Desde los 13 años David Rircardo Racero Mayorca sabía que quería dedicarse al servicio, por lo que años más tarde decidió ser cura, aunque sólo duró ocho meses en el preseminario de los escolapios ya que decidió estudiar Filosofía en la Universidad Nacional de Colombia. 

Pero fue luego de su periodo como docente universitario y de capacitarse como máster en Ciencias Económicas cuando le ‘picó el bicho de la política’ en el 2010. En ese año Gustavo Petro se postuló, por primera vez, a candidato para la Presidencia de la República por el Polo Democrático Alternativo, y Racero lideró la juventud petrista de la época, ahí empezó su vida pública. 

Racero Mayorca es magíster en Ciencias Económicas y candidato a doctor en Estudios Políticos y Relaciones Internacionales. Su primer periodo en la Cámara de Representantes fue en el 2018. 

Aunque nació en Bogotá, usted asegura ser más costeño que cachaco por sus raíces cesarenses…

Toda mi familia es costeña, los únicos nacidos en Bogotá somos mi hermano y yo.  El centro de mi familia materna está en el municipio de Manaure, Balcón Turístico del Cesar, luego mis abuelos se vinieron a vivir a Valledupar y fueron los pioneros del barrio Los Fundadores, un vecindario popular, de clase trabajadora, todos mis recuerdos de infancia están ahí. 

Yo estudiaba en el colegio Calasanz en Bogotá, pero en las vacaciones me la pasaba entre Valledupar y Cartagena. Luego ellos se mudan a la zona de los tres postes cuando yo tenía más o menos 12 años.  Mi abuelo era  pensionado del antiguo Seguro Social, era quien manejaba la ambulancia. 

¿De dónde proviene su ADN político? 

De mi abuela Yolanda Castilla, manaurera, ella es la mujer que más nos influenció, era una luchadora social. Nunca se lanzó a un cargo público tal vez por el contexto en el que se encontraba, pero todos los políticos la buscaban. Era tan liberal que a mi abuelo, que se denominaba conservador, ella lo llevaba a votar por los liberales. 

Pero mi padre Jorge Racero Ceballos, nacido en Cartagena, ha sido un luchador sindical y fue quien me inculcó la línea política de izquierda. También estuvo en el Polo Democrático en Bolívar y pasó por varios partidos. 

Es claro que usted es petrista desde hace mucho tiempo, le hizo campaña a Gustavo Petro y ahora usted está en la presidencia de la Cámara de Representantes, ¿cómo va a garantizar la autonomía que tiene el poder Legislativo del Ejecutivo teniendo en cuenta su afinidad política? 

Que una persona petrista como yo, que viene de tradición de izquierda, llegue a la presidencia de la Cámara de Representantes ya evidencia un cambio porque soy el primero de esta línea política que ocupa esa dignidad. 

Como presidente de la Cámara tengo un compromiso de darle su lugar al Congreso y eso significa que la Cámara de Representantes es donde se encuentra expresada la diversidad colombiana, genuina. En el Senado hay departamentos que no tienen representación, pero en la Cámara están los 32 departamentos, incluida la isla San Andrés y Providencia, así como los diferentes sectores políticos, económicos y sociales.

Tenemos más número de mujeres, más jóvenes y el 70 % de la Cámara que venía se cambió, entonces, reconocer esa diversidad y la importancia del segundo poder como el Congreso, implica mantener una relación de diálogo con la Presidencia de la República. 

Es más, al presidente le conviene eso. El presidente nunca ha planteado un Congreso de bolsillo que pupitree y  le aplauda todo porque no es un Congreso notario, sino deliberante. Cuando Gustavo Petro convoca al país entero a  un acuerdo nacional, a un diálogo regional, es porque los acuerdos que salen de ahí son los que marcan la ruta. No le interesa imponer una sola visión de país, sino más bien concertar. 

La paz se trata de concertación, parte de los errores de nuestro país y las violencias perpetuas que tenemos son porque se han impuesto unas visiones sobre otras y hemos sido incapaces de dialogar. Incluso Petro se sentó a dialogar con el expresidente Álvaro Uribe, una imagen que dijo mucho a los petristas, uribistas y al resto porque claro que es posible sentarnos a dialogar a pesar de las diferencias. 

También hay quienes apuntan a que el contralor Carlos Hernán Rodríguez, elegido el jueves por el Congreso, es de bolsillo…

El presidente Petro no se metió en esto, lo que hubo fue un escenario de discusión y se escogió al que mayor puntaje tuviera en un proceso meritocrático, por eso este congreso terminó respondiéndole al país de la mejor manera posible. 

