El acordeón, un instrumento musical cuyos primeros vestigios se conocieron en China; que luego fue patentado en Austria por Cyrill Demian, que fue acogido por toda Europa, los alemanes se adueñaron de su paternidad y nos enviaron a América el regalo más valioso que hayan podido apreciar los campesinos del Magdalena grande, y que ha […]
El acordeón, un instrumento musical cuyos primeros vestigios se conocieron en China; que luego fue patentado en Austria por Cyrill Demian, que fue acogido por toda Europa, los alemanes se adueñaron de su paternidad y nos enviaron a América el regalo más valioso que hayan podido apreciar los campesinos del Magdalena grande, y que ha convertido a Valledupar en la ciudad de Latinoamérica reconocida como la ‘Capital Mundial del Acordeón’.
Bueno, quien haya visitado Valledupar en los años recientes y no conozca la casa de ‘Beto’ Murgas, donde el compositor creó el Museo del Acordeón, no sabe de lo que se está perdiendo. Yo era uno de ellos, y sólo hasta el pasado fin de semana tuve ese placer, y realmente quedé impresionado, no solo por lo que observé en ese lugar, sino por el calor humano que se siente en el recinto, donde sus anfitriones ‘Ocha’ y ‘Beto’ hacen que los visitantes disfruten conociendo la historia del acordeón y del vallenato, y que no quieran despedirse del lugar.
Cuando ‘Beto’ inicia su guianza, nos explica de donde nace la idea de convertir su casa en un museo, cómo consiguió su primer acordeón y toma en sus labios las primeras armónicas, lo que nosotros conocemos como violinas, para explicarnos como opera el sistema de lengüetas que da vida posteriormente al acordeón, uno se siente en otro mundo, especialmente aquellos que conocemos quien ha sido para nuestra música el compositor Alberto Murgas y cuántas canciones de su autoría han sonado en todo el territorio nacional durante los últimos 40 años.
No quiero contar en detalle lo que usted puede ver y sentir en el Museo del Acordeón de ‘Beto’, porque si le gusta el folclor vallenato definitivamente no se puede perder este espectáculo y esta vivencia, que con razón ya es reconocido por el Ministerio de Cultura y por portales digitales como TripAdvisor como el lugar número uno para visitar en Valledupar.
El Museo del Acordeón en Valledupar es sin duda alguna el sitio que un amante de la música vallenata no debe dejar de visitar en su vida, estoy seguro que son muchísimos los habitantes de la ‘Capital Mundial del Vallenato’ que no conocen el lugar, y que tal vez los turistas internacionales y de otras partes del país lo han visitado más que los propios lugareños.
Si vives en Valledupar, o la visitas por cualquier razón y no asistes al Museo del Acordeón de ‘Beto’ Murgas, es una circunstancia totalmente imperdonable.
COLOFÓN: Cuando uno visita Valledupar, y en tan sólo dos días puede conversar y compartir con personajes como Julio Oñate Martínez, Jacobo Solano Cerchiaro, Santander Durán Escalona, Alberto ‘Beto’ Murgas, Ciro Quiroz Otero, pero además desayuna con un delicioso patacón pisa’o al lado de El Pilón en el Hostal Buenos Aires, se me aceleran las ganas de regresarme a vivir a mi lindo Valledupar.
Por Jorge Nain Ruiz
El acordeón, un instrumento musical cuyos primeros vestigios se conocieron en China; que luego fue patentado en Austria por Cyrill Demian, que fue acogido por toda Europa, los alemanes se adueñaron de su paternidad y nos enviaron a América el regalo más valioso que hayan podido apreciar los campesinos del Magdalena grande, y que ha […]
El acordeón, un instrumento musical cuyos primeros vestigios se conocieron en China; que luego fue patentado en Austria por Cyrill Demian, que fue acogido por toda Europa, los alemanes se adueñaron de su paternidad y nos enviaron a América el regalo más valioso que hayan podido apreciar los campesinos del Magdalena grande, y que ha convertido a Valledupar en la ciudad de Latinoamérica reconocida como la ‘Capital Mundial del Acordeón’.
Bueno, quien haya visitado Valledupar en los años recientes y no conozca la casa de ‘Beto’ Murgas, donde el compositor creó el Museo del Acordeón, no sabe de lo que se está perdiendo. Yo era uno de ellos, y sólo hasta el pasado fin de semana tuve ese placer, y realmente quedé impresionado, no solo por lo que observé en ese lugar, sino por el calor humano que se siente en el recinto, donde sus anfitriones ‘Ocha’ y ‘Beto’ hacen que los visitantes disfruten conociendo la historia del acordeón y del vallenato, y que no quieran despedirse del lugar.
Cuando ‘Beto’ inicia su guianza, nos explica de donde nace la idea de convertir su casa en un museo, cómo consiguió su primer acordeón y toma en sus labios las primeras armónicas, lo que nosotros conocemos como violinas, para explicarnos como opera el sistema de lengüetas que da vida posteriormente al acordeón, uno se siente en otro mundo, especialmente aquellos que conocemos quien ha sido para nuestra música el compositor Alberto Murgas y cuántas canciones de su autoría han sonado en todo el territorio nacional durante los últimos 40 años.
No quiero contar en detalle lo que usted puede ver y sentir en el Museo del Acordeón de ‘Beto’, porque si le gusta el folclor vallenato definitivamente no se puede perder este espectáculo y esta vivencia, que con razón ya es reconocido por el Ministerio de Cultura y por portales digitales como TripAdvisor como el lugar número uno para visitar en Valledupar.
El Museo del Acordeón en Valledupar es sin duda alguna el sitio que un amante de la música vallenata no debe dejar de visitar en su vida, estoy seguro que son muchísimos los habitantes de la ‘Capital Mundial del Vallenato’ que no conocen el lugar, y que tal vez los turistas internacionales y de otras partes del país lo han visitado más que los propios lugareños.
Si vives en Valledupar, o la visitas por cualquier razón y no asistes al Museo del Acordeón de ‘Beto’ Murgas, es una circunstancia totalmente imperdonable.
COLOFÓN: Cuando uno visita Valledupar, y en tan sólo dos días puede conversar y compartir con personajes como Julio Oñate Martínez, Jacobo Solano Cerchiaro, Santander Durán Escalona, Alberto ‘Beto’ Murgas, Ciro Quiroz Otero, pero además desayuna con un delicioso patacón pisa’o al lado de El Pilón en el Hostal Buenos Aires, se me aceleran las ganas de regresarme a vivir a mi lindo Valledupar.
Por Jorge Nain Ruiz