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Columnista - 12 diciembre, 2022

El favorcito del ministro de Transporte

Katrizza Morelli, gerente del Sistema Integrado de Transporte de Valledupar, SIVA, se ha mantenido durante una década en la dirección de este a pesar de su mediocre y cuestionada gestión.

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Katrizza Morelli, gerente del Sistema Integrado de Transporte de Valledupar, SIVA, se ha mantenido durante una década en la dirección de este a pesar de su mediocre y cuestionada gestión. Se ha hecho inamovible por el respaldo de sus padrinos políticos quienes han exprimido la contratación de la entidad que le brindaría un sistema de transporte digno a la ciudad. Ese respaldo lo terminó de ratificar el ministro de Transporte, quien vino a Valledupar a hacerle el favor de lavarle la cara a la podrida gestión del sistema, a la gerente y a sus padrinos.
Aunque sobre el Sistema Integrado de Transporte de Valledupar, SIVA, ya se han dicho varias cosas, no podía pasar sin comentar sobre un tema tan importante. Katrizza Morelli lleva una década como gerente del SIVA y de eso la ciudad solo ha visto un paradero de buses de 680 planeados, obras con deficiencias y cuestionamientos, una sola ruta y 130 buses que debían haber llegado hace 12 años y que apenas arribaron a la ciudad el pasado mes.
El ministro conservador de Transporte, Guillermo Reyes, amigo íntimo de Ape Cuello, puso como ejemplo de gestión el manejo que se le ha dado al SIVA. Solo le faltó promover la Orden de Boyacá para la gerente. Ni ingenuo ni tonto es el ministro y sabe bien el favor que está haciendo. Por favor señor ministro, ¿dónde están los 13,8 km de ciclorrutas construidas de los que usted habló? ¿Cuál es la moderna infraestructura que se construyó para albergar el sistema? ¿Cuántos portales y patio talleres se hicieron?
El discurso del ministro es tan postizo, como la suntuosa ceremonia que hicieron de la puesta en marcha de varios de los 130 buses que llegaron. Tan poco han hecho que solo hasta el 25 de abril de 2022, el Concejo de Valledupar aprobó el Acuerdo 010 de 2022 por el cual se autoriza al alcalde a transferir 2 inmuebles al SIVA para la construcción de 2 patio talleres. Es decir, después de 12 años de creado el sistema. Y eso es solo una parte.
¿Pero por qué una persona tan cuestionada puede mantenerse en un cargo por tantos años? Sencillo, muchos funcionarios se sostienen por los padrinos políticos que tienen. En el caso de la gerente del SIVA, todo apunta a José Jorge J.J. Monsalvo Gnecco, su principal padrino y quien maneja los negocios del clan. Pero J.J., no es el único, allí entra el exalcalde Tuto Uhía que la mantuvo en el cargo a pesar de que ya se veía su mediocre gestión, lo mismo el alcalde Mello Castro quien pudo buscar removerla y tampoco lo hizo.
Hasta el jefe azul, supuesto opositor de la actual administración y cuyo medio de comunicación en años pasados solo despotricaba de la gerente, sale contento en la foto de inauguración de los buses. Todo pareciera ser una sola ‘piña’ de la que se ha beneficiado la clase política cesarense.
El SIVA se convirtió en la caja menor de los políticos por su burocracia con muy buenos sueldos, el manejo de 186 mil millones en contratos y la posibilidad de definir las vías a intervenir. El clan Gnecco se quedó con ese botín que maneja los contratos de la malla vial, una minita de producción de plata para la trituradora de la familia, la misma que provee los materiales a todas las obras de la Gobernación.
Es tan perversa la gestión del SIVA, que la obra del Canal de Panamá que costó más de 8 mil millones de pesos, con atrasos y varias prórrogas, no sirvió para nada porque no tiene la capacidad para soportar el flujo de agua que corre por allí. Una lluvia fuerte inunda el sector, sin contar los innumerables accidentes que genera.
Si a la dirigencia local le quedó grande planificar un Sistema Integrado de Transporte que ya tiene un documento Conpes donde está toda la estructura del sistema y que tuvo más de una década para preparar la ciudad y no lo hizo. Imagínense ahora ¿cómo lo operará?, ¿qué pasará cuando no se cumpla con la demanda esperada de pasajeros y se comience a crear un hueco financiero en el sistema que lo haga insostenible?
¿Cómo manejaría la clase local una eventual colatón en el sistema como pasa en los principales sistemas de transporte del país? ¿Cómo van a hacer que la gente se baje de la moto cada vez más barata o el carro y se monte en los buses?
O les ha quedado grande estructurar un sistema adecuado, propio de una ciudad intermedia, o se han dedicado a robarlo. Y aunque creo que el hecho que haya buses nuevos mejorará el servicio, estoy de acuerdo con el columnista más leído de la región, “el SIVA es un atraco a Valledupar”.
Nota: merecido nombramiento de Carlos Cesar Silva como alto funcionario de la Agencia de Desarrollo Rural. Hombre talentoso y hecho a pulso. Está para escalar alto.

