En el editorial de ayer 19 preguntamos sobre el desconocido avance de la doble calzada Valledupar-San Roque, obra del actual Plan Plurianual de inversiones (Plan Nacional de Desarrollo).

Ahora, será de otro tema también incluido para el Cesar en el mencionado plan: la recuperación de los Centros Históricos, especialmente el de Valledupar. Al alcalde Ernesto Orozco y a los Amigos del Viejo Valledupar les apareció socio.

El Gobierno en el plan del cuatrienio 2022-2026 se comprometió “a la revitalización de los centros históricos y bienes de interés cultural, para vincularlos al desarrollo turístico y a la memoria colectiva e histórica”.

Acierto gubernamental. Valledupar, una ciudad de 474 años, tiene un centro histórico con el potencial para convertirse en uno de los principales destinos turísticos. El mejor centro cultural-comercial de la ciudad. Pero tiene lunares. La inseguridad, casas abandonadas, falta de actividad económica y de oferta cultural.

Para cumplir con la revitalización hay que comenzar con la limpieza, mantenimiento y ornato de la infraestructura —construida en el periodo de pandemia— de calles, andenes, materas, bolardos e iluminación, así como de la plaza principal. Que aquel dicho de que escoba nueva barre bien se note.

Urge primero un programa agresivo de incentivos tributarios, liderado por la Alcaldía no solo por la proximidad sino porque en este, como en los otros aspectos que desarrollaremos a continuación, no puede quedarse esperando a la Nación, aunque sí demandar junto a la ciudadanía y dirigencia su intervención y financiación. Ya sabemos de las promesas del centralismo bogotano…

Segundo, también un incentivo financiero para que se establezcan sitios culturales, museos, salas de cine, teatros, filarmónicas, cafés, librerías, tiendas, conciertos en plazas, toda una agenda cultural que le dé vida al centro de las 24 horas del día. En el turismo la oferta activa la demanda, y el lugar, de una arquitectura patrimonial, aún le ofrece poco a los turistas.

Tercero, fortalecimiento de la seguridad nocturna para que no haya miedo al caminar por las calles; más personal de policía e iluminación, y control al consumo de drogas. La seguridad además va con el orden y la limpieza, programa para perros y el habitante de calle, y, a mediano plazo, la integración del proyectado Malecón del Río al centro fundacional.

Y cuarto, una intervención directa, la cual requiere recursos y, sobre todo, diligencia ya que va siendo ineludible intervenir o expropiar, al valor catastral, algunos bienes en ruina, abandonados por sus propietarios, los cuales afean el centro histórico y hacen peligrar a peatones.

La recuperación de las calles 14 y 16A contempladas en el CONPES del SIVA; de los Centros de Manzana, como el de la ‘Plazuela de Los Gitanos’, cuyo proyecto se formuló y está en camino de aprobación por el Mincultura, localizado entre calles 14 y 15 con quinta; el de ‘Concha Moreno’, detrás de EL PILÓN; y el del patio de la Academia de Historia integrándolo a Calle Grande, entre otros. Por supuesto, la actualización del Plan Especial PEMP y la creación del ente especial en él previsto.