La pasada contienda presidencial dejó muchas realidades al descubierto
Sin duda alguna el país está sufriendo una transformación política sin precedentes, en gran medida esta disrupción política hoy claramente evidenciada en la intención de voto está siendo influenciada por la falta de credibilidad y el estancamiento que ha venido sufriendo nuestro país por más de 4 décadas en temas tan sensibles como el empleo, la salud, el costo de vida y la falta de oportunidades para aquellos menos favorecidos; en esta última elección presidencial quedó más que demostrada la gran inconformidad de la población que ve hoy en la opción de centro una oportunidad de cambio a pesar de este desde hace mucho tiempo no ha sido un sector por el que tradicionalmente se votaba en nuestro país.
La pasada contienda presidencial dejó muchas realidades al descubierto de las cuales podemos citar un par de ellas sin temor a equivocarnos, iniciemos por comentar el alto nivel de polarización en la que hoy se encuentra el país, en gran medida porque en muchas campañas (no todas) se ha venido fomentando con mayor interés una política de odios y no a una política que promueva las ideas y consenso entre los candidatos; otra realidad no menos importante es que gran parte del electorado se acostumbró a ejercer su derecho al voto por pasión y efervescencia del momento y no por convicción o una franca y sincera decisión de cambio.
A pesar de todo lo anterior también quedan algunas reflexiones que merecen ser compartidas, una de ellas se centra en que las maquinarias tradicionales hoy ya no son garantía de triunfo para ningún candidato ya que esa otra parte de electorado que si vota realmente por convicción y que cité anteriormente está creciendo a ritmo exponencial quizás harto por no poder ver en un largo tiempo un cambio real en muchos aspectos sensibles del país o quizás también harto de ver cómo la corrupción se volvió paisaje para muchos sin que pase absolutamente nada.
En conclusión el verdadero cambio debe iniciar en la conciencia de cada colombiano apoyado siempre en un análisis profundo y responsable sobre la conveniencia de una u otra propuesta a la hora de votar, hoy la gran mayoría del país cansado del modelo tradicional ve en otras opciones políticas una luz en el camino, lo innegable es que el país añora un cambio que permita recobrar la esperanza a muchos que hoy la ven perdida, es por ello que hoy el país también le apuesta al centro.
La pasada contienda presidencial dejó muchas realidades al descubierto
Sin duda alguna el país está sufriendo una transformación política sin precedentes, en gran medida esta disrupción política hoy claramente evidenciada en la intención de voto está siendo influenciada por la falta de credibilidad y el estancamiento que ha venido sufriendo nuestro país por más de 4 décadas en temas tan sensibles como el empleo, la salud, el costo de vida y la falta de oportunidades para aquellos menos favorecidos; en esta última elección presidencial quedó más que demostrada la gran inconformidad de la población que ve hoy en la opción de centro una oportunidad de cambio a pesar de este desde hace mucho tiempo no ha sido un sector por el que tradicionalmente se votaba en nuestro país.
La pasada contienda presidencial dejó muchas realidades al descubierto de las cuales podemos citar un par de ellas sin temor a equivocarnos, iniciemos por comentar el alto nivel de polarización en la que hoy se encuentra el país, en gran medida porque en muchas campañas (no todas) se ha venido fomentando con mayor interés una política de odios y no a una política que promueva las ideas y consenso entre los candidatos; otra realidad no menos importante es que gran parte del electorado se acostumbró a ejercer su derecho al voto por pasión y efervescencia del momento y no por convicción o una franca y sincera decisión de cambio.
A pesar de todo lo anterior también quedan algunas reflexiones que merecen ser compartidas, una de ellas se centra en que las maquinarias tradicionales hoy ya no son garantía de triunfo para ningún candidato ya que esa otra parte de electorado que si vota realmente por convicción y que cité anteriormente está creciendo a ritmo exponencial quizás harto por no poder ver en un largo tiempo un cambio real en muchos aspectos sensibles del país o quizás también harto de ver cómo la corrupción se volvió paisaje para muchos sin que pase absolutamente nada.
En conclusión el verdadero cambio debe iniciar en la conciencia de cada colombiano apoyado siempre en un análisis profundo y responsable sobre la conveniencia de una u otra propuesta a la hora de votar, hoy la gran mayoría del país cansado del modelo tradicional ve en otras opciones políticas una luz en el camino, lo innegable es que el país añora un cambio que permita recobrar la esperanza a muchos que hoy la ven perdida, es por ello que hoy el país también le apuesta al centro.