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Columnista - 18 noviembre, 2024

El mundo en manos de una generación perdida

Construyamos nosotros un mundo para ellos, rechacemos su actuación, eduquémosle con el amor y el ejemplo para que se alejen de este mundo que les están construyendo las redes, los “influencer”, los “artistas de moda” los actores de series y toda la basura que les están vendiendo como un o modelo de vida, no es cierto que debemos adaptarnos, es todo lo contrario, que ellos adapten su mundo a nuestra escala de valores y principios.

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La fase final para convertir en realidad cualquier cosa por muy detestable que sea, es cuando empezamos a aceptarla como normal, luego, es adoptada como una imposición social y posteriormente se arraiga a tal punto que quien intente controvertirla, criticarla o no asumiéndola como propia genera el rechazo social y general al que no logre alinearse a “la nueva realidad”. ¿Recuerdan cuando nos metieron en la cabeza esta frase? Y un ejemplo de eso fue el uso del bendito trapo en la cara al que se le conoce como “tapabocas”, recuerdo que hubo hasta conatos de linchamiento a personas que se negaban a ponerse el trapo, pero ese no es el tema en discusión, hablemos de la generación que “conquistará el mundo” en las próximas décadas.

Dejemos algo muy claro, no ha habido, ni habrá jamás en la historia de la humanidad y de las civilizaciones, una sociedad que se haya desarrollado sin valores; es decir, prescindiendo de la responsabilidad, la justicia, la lealtad, la paz, la humildad, el respeto, la sinceridad y la gratitud; pero adicionalmente sin los principios que nos han regido desde siempre,  la honestidad, la beneficencia, la no maleficencia, la Integridad y la responsabilidad solo por mencionar algunos. ¿Se imaginan a los sumerios, a los babilonios, a los egipcios o a los romanos construyendo y guiando sus imperios sin los valores y los principios antes anotados? Y hasta me atrevería a pensar que dejaron de existir o cayeron cuando se alejaron de estos; señores, estas bases no pueden ser negociables ni reemplazadas, opongámonos a esa propuesta.

A lo que voy es a que la actual generación crece y se multiplica en los antivalores; es más, rechaza, desprecia y se mofa de cualquier escenario que intente establecer cualquier límite o exigirles valores o principios; pero lo que más me aterra es que ya se empezó a normalizar una corriente que pretende “adaptarle un mundo a esta generación”, en otras palabras, bajemos nosotros a su nivel para que ellos puedan entender, actuar, comportarse y no sentirse atacados o señalados frente a una generación que ellos detestan y rechazan con todas sus fuerzas, me pregunto: ¿no son los cimientos y las columnas el soporte de cualquier construcción? ¿Cuáles son entonces los cimientos de esta generación que se levanta y quienes serán el futuro de esta humanidad en diez o veinte años? ¿La tecnología? No hace falta ser adivino para saber en qué va a terminar todo esto, el futuro es cada vez más gris.

Tengo entendido que en los actuales modelos escolares la figura que conocíamos como prefectos y/o coordinadores de disciplina desaparecieron y fueron reemplazados por psicólogos o psicorientadores que intentan infructuosamente aplicar un modelo de valores y de disciplina a unos muchachos (no todos), indisciplinados, irrespetuosos, mal criados, vulgares, violentos, prepotentes, perezosos, y sin vocación que al final terminan siendo lastimosamente el reflejo de sus familias, principalmente de sus padres y del entorno donde se desarrollan, la verdad no me imagino a Sir Isaac Newton, o Alejandro Magno, o Gabriel García Márquez o si lo prefieren al mismísimo Rockefeller escupiéndole la cara a su maestra o haciendo berrinches a sus padres o maestros y después triunfar cada uno en sus respectivos campos, lo dudo mucho.

Pero pensemos más allá; hay profesiones, cargos, y roles que no admitirían jamás un comportamiento contrario a lo correcto, al deber ser, solo por poner algunos ejemplos, imaginémonos a un piloto, a un juez, a un neurocirujano, a un general de la república y con este ejemplo les pregunto: ¿dejaría que un neurocirujano prepotente, irrespetuoso, que fue mal estudiante, irresponsable, que llega tarde, que desprecia a las demás personas y que hizo trampa para graduarse en la universidad te opere, o un hijo o familiar cercano? ¿Cierto que no verdad? Ahora ponga el ejemplo con las demás profesiones mencionadas. 

Construyamos nosotros un mundo para ellos, rechacemos su actuación, eduquémosle con el amor y el ejemplo para que se alejen de este mundo que les están construyendo las redes, los “influencer”, los “artistas de moda” los actores de series y toda la basura que les están vendiendo como un o modelo de vida, no es cierto que debemos adaptarnos, es todo lo contrario, que ellos adapten su mundo a nuestra escala de valores y principios.

Por: Eloy Gutiérrez Anaya.

