En Valledupar, Fenalco calcula que hay alrededor de 3.500 tiendas, la mayoría negocios familiares, amenazados ante la aparición de nuevos supermercados que le restan participación en la canasta familiar.
La pequeña tienda de la esquina es uno de los negocios más representativo en la economía familiar del país. Las compras básicas de las familias giraban alrededor del vecino que acondicionaba su pequeño local o terraza de la casa, en un punto estratégico, y se convertía en el principal comerciante de los productos de la canasta familiar de la cuadra, incluso del barrio.
Lee también: Los motociclistas, el motor que mueve la economía informal de Valledupar
Pero el negocio de las tiendas, como inicialmente estaba planteado, está bajo amenaza. Primero fue la entrada continua de supermercados en todo el país; luego, la aparición de la pandemia que obligó a miles de tienderos a cerrar o reducir sus horarios de atención.
Según la bitácora presentada por la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, para el mes de julio en Colombia había más de 400.000 tiendas de barrio las cuales reportan el 44 a 48 % del consumo masivo en el país. Ese porcentaje de la torta se redujo en el último año alrededor de 10 puntos porcentuales.
“Pierden espacios las tiendas de barrio y ganan los canales modernos. Por eso, les tocó a los pequeños comerciantes implementar el tema de domicilios. Antes solo el 6 % de las tiendas de barrio ofrecían domicilios, ahora el 32 %. El tendero estaba en una zona de confort, de comodidad”, argumentó Octavio Pico Malavar, director de la seccional Fenalco-Cesar.
Cecilia Castro es propietaria de una de las 3.500 tiendas de barrio contabilizadas en Valledupar. Al igual que para el 94 % de los tienderos, su negocio representa su único ingreso. “Es un negocio pequeño, no hay grandes armarios, pero lo suficiente ganarse la vida y vivir de él”, cuenta Castro, que tiene su tienda en la zona comercial de Valledupar.
Cuando en marzo se decretó el aislamiento preventivo obligatorio a nivel nacional y se cerró la actividad comercial en Valledupar, la mayoría de tiendas limitaron los horarios de atención y bajaron las ventas. “El que venía todos los días a comprar ahora viene una vez a la semana y hace el mercado, pero las personas prefieren hacer grandes compras en las supertiendas”, agregó por su lado Ciro Mendoza, tiendero.
No dejes de leer: El Cesar en cifras: educación, servicios públicos y acceso a internet
Afortunadamente las tiendas, claves en la canasta básica, fueron los primeros negocios en reabrir. Sin embargo, medidas de orden público siguen limitando su atención. En junio, durante los tres fines de semana con toque de queda decretados en Valledupar, se atendía por la ventana o por encargo.
Por eso, a nivel nacional el 60 % de los tienderos presentaron resultados negativos en ventas en abril, mayo y junio. A la vez que la covid-19 golpea el bolsillo de los tienderos, las grandes cadenas ganan espacio en el mercado familiar. Al punto que el 68 % de los tienderos reconoce que los canales modernos le han quitado participación en el mercado durante el confinamiento.
“El 83 % de los tenderos no sabe cómo conquistar un cliente ocasional porque son vendedores pasivos, por eso les están ganando la pelea. La costumbre es la venta de vitrina, usted pida, pero no hay impulso al consumo, como en las grandes cadenas”, agregó Malaver.
Bajo esas estrategias, el líder gremial considera que las tiendas tienen las de perder frente a las supertiendas. Sin contar que pocos son los negocios de barrio que han apostado por la tecnología. Según la encuesta de Fenalco, el 60 % de los pequeños comerciantes no ha recibido apoyo tecnológico.
“No llevan base de datos de sus clientes, no guardan los consumos de los clientes… Entonces es normal que estén en desventaja frente a los grandes supermercados”.
Cuidar al pequeño tendero es clave. Como lo reveló la encuesta, para el 94 % de los tenderos su negocio representa su única fuente de ingresos. Sin embargo, el mayor obstáculo para brindar apoyo es la informalidad de la mayoría de esos negocios.
Te puede interesar: El Cesar en cifras: educación, servicios públicos y acceso a internet
En ese caso, los que están registrados ante Cámara de Comercio tienen la posibilidad de acceder a créditos, no obstante, la participación es baja. Las cifras gremiales marcan que un 93 % de microempresarios formales tan solo tiene acceso al 3,1 % del total de los montos de créditos colocados históricamente.
Muchos saldrán a buscar recursos para reabrir operaciones, por lo tanto, para evitar que caigan en la presión de los gota-gota, Fenalco habilitó un crédito con el apoyo del Fondo Nacional de Garantías.
“El tendero, el pequeño comerciante, el del restaurante, es un usuario potencial del gota a gota. Por eso se creó un crédito formal con unas tasas iguales a las del mercado, donde no necesita codeudor sino que lo apoya una entidad del Estado que es el Fondo Nacional de Garantías. El objetivo es arrebatarle el tendero al gota-gota para que ingrese a la formalidad”, concluyó el director de Fenalco Cesar.
