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Columnista - 18 abril, 2018

El debate sobre la tierra

Uno de los más antiguos debates en el país ha girado en torno a la tierra. Desde hace muchos años se viene discutiendo sobre la alta concentración de la tierra y del freno que le impone al desarrollo nacional. Gran parte del conflicto del Siglo XX tuvo su origen en esta problemática y fue uno […]

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Uno de los más antiguos debates en el país ha girado en torno a la tierra. Desde hace muchos años se viene discutiendo sobre la alta concentración de la tierra y del freno que le impone al desarrollo nacional. Gran parte del conflicto del Siglo XX tuvo su origen en esta problemática y fue uno de los puntos del reciente Acuerdo de Paz. En días pasados encontré un texto de 1970 del expresidente Alfonso López Michelsen al respecto, en un reporte que hacía de los logros como primer gobernador del departamento del Cesar y su experiencia como creador del Consejo Departamental de Tierras, que buscaba aliviar el conflicto agrario existente en ese momento. Considero que el grueso de los argumentos de hace 48 años aún sigue vigente y tenerlo presente podría contribuir a la solución del problema agrario.

El expresidente López Michelsen iniciaba su análisis considerando dos hechos que han caracterizado el desarrollo económico: (i) la gran migración rural-urbana y (ii) la revolución tecnológica en la agricultura. El primer elemento hace que la problemática rural pierda importancia frente a la urbana, donde cada vez más personas residen. El segundo lleva a que un grupo pequeño de la población rural produzca alimentos y materia prima suficientes para el resto.

Mencionaba López Michelsen que el cambio tecnológico en la agricultura ha llevado a que la tierra pierda valor frente a lo requerido para su explotación: “son más costosos, en muchos casos, los elementos para hacer valer la tierra que el suelo mismo”. Señalaba el expresidente que, en el caso del Cesar de 1970, tenían mayor valor los tractores, las avionetas y los insumos requeridos para la producción de algodón que la tierra misma.

Por esta razón, el expresidente argumentaba que la idea de simplemente distribuir la tierra sin acompañarla de los bienes públicos requeridos para una explotación moderna (adecuación de suelos, distritos de riego, acceso a tecnología y financiamiento, vías de comunicación que conecten a mercados, sistemas de almacenamiento, entre otros) llevaría a una reforma agraria al fracaso.

Han pasado casi cinco décadas desde que se escribió el texto mencionado y el rezago de bienes y servicios públicos en lo rural sigue sin resolverse. Hoy día existe un Estado con más recursos, pero probablemente con menos capacidad de ejecución de obras. El Acuerdo de Paz contempla una serie de inversiones que permitirán superar la brecha rural y lograr que una redistribución de la tierra no fracase nuevamente. Sin embargo, ciertos cuestionamientos que han surgido sobre la ejecución de los fondos para el postconflicto hacen pensar que en esta ocasión tampoco se lograría resolver el conflicto de la tierra en el país.

Columnista
18 abril, 2018

El debate sobre la tierra

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jaime Bonet Morón

Uno de los más antiguos debates en el país ha girado en torno a la tierra. Desde hace muchos años se viene discutiendo sobre la alta concentración de la tierra y del freno que le impone al desarrollo nacional. Gran parte del conflicto del Siglo XX tuvo su origen en esta problemática y fue uno […]


Uno de los más antiguos debates en el país ha girado en torno a la tierra. Desde hace muchos años se viene discutiendo sobre la alta concentración de la tierra y del freno que le impone al desarrollo nacional. Gran parte del conflicto del Siglo XX tuvo su origen en esta problemática y fue uno de los puntos del reciente Acuerdo de Paz. En días pasados encontré un texto de 1970 del expresidente Alfonso López Michelsen al respecto, en un reporte que hacía de los logros como primer gobernador del departamento del Cesar y su experiencia como creador del Consejo Departamental de Tierras, que buscaba aliviar el conflicto agrario existente en ese momento. Considero que el grueso de los argumentos de hace 48 años aún sigue vigente y tenerlo presente podría contribuir a la solución del problema agrario.

El expresidente López Michelsen iniciaba su análisis considerando dos hechos que han caracterizado el desarrollo económico: (i) la gran migración rural-urbana y (ii) la revolución tecnológica en la agricultura. El primer elemento hace que la problemática rural pierda importancia frente a la urbana, donde cada vez más personas residen. El segundo lleva a que un grupo pequeño de la población rural produzca alimentos y materia prima suficientes para el resto.

Mencionaba López Michelsen que el cambio tecnológico en la agricultura ha llevado a que la tierra pierda valor frente a lo requerido para su explotación: “son más costosos, en muchos casos, los elementos para hacer valer la tierra que el suelo mismo”. Señalaba el expresidente que, en el caso del Cesar de 1970, tenían mayor valor los tractores, las avionetas y los insumos requeridos para la producción de algodón que la tierra misma.

Por esta razón, el expresidente argumentaba que la idea de simplemente distribuir la tierra sin acompañarla de los bienes públicos requeridos para una explotación moderna (adecuación de suelos, distritos de riego, acceso a tecnología y financiamiento, vías de comunicación que conecten a mercados, sistemas de almacenamiento, entre otros) llevaría a una reforma agraria al fracaso.

Han pasado casi cinco décadas desde que se escribió el texto mencionado y el rezago de bienes y servicios públicos en lo rural sigue sin resolverse. Hoy día existe un Estado con más recursos, pero probablemente con menos capacidad de ejecución de obras. El Acuerdo de Paz contempla una serie de inversiones que permitirán superar la brecha rural y lograr que una redistribución de la tierra no fracase nuevamente. Sin embargo, ciertos cuestionamientos que han surgido sobre la ejecución de los fondos para el postconflicto hacen pensar que en esta ocasión tampoco se lograría resolver el conflicto de la tierra en el país.