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Columnista - 19 mayo, 2012

El Chirrinche

Por: Julio Oñate Martínez El arte de la destilación se conoció en Europa desde comienzos del siglo XII y fue traído a América durante los años de la conquista. Desde entonces, quedó en manos de artesanos que rudimentariamente producen licores bajos en calidad y altos en contenido de alcohol haciendo presencia en todos los rincones […]

Por: Julio Oñate Martínez

El arte de la destilación se conoció en Europa desde comienzos del siglo XII y fue traído a América durante los años de la conquista. Desde entonces, quedó en manos de artesanos que rudimentariamente producen licores bajos en calidad y altos en contenido de alcohol haciendo presencia en todos los rincones del continente, ligado siempre a la vida del campo ya que es la caña de azúcar el producto básico para su elaboración, diferente a los producidos en forma industrial por personal especializado en grandes factorías.

Con el nombre de “chirrinche” (o chirrinchi) se conoce en nuestra comarca provinciana el ron que se destila en alambiques clandestinos, donde es utilizada la panela como materia prima porque en los trapiches que producen el jarabe o guarapo de caña durante la molienda nunca se instalan estos artefactos puesto que el licor que sale de ellos es ilegal y son severas las sanciones que se aplican a los infractores. Muy famoso a mediados del siglo anterior fue el alambique del padre Simón Serrano, allá en el Molino (Guajira) atropellado y perseguido por la chulavita Dio pie para que el gran Chico Bolaño hubiera compuesto el antológico merengue “El Padre Serrano”

El chirrinche nunca ha perdido vigencia en los paladares de nuestra gente provinciana y hoy se sigue consumiendo en los centros urbanos, pero siempre procedentes del área rural. Actualmente en Valledupar hay varios clubes de chirrincheros siendo el de mayor prestigio por la condición social de sus efectivos y por la calidad del licor que ofrece el del guajiro, ubicado en el barrio La Garita en el Taller la Maraña cuyo administrador es el popular “Toño Corneta”. El, Guajiro, natural de los pondores, es el químico y responsable de que los socios del club terminen la jornada diaria agradecidos para regresar siempre al día siguiente.

Normalmente el porcentaje de alcohol que se maneja es del 35% más bajo que el 40% que tiene el Old Parr, al respecto enfáticamente afirma el guajiro, este chirrinche el es trago más sano que hay en el mundo entero, no tiene nada químico y se elabora con agua pura que baja de la Sierra Nevada ya que el destiladero está en Atánquez; yo tengo mis formulas propias y al blanco natural que me llega en Damajuanas (Botellones de Agua Cristal) le doy tres categorías con su color, sabor y aroma muy especiales. Lo entrego envasado en botellas de Old Parr o de Aguardiente, el litro vale cinco mil pesos y la panchita dos mil.

La formulación de mayor demanda es la aromatizada que trae clavito de olor, chuchuguaza, quina y romero de la que se asegura tiene efectos para evitar la caída del cabello, la medicada es con toronjil y yerbabuena para proteger la garganta y tiene propiedades antipiréticas y el churrinol, mezcla de chirrinche y Big cola que toma gran auge por la forma como hace rendir el producto.

Cuando el porcentaje de alcohol está muy alto, en el club todos discuten, critican, amenazan y vociferan, pero si el nivel etílico es el óptimo, se reafirma el compadrazgo y la amistad con abrazos y sonrisas y en esto “el guaji” es muy cuidadoso para no perder su jerarquía chirrinchera.

El termino “churro” que nos llegó de los lados de Ocaña está hoy muy popularizado en nuestro medio para designar el chirrinche, al otro lado del rio magdalena se le llama Ñeque, Gordolobo en el Atlántico Tapetuza, en algunas regiones del interior y en el sur del Cesar Bole’Gancho.

En el Taller la Maraña podemos encontrar habitualmente al Pajarito Mejía, a Wasamara Castilla, al gran Miguelito, Juancho el embolador y Cadena, un comunicador muy conocido en el medio radial.

Extrañamente todos los años por causas diferentes se muere uno de los socios y es lo único que los preocupa en esta alcohólica cruzada. El Pachi Villazón, un vecino cercano al taller, me comenta que desde que comenzó el run run siempre cierra temprano su puerta porque a la hora que pase la del gancho algo jala.