En Valledupar, Fenalco calcula que hay alrededor de 3.500 tiendas, la mayoría negocios familiares, amenazados ante la aparición de nuevos supermercados que le restan participación en la canasta familiar.
La pequeña tienda de la esquina es uno de los negocios más representativo en la economía familiar del país. Las compras básicas de las familias giraban alrededor del vecino que acondicionaba su pequeño local o terraza de la casa, en un punto estratégico, y se convertía en el principal comerciante de los productos de la canasta familiar de la cuadra, incluso del barrio.
Lee también: Los motociclistas, el motor que mueve la economía informal de Valledupar
Pero el negocio de las tiendas, como inicialmente estaba planteado, está bajo amenaza. Primero fue la entrada continua de supermercados en todo el país; luego, la aparición de la pandemia que obligó a miles de tienderos a cerrar o reducir sus horarios de atención.
Según la bitácora presentada por la Federación Nacional de Comerciantes, Fenalco, para el mes de julio en Colombia había más de 400.000 tiendas de barrio las cuales reportan el 44 a 48 % del consumo masivo en el país. Ese porcentaje de la torta se redujo en el último año alrededor de 10 puntos porcentuales.
“Pierden espacios las tiendas de barrio y ganan los canales modernos. Por eso, les tocó a los pequeños comerciantes implementar el tema de domicilios. Antes solo el 6 % de las tiendas de barrio ofrecían domicilios, ahora el 32 %. El tendero estaba en una zona de confort, de comodidad”, argumentó Octavio Pico Malavar, director de la seccional Fenalco-Cesar.
Cecilia Castro es propietaria de una de las 3.500 tiendas de barrio contabilizadas en Valledupar. Al igual que para el 94 % de los tienderos, su negocio representa su único ingreso. “Es un negocio pequeño, no hay grandes armarios, pero lo suficiente ganarse la vida y vivir de él”, cuenta Castro, que tiene su tienda en la zona comercial de Valledupar.
Cuando en marzo se decretó el aislamiento preventivo obligatorio a nivel nacional y se cerró la actividad comercial en Valledupar, la mayoría de tiendas limitaron los horarios de atención y bajaron las ventas. “El que venía todos los días a comprar ahora viene una vez a la semana y hace el mercado, pero las personas prefieren hacer grandes compras en las supertiendas”, agregó por su lado Ciro Mendoza, tiendero.
No dejes de leer: El Cesar en cifras: educación, servicios públicos y acceso a internet
Afortunadamente las tiendas, claves en la canasta básica, fueron los primeros negocios en reabrir. Sin embargo, medidas de orden público siguen limitando su atención. En junio, durante los tres fines de semana con toque de queda decretados en Valledupar, se atendía por la ventana o por encargo.
Por eso, a nivel nacional el 60 % de los tienderos presentaron resultados negativos en ventas en abril, mayo y junio. A la vez que la covid-19 golpea el bolsillo de los tienderos, las grandes cadenas ganan espacio en el mercado familiar. Al punto que el 68 % de los tienderos reconoce que los canales modernos le han quitado participación en el mercado durante el confinamiento.
“El 83 % de los tenderos no sabe cómo conquistar un cliente ocasional porque son vendedores pasivos, por eso les están ganando la pelea. La costumbre es la venta de vitrina, usted pida, pero no hay impulso al consumo, como en las grandes cadenas”, agregó Malaver.
Bajo esas estrategias, el líder gremial considera que las tiendas tienen las de perder frente a las supertiendas. Sin contar que pocos son los negocios de barrio que han apostado por la tecnología. Según la encuesta de Fenalco, el 60 % de los pequeños comerciantes no ha recibido apoyo tecnológico.
“No llevan base de datos de sus clientes, no guardan los consumos de los clientes… Entonces es normal que estén en desventaja frente a los grandes supermercados”.
Cuidar al pequeño tendero es clave. Como lo reveló la encuesta, para el 94 % de los tenderos su negocio representa su única fuente de ingresos. Sin embargo, el mayor obstáculo para brindar apoyo es la informalidad de la mayoría de esos negocios.
Te puede interesar: El Cesar en cifras: educación, servicios públicos y acceso a internet
En ese caso, los que están registrados ante Cámara de Comercio tienen la posibilidad de acceder a créditos, no obstante, la participación es baja. Las cifras gremiales marcan que un 93 % de microempresarios formales tan solo tiene acceso al 3,1 % del total de los montos de créditos colocados históricamente.
Muchos saldrán a buscar recursos para reabrir operaciones, por lo tanto, para evitar que caigan en la presión de los gota-gota, Fenalco habilitó un crédito con el apoyo del Fondo Nacional de Garantías.
“El tendero, el pequeño comerciante, el del restaurante, es un usuario potencial del gota a gota. Por eso se creó un crédito formal con unas tasas iguales a las del mercado, donde no necesita codeudor sino que lo apoya una entidad del Estado que es el Fondo Nacional de Garantías. El objetivo es arrebatarle el tendero al gota-gota para que ingrese a la formalidad”, concluyó el director de Fenalco Cesar.