Iván Lozano
@IvanLozanoba

Columnista
12 diciembre, 2022

El favorcito del ministro de Transporte

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Iván Lozano

Katrizza Morelli, gerente del Sistema Integrado de Transporte de Valledupar, SIVA, se ha mantenido durante una década en la dirección de este a pesar de su mediocre y cuestionada gestión.


Katrizza Morelli, gerente del Sistema Integrado de Transporte de Valledupar, SIVA, se ha mantenido durante una década en la dirección de este a pesar de su mediocre y cuestionada gestión. Se ha hecho inamovible por el respaldo de sus padrinos políticos quienes han exprimido la contratación de la entidad que le brindaría un sistema de transporte digno a la ciudad. Ese respaldo lo terminó de ratificar el ministro de Transporte, quien vino a Valledupar a hacerle el favor de lavarle la cara a la podrida gestión del sistema, a la gerente y a sus padrinos.
Aunque sobre el Sistema Integrado de Transporte de Valledupar, SIVA, ya se han dicho varias cosas, no podía pasar sin comentar sobre un tema tan importante. Katrizza Morelli lleva una década como gerente del SIVA y de eso la ciudad solo ha visto un paradero de buses de 680 planeados, obras con deficiencias y cuestionamientos, una sola ruta y 130 buses que debían haber llegado hace 12 años y que apenas arribaron a la ciudad el pasado mes.
El ministro conservador de Transporte, Guillermo Reyes, amigo íntimo de Ape Cuello, puso como ejemplo de gestión el manejo que se le ha dado al SIVA. Solo le faltó promover la Orden de Boyacá para la gerente. Ni ingenuo ni tonto es el ministro y sabe bien el favor que está haciendo. Por favor señor ministro, ¿dónde están los 13,8 km de ciclorrutas construidas de los que usted habló? ¿Cuál es la moderna infraestructura que se construyó para albergar el sistema? ¿Cuántos portales y patio talleres se hicieron?
El discurso del ministro es tan postizo, como la suntuosa ceremonia que hicieron de la puesta en marcha de varios de los 130 buses que llegaron. Tan poco han hecho que solo hasta el 25 de abril de 2022, el Concejo de Valledupar aprobó el Acuerdo 010 de 2022 por el cual se autoriza al alcalde a transferir 2 inmuebles al SIVA para la construcción de 2 patio talleres. Es decir, después de 12 años de creado el sistema. Y eso es solo una parte.
¿Pero por qué una persona tan cuestionada puede mantenerse en un cargo por tantos años? Sencillo, muchos funcionarios se sostienen por los padrinos políticos que tienen. En el caso de la gerente del SIVA, todo apunta a José Jorge J.J. Monsalvo Gnecco, su principal padrino y quien maneja los negocios del clan. Pero J.J., no es el único, allí entra el exalcalde Tuto Uhía que la mantuvo en el cargo a pesar de que ya se veía su mediocre gestión, lo mismo el alcalde Mello Castro quien pudo buscar removerla y tampoco lo hizo.
Hasta el jefe azul, supuesto opositor de la actual administración y cuyo medio de comunicación en años pasados solo despotricaba de la gerente, sale contento en la foto de inauguración de los buses. Todo pareciera ser una sola ‘piña’ de la que se ha beneficiado la clase política cesarense.
El SIVA se convirtió en la caja menor de los políticos por su burocracia con muy buenos sueldos, el manejo de 186 mil millones en contratos y la posibilidad de definir las vías a intervenir. El clan Gnecco se quedó con ese botín que maneja los contratos de la malla vial, una minita de producción de plata para la trituradora de la familia, la misma que provee los materiales a todas las obras de la Gobernación.
Es tan perversa la gestión del SIVA, que la obra del Canal de Panamá que costó más de 8 mil millones de pesos, con atrasos y varias prórrogas, no sirvió para nada porque no tiene la capacidad para soportar el flujo de agua que corre por allí. Una lluvia fuerte inunda el sector, sin contar los innumerables accidentes que genera.
Si a la dirigencia local le quedó grande planificar un Sistema Integrado de Transporte que ya tiene un documento Conpes donde está toda la estructura del sistema y que tuvo más de una década para preparar la ciudad y no lo hizo. Imagínense ahora ¿cómo lo operará?, ¿qué pasará cuando no se cumpla con la demanda esperada de pasajeros y se comience a crear un hueco financiero en el sistema que lo haga insostenible?
¿Cómo manejaría la clase local una eventual colatón en el sistema como pasa en los principales sistemas de transporte del país? ¿Cómo van a hacer que la gente se baje de la moto cada vez más barata o el carro y se monte en los buses?
O les ha quedado grande estructurar un sistema adecuado, propio de una ciudad intermedia, o se han dedicado a robarlo. Y aunque creo que el hecho que haya buses nuevos mejorará el servicio, estoy de acuerdo con el columnista más leído de la región, “el SIVA es un atraco a Valledupar”.
Nota: merecido nombramiento de Carlos Cesar Silva como alto funcionario de la Agencia de Desarrollo Rural. Hombre talentoso y hecho a pulso. Está para escalar alto.

Iván Lozano
@IvanLozanoba