EL PILÓN hace gala de una muy nítida libertad de opinión y en sus páginas se pueden leer sentires de lo más variados y antagónicos.
Recién llegado a Valledupar en el año 1999, fui amablemente recibido como columnista de este diario por su entonces director, Dickson Quiroz. Me sentí apreciado y útil, cumpliéndose así mi primera etapa como columnista, la cual finalizó bajo la dirección de Carlos Alberto Maestre Maya. También fui distinguido como miembro del Comité de Redacción, en el cual permanecí por varios años, siendo testigo de las afugias de sus propietarios por mantener vivo el periódico, algo que, sin duda, se ha logrado con valiosos y generosos esfuerzos.
Le tomé cariño al periodismo desde niño, cuando observaba a don Henrique Gomes Casseres, su director, escoger temas, redactar editoriales y armar, con sus propias manos, el semanario El Cenit. Se untaba de tinta y plomo para imprimirlo y, casi que personalmente, salir a venderlo. Había poca publicidad, pero al parecer suficiente, complementada con la impresión de carteles mortuorios, que entonces eran escasos. En esa época, la gente solía morir de vieja o de un “ataque”.
Luego y durante años, de joven, me mantuve muy cerca de la oficina de El Espectador en Sincelejo, colaborando anónimamente en la preparación de noticias bajo el mote de “Oficina de Redacción”. Tendría para entonces unos 15 abriles.
Posteriormente, me vinculé a la sociedad propietaria del diario El Meridiano de Sucre, iniciativa en la que estuve involucrado durante varios años.
Estos hechos me permitieron conocer varias facetas, pero hay una que se da como común denominador y es la angustia por mantenerse a flote, incluyendo por supuesto a EL PILÓN, que, a pesar del inmenso esfuerzo de sus propietarios, encabezados hoy por el empresario Juan Carlos Quintero Castro, con la colaboración de Jorge Daniel Quintero, ha logrado milagrosamente ver las luces de muchos nuevos amaneceres.
Es así que hay que felicitar a EL PILÓN, a sus fundadores Dickson Quiroz e Iván Alejando Duarte, a Carlos Alberto Maestre Maya y a todas las personas que de una u otra manera han permitido este valioso sobreaguar exitoso
EL PILÓN hace gala de una muy nítida libertad de opinión y en sus páginas se pueden leer sentires de lo más variados y antagónicos. De verdad, creo que es un periódico serio.
No pude asistir a los festejos en el Club Valledupar y por lo tanto en forma posterior alzo la copa y hago el más cálido brindis por estos 30 años que espero se multipliquen mucho más.
Por: Jaime García Chadid
EL PILÓN hace gala de una muy nítida libertad de opinión y en sus páginas se pueden leer sentires de lo más variados y antagónicos.
Recién llegado a Valledupar en el año 1999, fui amablemente recibido como columnista de este diario por su entonces director, Dickson Quiroz. Me sentí apreciado y útil, cumpliéndose así mi primera etapa como columnista, la cual finalizó bajo la dirección de Carlos Alberto Maestre Maya. También fui distinguido como miembro del Comité de Redacción, en el cual permanecí por varios años, siendo testigo de las afugias de sus propietarios por mantener vivo el periódico, algo que, sin duda, se ha logrado con valiosos y generosos esfuerzos.
Le tomé cariño al periodismo desde niño, cuando observaba a don Henrique Gomes Casseres, su director, escoger temas, redactar editoriales y armar, con sus propias manos, el semanario El Cenit. Se untaba de tinta y plomo para imprimirlo y, casi que personalmente, salir a venderlo. Había poca publicidad, pero al parecer suficiente, complementada con la impresión de carteles mortuorios, que entonces eran escasos. En esa época, la gente solía morir de vieja o de un “ataque”.
Luego y durante años, de joven, me mantuve muy cerca de la oficina de El Espectador en Sincelejo, colaborando anónimamente en la preparación de noticias bajo el mote de “Oficina de Redacción”. Tendría para entonces unos 15 abriles.
Posteriormente, me vinculé a la sociedad propietaria del diario El Meridiano de Sucre, iniciativa en la que estuve involucrado durante varios años.
Estos hechos me permitieron conocer varias facetas, pero hay una que se da como común denominador y es la angustia por mantenerse a flote, incluyendo por supuesto a EL PILÓN, que, a pesar del inmenso esfuerzo de sus propietarios, encabezados hoy por el empresario Juan Carlos Quintero Castro, con la colaboración de Jorge Daniel Quintero, ha logrado milagrosamente ver las luces de muchos nuevos amaneceres.
Es así que hay que felicitar a EL PILÓN, a sus fundadores Dickson Quiroz e Iván Alejando Duarte, a Carlos Alberto Maestre Maya y a todas las personas que de una u otra manera han permitido este valioso sobreaguar exitoso
EL PILÓN hace gala de una muy nítida libertad de opinión y en sus páginas se pueden leer sentires de lo más variados y antagónicos. De verdad, creo que es un periódico serio.
No pude asistir a los festejos en el Club Valledupar y por lo tanto en forma posterior alzo la copa y hago el más cálido brindis por estos 30 años que espero se multipliquen mucho más.
Por: Jaime García Chadid