El proceso de elección de contralor ya venía andando desde la anterior mesa directiva y encontramos un proceso completamente viciado porque había un afán de dejar amarrado al contralor. Tanto así que hubo dos fallos, uno del Tribunal de Cundinamarca  y otro del Tribunal de Antioquia diciéndole al Congreso que tenía que ajustar el proceso bajo los criterios de mérito y de género. 

El proceso de desacato no nos llegó al presidente Roy Barreras y a mí, nosotros acatamos lo que habían ordenado los jueces antes de nosotros liderar el proceso de elección. Para cumplir lo que ordenaron los jueces creamos una nueva mesa accidental sobre los 10 elegibles y pusimos como fundamental el mérito. 

Carlos Hernán Rodríguez, el que quedó, fue quién sacó la mayor puntuación del examen, ¿qué mayor criterio que un examen técnico de conocimiento? Eso no está sujeto a la subjetividad de quien lo está entrevistando o de cualquier otro. 

Según la ley también había que evaluar la hoja de vida, hacer una entrevista, entre otras cosas. Lo que hicimos fue ponderar los factores y el factor de prueba técnica de conocimiento lo dejamos en 70 %, cualquier otro lo hubiera dejado en 10 %. 

Ojalá este proceso de elección no pasara por el Congreso, lo hemos dicho desde hace mucho tiempo, pero obviamente antes éramos oposición. 

Hay proyectos de ley que buscan hacer esa modificación… 

Hay varias iniciativas para buscar que la Contraloría no pase por lo que puede ser el manoseo del Congreso porque el interés político no puede cargar la selección de una alta dignidad como esa donde se investiga a la clase política. 

Esperemos que en este Congreso se dé esa discusión porque antes terminaba engavetada. Yo creo que debe haber un proceso de concurso donde no medie la política, puede ser un alto tribunal, las instancias judiciales, un concurso abierto u otros mecanismos. 

Usted ha dicho que no está de acuerdo con que se elimine la exención del impuesto a la gasolina en zonas fronterizas como el Cesar, tal como lo contempla la reforma tributaria, ¿cree que ese punto  no avance? 

Se lo hemos expresado al ministro José Antonio Ocampo, aunque comprendemos la gran tarea de recaudo. Tenemos que revisar los efectos colaterales que pueda traer esto porque si se quitan los beneficios tributarios en la gasolina de un momento a otro se puede generar un escenario de insostenibilidad económica para la región. 

Eso impactará la economía interna y en la gente de a pie porque generará inflación, pero el ministro Ocampo ha dicho que está abierto a discutir. 

¿Cómo ve la agenda de la región? 

Hay que tomarse en serio la transición minero energética  porque dependemos de la extracción de carbón cuando tenemos una vocación agro interesante que podemos complementar con la ganadería.  Hay que dejar de estigmatizar a los ganaderos y sentar diálogos con todos los sectores porque el sector de hidrocarburos no genera ni siquiera el 1 % de los empleos, pero con la agroindustria podemos lograr hasta el 12 % de los empleos directos y mucho más con las cadenas correspondientes. 

Cada departamento tiene sus particularidades, pero los diálogos regionales son la fuente y la base del Plan Nacional de Desarrollo. 

Por otra parte, usted dijo que no destinaría recursos para los almuerzos de los congresistas, pero el representante cesarense Carlos Felipe Quintero le respondió que la Cámara no tiene un rubro para eso… 

En mi presidencia no se ha entregado nada de almuerzos, no ha sido una política de la Cámara, tal vez sí ha sido del Senado. 

Pero debo decir que representantes se me han acercado a decirme que diéramos almuerzos porque las jornadas estaban siendo muy largas y había cansancio después de ocho o diez horas, por eso reaccioné a través de Twitter. 

Lo que dice el representante Quintero es que no generalicemos, y es verdad, porque la mayoría de representantes están comprometidos para no generar ese tipo de gastos, menos cuando cada  quien se puede comprar su almuerzo y más si ganan 34 millones de pesos. 

¿Qué proyectos de ley de su autoría va a radicar? 

Por ahora debemos concentrarnos en la reforma tributaria y el Plan de Desarrollo, pero la próxima semana radicaré un proyecto de austeridad que había radicado hace tres años y al cual no se le paró bolas. 

Por Andrea Guerra Peña / EL PILÓN. 

@andreaguerraperiodista