y pese a esos salarios, estos países pueden competir en precios con aquellos países que pagan salarios de hambre. ¿Cómo lo hacen? Utilizando bien todos los factores de productividad. Así de sencillo.
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A mis lectores les deseo unas felices navidades y un año nuevo lleno de justicia y equidad. Nos veremos en enero.

Luis Napoleón de Armas P.