Columnista
18 noviembre, 2024

El mundo en manos de una generación perdida

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Eloy Gutiérrez Anaya

Construyamos nosotros un mundo para ellos, rechacemos su actuación, eduquémosle con el amor y el ejemplo para que se alejen de este mundo que les están construyendo las redes, los “influencer”, los “artistas de moda” los actores de series y toda la basura que les están vendiendo como un o modelo de vida, no es cierto que debemos adaptarnos, es todo lo contrario, que ellos adapten su mundo a nuestra escala de valores y principios.


La fase final para convertir en realidad cualquier cosa por muy detestable que sea, es cuando empezamos a aceptarla como normal, luego, es adoptada como una imposición social y posteriormente se arraiga a tal punto que quien intente controvertirla, criticarla o no asumiéndola como propia genera el rechazo social y general al que no logre alinearse a “la nueva realidad”. ¿Recuerdan cuando nos metieron en la cabeza esta frase? Y un ejemplo de eso fue el uso del bendito trapo en la cara al que se le conoce como “tapabocas”, recuerdo que hubo hasta conatos de linchamiento a personas que se negaban a ponerse el trapo, pero ese no es el tema en discusión, hablemos de la generación que “conquistará el mundo” en las próximas décadas.

Dejemos algo muy claro, no ha habido, ni habrá jamás en la historia de la humanidad y de las civilizaciones, una sociedad que se haya desarrollado sin valores; es decir, prescindiendo de la responsabilidad, la justicia, la lealtad, la paz, la humildad, el respeto, la sinceridad y la gratitud; pero adicionalmente sin los principios que nos han regido desde siempre,  la honestidad, la beneficencia, la no maleficencia, la Integridad y la responsabilidad solo por mencionar algunos. ¿Se imaginan a los sumerios, a los babilonios, a los egipcios o a los romanos construyendo y guiando sus imperios sin los valores y los principios antes anotados? Y hasta me atrevería a pensar que dejaron de existir o cayeron cuando se alejaron de estos; señores, estas bases no pueden ser negociables ni reemplazadas, opongámonos a esa propuesta.

A lo que voy es a que la actual generación crece y se multiplica en los antivalores; es más, rechaza, desprecia y se mofa de cualquier escenario que intente establecer cualquier límite o exigirles valores o principios; pero lo que más me aterra es que ya se empezó a normalizar una corriente que pretende “adaptarle un mundo a esta generación”, en otras palabras, bajemos nosotros a su nivel para que ellos puedan entender, actuar, comportarse y no sentirse atacados o señalados frente a una generación que ellos detestan y rechazan con todas sus fuerzas, me pregunto: ¿no son los cimientos y las columnas el soporte de cualquier construcción? ¿Cuáles son entonces los cimientos de esta generación que se levanta y quienes serán el futuro de esta humanidad en diez o veinte años? ¿La tecnología? No hace falta ser adivino para saber en qué va a terminar todo esto, el futuro es cada vez más gris.

Tengo entendido que en los actuales modelos escolares la figura que conocíamos como prefectos y/o coordinadores de disciplina desaparecieron y fueron reemplazados por psicólogos o psicorientadores que intentan infructuosamente aplicar un modelo de valores y de disciplina a unos muchachos (no todos), indisciplinados, irrespetuosos, mal criados, vulgares, violentos, prepotentes, perezosos, y sin vocación que al final terminan siendo lastimosamente el reflejo de sus familias, principalmente de sus padres y del entorno donde se desarrollan, la verdad no me imagino a Sir Isaac Newton, o Alejandro Magno, o Gabriel García Márquez o si lo prefieren al mismísimo Rockefeller escupiéndole la cara a su maestra o haciendo berrinches a sus padres o maestros y después triunfar cada uno en sus respectivos campos, lo dudo mucho.

Pero pensemos más allá; hay profesiones, cargos, y roles que no admitirían jamás un comportamiento contrario a lo correcto, al deber ser, solo por poner algunos ejemplos, imaginémonos a un piloto, a un juez, a un neurocirujano, a un general de la república y con este ejemplo les pregunto: ¿dejaría que un neurocirujano prepotente, irrespetuoso, que fue mal estudiante, irresponsable, que llega tarde, que desprecia a las demás personas y que hizo trampa para graduarse en la universidad te opere, o un hijo o familiar cercano? ¿Cierto que no verdad? Ahora ponga el ejemplo con las demás profesiones mencionadas. 

Construyamos nosotros un mundo para ellos, rechacemos su actuación, eduquémosle con el amor y el ejemplo para que se alejen de este mundo que les están construyendo las redes, los “influencer”, los “artistas de moda” los actores de series y toda la basura que les están vendiendo como un o modelo de vida, no es cierto que debemos adaptarnos, es todo lo contrario, que ellos adapten su mundo a nuestra escala de valores y principios.

Por: Eloy Gutiérrez Anaya.