Columnista
19 mayo, 2012

El Chirrinche

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Julio C. Oñate M.

Por: Julio Oñate Martínez El arte de la destilación se conoció en Europa desde comienzos del siglo XII y fue traído a América durante los años de la conquista. Desde entonces, quedó en manos de artesanos que rudimentariamente producen licores bajos en calidad y altos en contenido de alcohol haciendo presencia en todos los rincones […]


Por: Julio Oñate Martínez

El arte de la destilación se conoció en Europa desde comienzos del siglo XII y fue traído a América durante los años de la conquista. Desde entonces, quedó en manos de artesanos que rudimentariamente producen licores bajos en calidad y altos en contenido de alcohol haciendo presencia en todos los rincones del continente, ligado siempre a la vida del campo ya que es la caña de azúcar el producto básico para su elaboración, diferente a los producidos en forma industrial por personal especializado en grandes factorías.

Con el nombre de “chirrinche” (o chirrinchi) se conoce en nuestra comarca provinciana el ron que se destila en alambiques clandestinos, donde es utilizada la panela como materia prima porque en los trapiches que producen el jarabe o guarapo de caña durante la molienda nunca se instalan estos artefactos puesto que el licor que sale de ellos es ilegal y son severas las sanciones que se aplican a los infractores. Muy famoso a mediados del siglo anterior fue el alambique del padre Simón Serrano, allá en el Molino (Guajira) atropellado y perseguido por la chulavita Dio pie para que el gran Chico Bolaño hubiera compuesto el antológico merengue “El Padre Serrano”

El chirrinche nunca ha perdido vigencia en los paladares de nuestra gente provinciana y hoy se sigue consumiendo en los centros urbanos, pero siempre procedentes del área rural. Actualmente en Valledupar hay varios clubes de chirrincheros siendo el de mayor prestigio por la condición social de sus efectivos y por la calidad del licor que ofrece el del guajiro, ubicado en el barrio La Garita en el Taller la Maraña cuyo administrador es el popular “Toño Corneta”. El, Guajiro, natural de los pondores, es el químico y responsable de que los socios del club terminen la jornada diaria agradecidos para regresar siempre al día siguiente.

Normalmente el porcentaje de alcohol que se maneja es del 35% más bajo que el 40% que tiene el Old Parr, al respecto enfáticamente afirma el guajiro, este chirrinche el es trago más sano que hay en el mundo entero, no tiene nada químico y se elabora con agua pura que baja de la Sierra Nevada ya que el destiladero está en Atánquez; yo tengo mis formulas propias y al blanco natural que me llega en Damajuanas (Botellones de Agua Cristal) le doy tres categorías con su color, sabor y aroma muy especiales. Lo entrego envasado en botellas de Old Parr o de Aguardiente, el litro vale cinco mil pesos y la panchita dos mil.

La formulación de mayor demanda es la aromatizada que trae clavito de olor, chuchuguaza, quina y romero de la que se asegura tiene efectos para evitar la caída del cabello, la medicada es con toronjil y yerbabuena para proteger la garganta y tiene propiedades antipiréticas y el churrinol, mezcla de chirrinche y Big cola que toma gran auge por la forma como hace rendir el producto.

Cuando el porcentaje de alcohol está muy alto, en el club todos discuten, critican, amenazan y vociferan, pero si el nivel etílico es el óptimo, se reafirma el compadrazgo y la amistad con abrazos y sonrisas y en esto “el guaji” es muy cuidadoso para no perder su jerarquía chirrinchera.

El termino “churro” que nos llegó de los lados de Ocaña está hoy muy popularizado en nuestro medio para designar el chirrinche, al otro lado del rio magdalena se le llama Ñeque, Gordolobo en el Atlántico Tapetuza, en algunas regiones del interior y en el sur del Cesar Bole’Gancho.

En el Taller la Maraña podemos encontrar habitualmente al Pajarito Mejía, a Wasamara Castilla, al gran Miguelito, Juancho el embolador y Cadena, un comunicador muy conocido en el medio radial.

Extrañamente todos los años por causas diferentes se muere uno de los socios y es lo único que los preocupa en esta alcohólica cruzada. El Pachi Villazón, un vecino cercano al taller, me comenta que desde que comenzó el run run siempre cierra temprano su puerta porque a la hora que pase la del gancho algo jala.