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Columnista - 29 julio, 2024

El magisterio y el nuevo sistema de salud

En efecto, ahora para una cita de medicina general se va a un sitio, luego hay que desplazarse a otro lugar a reclamar el medicamento, y los laboratorios los hacen en otra sede. Lo que implica más tiempo y mayores gastos en transporte.

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Una maestra pensionada y con dificultades para la movilidad, apoyada en un bastón trípode, manifestaba su inconformidad con la actual situación del sistema de salud del magisterio. En efecto, ahora para una cita de medicina general se va a un sitio, luego hay que desplazarse a otro lugar a reclamar el medicamento, y los laboratorios los hacen en otra sede. Lo que implica más tiempo y mayores gastos en transporte.

Cambiar para mejorar es excelente; pero esto se logra con planeación, tiempo y sincronización. En varias asambleas citadas por las directivas de Aducesar, la información era que el cambio de EPS del magisterio exigía un período de sincronización, y todo estaba programado para garantizar la continuidad de los procedimientos y el mejoramiento de la calidad del servicio.

Al magisterio de Valledupar nos atendía la Fundación Médico Preventiva, y pasamos a la Unión Temporal Foscal; como hubo una transición sin prisa, los afiliados casi no notamos el cambio, porque continuamos en la misma sede, amplia y exclusiva, con servicios primarios, citas de medicina general, internista, nutricionista y vacunación contra la influenza; laboratorios, electrocardiogramas y entrega de medicamentos; y el área administrativa para hacer los respectivos reclamos. A veces quedaban pendientes algunos medicamentos, procedimientos, y las citas con especialistas en ocasiones eran aplazadas. No era perfecto, pero se atendía en un moderno edificio de dos pisos, con zona de parqueadero de carros y motos, y varias secciones cómodas y, además, el servicio de consultas médicas prioritarias (urgencias de menor complejidad) se programaban para el mismo día.

Pero ahora, con el cambio de la Unión Temporal Foscal al Fomag, hay una flagrante improvisación. La prestación del servicio de salud para el magisterio de Valledupar está sectorizado. Las citas para medicina general en Sami —IPS ubicada cerca del colegio Loperena— es un sitio demasiado pequeño para el número de docentes. Afuera, sobre el andén, en evidente violación del espacio peatonal, hay una carpa y unas sillas donde a veces se debe esperar; lo que muestra un retroceso que atenta contra la dignidad del docente.

Se valora el interés en la atención de las dos secretarias y de los médicos, pero el sitio es demasiado pequeño. Después de la consulta, al paciente le toca dirigirse a la secretaria a esperar, con paciencia, a que haya tiempo para imprimir la orden de los medicamentos. Luego hay que desplazarse a otro lugar, para reclamarlos. Para laboratorios, se debe programar el día para ir a otra lejana sede. No obstante lo anterior, hay que reconocer que las cosas han ido mejorando poco a poco. Ya hay WS para solicitar las citas. Y los pensionados pueden solicitar los medicamentos por WS y se los envían a domicilio. Una petición urgente del Magisterio a Aducesar, es que se debe exigir a Sami que busque una sede más adecuada, que brinde comodidad y bienestar a docentes y familiares beneficiarios. La sede donde estaba la Unión Temporal Foscal está desocupada, podría ser una alternativa.

Por José Atuesta Mindiola

Columnista
29 julio, 2024

El magisterio y el nuevo sistema de salud

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Atuesta Mindiola

En efecto, ahora para una cita de medicina general se va a un sitio, luego hay que desplazarse a otro lugar a reclamar el medicamento, y los laboratorios los hacen en otra sede. Lo que implica más tiempo y mayores gastos en transporte.


Una maestra pensionada y con dificultades para la movilidad, apoyada en un bastón trípode, manifestaba su inconformidad con la actual situación del sistema de salud del magisterio. En efecto, ahora para una cita de medicina general se va a un sitio, luego hay que desplazarse a otro lugar a reclamar el medicamento, y los laboratorios los hacen en otra sede. Lo que implica más tiempo y mayores gastos en transporte.

Cambiar para mejorar es excelente; pero esto se logra con planeación, tiempo y sincronización. En varias asambleas citadas por las directivas de Aducesar, la información era que el cambio de EPS del magisterio exigía un período de sincronización, y todo estaba programado para garantizar la continuidad de los procedimientos y el mejoramiento de la calidad del servicio.

Al magisterio de Valledupar nos atendía la Fundación Médico Preventiva, y pasamos a la Unión Temporal Foscal; como hubo una transición sin prisa, los afiliados casi no notamos el cambio, porque continuamos en la misma sede, amplia y exclusiva, con servicios primarios, citas de medicina general, internista, nutricionista y vacunación contra la influenza; laboratorios, electrocardiogramas y entrega de medicamentos; y el área administrativa para hacer los respectivos reclamos. A veces quedaban pendientes algunos medicamentos, procedimientos, y las citas con especialistas en ocasiones eran aplazadas. No era perfecto, pero se atendía en un moderno edificio de dos pisos, con zona de parqueadero de carros y motos, y varias secciones cómodas y, además, el servicio de consultas médicas prioritarias (urgencias de menor complejidad) se programaban para el mismo día.

Pero ahora, con el cambio de la Unión Temporal Foscal al Fomag, hay una flagrante improvisación. La prestación del servicio de salud para el magisterio de Valledupar está sectorizado. Las citas para medicina general en Sami —IPS ubicada cerca del colegio Loperena— es un sitio demasiado pequeño para el número de docentes. Afuera, sobre el andén, en evidente violación del espacio peatonal, hay una carpa y unas sillas donde a veces se debe esperar; lo que muestra un retroceso que atenta contra la dignidad del docente.

Se valora el interés en la atención de las dos secretarias y de los médicos, pero el sitio es demasiado pequeño. Después de la consulta, al paciente le toca dirigirse a la secretaria a esperar, con paciencia, a que haya tiempo para imprimir la orden de los medicamentos. Luego hay que desplazarse a otro lugar, para reclamarlos. Para laboratorios, se debe programar el día para ir a otra lejana sede. No obstante lo anterior, hay que reconocer que las cosas han ido mejorando poco a poco. Ya hay WS para solicitar las citas. Y los pensionados pueden solicitar los medicamentos por WS y se los envían a domicilio. Una petición urgente del Magisterio a Aducesar, es que se debe exigir a Sami que busque una sede más adecuada, que brinde comodidad y bienestar a docentes y familiares beneficiarios. La sede donde estaba la Unión Temporal Foscal está desocupada, podría ser una alternativa.

Por José Atuesta Mindiola