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Columnista - 31 mayo, 2013

El panteón de los juglares

El más ejemplarizante caso de repatriación de un artista es hasta el presente el de Carlos Gardel, muerto y enterrado en Medellín en el año 1935 y tras un viaje en barco de un poco más de siete meses Medellín-Buenaventura-Nueva York-Montevideo-Buenos Aires, sus despojos mortales fueron trasladados hasta el cono sur y reposan en el cementerio de la Chacarita en la Capital Argentina.

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Por. Julio C. Oñate Martínez

El más ejemplarizante caso de repatriación de un artista es hasta el presente el de Carlos Gardel, muerto y enterrado en Medellín en el año 1935 y tras un viaje en barco de un poco más de siete meses Medellín-Buenaventura-Nueva York-Montevideo-Buenos Aires, sus despojos mortales fueron trasladados hasta el cono sur y reposan en el cementerio de la Chacarita en la Capital Argentina. De esto se encargó la Asociación Argentina de Artistas de Radio y Varietés con el apoyo del gobierno.

Traigo esto a colación pensando que en el Parque Cultural del Vallenato,  el ambicioso proyecto que tratará de cristalizar nuestro gobernador Luis Alberto Monsalvo, debe crearse  un espacio para construir un mausoleo para los juglares vallenatos que le han dado brillo y prestigio a nuestro folclor. Esto permitiría entonces en primera instancia, reunir en el monumento funerario a los reyes vallenatos que colgaron la lira lejos de Valledupar y  traer desde Planeta Rica (Córdoba) los restos de Alejandro Duran, de Montería los de Julio de la Ossa, y los de Elberto “El Debe” López  sepultado en Sincelejo, la capital sucreña.

El cadáver de Luis Enrique Martínez fue exhumado en Santa Marta, donde murió en 1995 y sus restos llevados por la Alcaldía de Fonseca, hasta el Hatico, su solar nativo. Así mismo podríamos rescatar los despojos de los reyes vitalicios del Festival como Andrés Landero, enterrado en San Jacinto (Bolívar), Pacho Rada en Santa Marta y Abel Antonio Villa en Barranquilla.

Los familiares de los fallecidos no verán con buenos ojos esta iniciativa, pero finalmente los cobijará el orgullo al saber que la memoria de sus seres queridos se perpetuará en el privilegiado panteón de los grandes del folclor, donde necesariamente tendrán que estar por derecho propio los restos de Rafael Escalona, Tobías Pumarejo, Lorenzo Morales y Emiliano Zuleta, entre otros. Se podría adelantar las gestiones necesarias con el Dr. Kiko Gómez gobernador de la Guajira para salvar del olvido, la humedad y el comején lo que queda del cadáver de Francisco el hombre allá en el pequeño cementerio de Macho Bayo.

Este sería un espacio, guardando las proporciones, similar a el jardín de los poetas de la Abadía de Westminster en Londres donde no solo se coronan y se han enterrado los monarcas británicos, sino también los grandes del pensamiento ingles como William Shakespeare, Charles Dickens, Isaac Newton y Charles Darwin, entre muchos. Este memorable lugar es uno de los mayores atractivos turísticos para todo el que llega a la capital de Inglaterra.

Igualmente el Panteón de los juglares seria sitio obligado para todo aquel que nos visite no solo durante el Festival Vallenato sino en cualquier época del año.

Adelante Sr. Gobernador.

 

Columnista
31 mayo, 2013

El panteón de los juglares

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Julio C. Oñate M.

El más ejemplarizante caso de repatriación de un artista es hasta el presente el de Carlos Gardel, muerto y enterrado en Medellín en el año 1935 y tras un viaje en barco de un poco más de siete meses Medellín-Buenaventura-Nueva York-Montevideo-Buenos Aires, sus despojos mortales fueron trasladados hasta el cono sur y reposan en el cementerio de la Chacarita en la Capital Argentina.


Por. Julio C. Oñate Martínez

El más ejemplarizante caso de repatriación de un artista es hasta el presente el de Carlos Gardel, muerto y enterrado en Medellín en el año 1935 y tras un viaje en barco de un poco más de siete meses Medellín-Buenaventura-Nueva York-Montevideo-Buenos Aires, sus despojos mortales fueron trasladados hasta el cono sur y reposan en el cementerio de la Chacarita en la Capital Argentina. De esto se encargó la Asociación Argentina de Artistas de Radio y Varietés con el apoyo del gobierno.

Traigo esto a colación pensando que en el Parque Cultural del Vallenato,  el ambicioso proyecto que tratará de cristalizar nuestro gobernador Luis Alberto Monsalvo, debe crearse  un espacio para construir un mausoleo para los juglares vallenatos que le han dado brillo y prestigio a nuestro folclor. Esto permitiría entonces en primera instancia, reunir en el monumento funerario a los reyes vallenatos que colgaron la lira lejos de Valledupar y  traer desde Planeta Rica (Córdoba) los restos de Alejandro Duran, de Montería los de Julio de la Ossa, y los de Elberto “El Debe” López  sepultado en Sincelejo, la capital sucreña.

El cadáver de Luis Enrique Martínez fue exhumado en Santa Marta, donde murió en 1995 y sus restos llevados por la Alcaldía de Fonseca, hasta el Hatico, su solar nativo. Así mismo podríamos rescatar los despojos de los reyes vitalicios del Festival como Andrés Landero, enterrado en San Jacinto (Bolívar), Pacho Rada en Santa Marta y Abel Antonio Villa en Barranquilla.

Los familiares de los fallecidos no verán con buenos ojos esta iniciativa, pero finalmente los cobijará el orgullo al saber que la memoria de sus seres queridos se perpetuará en el privilegiado panteón de los grandes del folclor, donde necesariamente tendrán que estar por derecho propio los restos de Rafael Escalona, Tobías Pumarejo, Lorenzo Morales y Emiliano Zuleta, entre otros. Se podría adelantar las gestiones necesarias con el Dr. Kiko Gómez gobernador de la Guajira para salvar del olvido, la humedad y el comején lo que queda del cadáver de Francisco el hombre allá en el pequeño cementerio de Macho Bayo.

Este sería un espacio, guardando las proporciones, similar a el jardín de los poetas de la Abadía de Westminster en Londres donde no solo se coronan y se han enterrado los monarcas británicos, sino también los grandes del pensamiento ingles como William Shakespeare, Charles Dickens, Isaac Newton y Charles Darwin, entre muchos. Este memorable lugar es uno de los mayores atractivos turísticos para todo el que llega a la capital de Inglaterra.

Igualmente el Panteón de los juglares seria sitio obligado para todo aquel que nos visite no solo durante el Festival Vallenato sino en cualquier época del año.

Adelante Sr. Gobernador.