El Pilón nació por iniciativa de Dickson Quiroz y un grupo de soñadores, quienes le apostaron a desarrollar un medio impreso, en una ciudad donde se parrandea mucho pero se lee poco.
Desde que abrió sus puertas hace 20 años, ha cubierto un sinnúmero de sucesos que forman parte de la historia reciente del departamento, a pesar de que muchos no le auguraban un buen futuro por la precariedad con la que iniciaron, sin embargo, fue convirtiéndose en un sentimiento, dando a conocer las noticias locales que los medios nacionales no registraban y para nosotros, como vallenatos, eran muy importantes; hoy por hoy, no hay vallenato que no se identifique con El Pilón; para los periodistas, es la mejor escuela de formación, un plus en sus hojas de vida; el periódico se ha constituido en una insignia de Valledupar y así debe continuar, en tiempos en que la prensa escrita vive momentos tan difíciles; algo para destacar de El Pilón, es que enfrentó con mucho coraje la violencia guerrillera y paramilitar, que dejó en el camino la vida de un gran periodista como Guzmán Quintero, a quien no conocí pero supe de sus calidades humanas y periodísticas.
El Pilón superó una crisis financiera y hoy es administrativamente viable, en gran parte por una administración eficiente del gerente, Jesús David Mejía, que aunque es un poco “durongo” le ha dado a El Pilón esa estabilidad que necesita para crecer; en la actualidad, la responsabilidad del diario con la sociedad es mayor: ser un medio moderno y verdaderamente imparcial y plural que no permite influencias de los sectores políticos payoleros que todavía nos dominan y que solo generan odios y enfrentamientos parroquiales.
Un periódico se debe a sus lectores y eso lo sabe su Presidente, Juan Carlos Quintero, que ha sabido manejar esos hilos invisibles que no permiten que sea tomado como herramienta política a costa de la credibilidad, es un buen momento para aplaudir su gestión, porque en él recae este resurgir y, sobre todo, los retos que trae el futuro, esperemos que haya más inversión.
También quiero felicitar a Alba Quintero y a Yelene Cuan, que con un equipo de redacción muy reducido han logrado cubrir de buena forma el acontecer noticioso y le han dado una nueva dinámica al periódico.
A pesar de pertenecer a la familia pilonera, he sido de sus grandes críticos en algunos temas, lo que me ha causado alguna mal querencia interna, siempre buscando lo mejor para su desarrollo; no me cansaré de insistir en la necesidad de ser más rigurosos en temas de redacción, ortografía y fotografía, desarrollo de nuevos productos, fortalecimiento de la unidad investigativa y apostarle más a la web, que será la plataforma del futuro.
Para despedirme, quiero agradecer al Dr. Dickson Quiroz, que me aceptó como columnista, desde ese momento, he podido expresar sin tapujos mis opiniones; también a la Junta Directiva por confiarme la responsabilidad de hacer parte del Consejo Editorial, un gran honor, que me ha permitido aportar ideas para fortalecer las páginas del diario, pero principalmente la oportunidad de aprender junto a mis compañeros Mary Daza Orozco, Ana María Ferrer, Carlos García y María Clara Quintero.
El Pilón, es y seguirá siendo, Lo nuestro.
