En entrevista para EL PILÓN, Juan Camilo Villazón, representante del Comité Directivo de Cafeteros para el Cesar y La Guajira, habló sobre los precios del café, buenas prácticas, los proyectos que vienen, entre otros temas.
A propósito de los buenos precios que han tenido los pequeños y medianos productores del departamento, Juan Camilo Villazón, representante del Comité Directivo de Cafeteros para el Cesar y La Guajira, en diálogo con el diario EL PILÓN explicó los alcances de un proyecto que buscaría mejorar la calidad del grano y duplicar su valor en el mercado.
Actualmente en ciertos sectores del departamento estamos en cosecha y en otros ya está pasando. La cosecha está atravesando su mejor momento, o nuestros cafeteros, porque son los que realmente se están beneficiando. Están vendiendo el café por encima de $1.900.000. Actualmente la carga está a $2.093,000, algo que no se había dado desde hace muchos años.
Hay 19 municipios. Solo hay seis que no son. En estos momentos debe estar pasando la cosecha en todos los municipios porque inicia en septiembre y finaliza en diciembre. En algunas fincas de la serranía del Perijá, por los lados de Agustín Codazzi la deben estar comenzando a recoger. Lo mismo en La Jagua de Ibirico, en la parte alta en donde las cosechas demoran un poco más. Estamos hablando sobre los 1.600 y 1.400 metros sobre el nivel del mar. En las fincas de la parte baja donde se cultiva sobre los 1.100 y 1.200 sobre el nivel del mar deben estar recogiendo lo último de la cosecha.
Estos buenos precios se deben a la baja de café en Brasil por las fuertes heladas que ha tenido ese país. Bajaron alrededor de 11 millones de sacos, algo malo para ellos, pero beneficioso para nosotros. Por lo anterior nos ha ido bien y estamos vendiendo el kilo de café por encima de los $15.000.
La cosecha pasada estuvo por encima de los 26 millones de kilos en el Cesar, estamos hablando de $176.000 millones que se movieron en tres meses en el departamento. Me atrevo a decir que somos la segunda economía del territorio porque son 19 municipios los que practican esta actividad.
Los mayores productores son: Pueblo Bello, Agustín Codazzi, Valledupar y La Jagua de Ibirico.
Le debemos dar gracias a la Gobernación del Cesar porque es un proyecto que se dio a partir del apoyo de ellos, y busca mejorar la calidad del café, las condiciones de los cafeteros en la serranía del Perijá y la Sierra Nevada de Santa Marta. Son $1.600 beneficiarios: se busca que las personas vendan su café por la calidad, la taza y por las notas que tengan en los diferentes lotes de sus fincas.
La taza es la calidad que tiene cada lote de café a través del beneficio que se le haya hecho cuando se comenzó a recoger desde la mata. Eso tiene un proceso y cuando se hace bien hecho es beneficioso para el precio porque a través de la fermentación se puede obtener una tasa muy buena. En ella encontramos las notas donde medimos la suavidad, la acidez, o si es achocolatado o cítrico el grano.
Luego de finalizarlo, esperamos vender el café al exterior. Que las personas de Europa y Estados Unidos, que son los mayores consumidores de café, puedan encontrar el grano que están buscando. En ese sentido, las notas que ellos consuman en su momento ya sean ácidas, tostión media o fuerte. Todo esto se puede encontrar en fincas en la serranía del Perijá o Sierra Nevada de Santa Marta a la altura de 1.600, 1.400 y 1.200 metros sobre el nivel del mar.
El beneficiario o dueño de finca va a negociar directamente con la persona que quiere comprar su café.
El proyecto lleva alrededor del 38 % de ejecución. Es un proyecto que va para tres años porque en el Cesar la cosecha se da anual, entonces para poder avanzar en él tenemos que mirar cómo comienza el proyecto o cómo está cada cafetero actualmente, y observarlo por un periodo de tres años después de la terminación del proyecto para determinar en qué ha avanzado y en qué ha mejorado en sus fincas y taza de café.
Ya se le solicitó a cada cafetero que suministren una muestra de café de 200 gramos para la prueba de calidad en donde se determinará en qué estado se encuentra ese lote de café, y si el proceso de fermentación que hicieron ellos inicialmente es el que realmente se necesita para la tasa que se está buscando.
Estas personas llevarán sus gramos al laboratorio de la federación que también vino dentro del proyecto.
Sí, ese laboratorio queda instalado dentro de la sede del comité Cesar – La Guajira que está ubicado en la carrera séptima aquí en Valledupar. Es para todos los cafeteros que quieran venir a hacer la prueba de calidad del grano. Ese laboratorio está en construcción actualmente, pero cuando el proyecto se acabe va a quedar a disposición de todos los productores.
El café de la Sierra Nevada de Santa Marta tiene notas achocolatadas con acidez media, a diferencia del café de la serranía del Perijá que maneja un poquito más de acidez y ciertas notas cítricas y achocolatadas también.
Actualmente los cafeteros venden el grano seco por factores diferentes a la tasa. Hoy se está vendiendo por el factor de calidad, en el que se encuentran granos que la máquina los mordió y se dañaron, granos que al momento de secar el café se pasó el tiempo de secado o que se guardó por mucho tiempo y obtuvo alguna mancha. Todos esos granos afectan el producto.
Todo lo que viene en el proyecto. Esta iniciativa buscará el mejoramiento de la calidad del café para venderlo por taza porque nuestros cafeteros no tienen esa cultura de venta. Recogen el café, lo lavan, lo llevan al mercado y lo venden por factor. Con buenas prácticas podríamos vender café y elevar el precio hasta el doble.
El café del Cesar es muy apetecido en Estados Unidos por su suavidad debido a la radiación que hay en nuestro territorio. Las horas de sol que le pegan a los cultivos son menos que las que reciben los cultivos de la zona cafetera. Nosotros buscamos no depender de los precios internacionales para que cada cafetero pueda hacer sus negociaciones propias con una tienda Starbucks.
Los altos precios de los fertilizantes nos están afectando mucho. Estamos viendo que han ido en aumento en los últimos meses. Un saco de urea pasó de $70.000 a $140.000.
En promedio tienen de dos a tres hectáreas. En el departamento hay 8.500 familias cafeteras. Los grandes cafeteros son pocos porque nos está afectando el relevo generacional. Los hijos de nuestros cafeteros no quieren continuar con este trabajo porque cuando viajan a la ciudad y ven las comodidades que hay en la zona urbana no quieren llegar a una finca en donde no tienen conectividad y el acceso es difícil.
Namieh Baute Barrios / EL PILÓN.
En entrevista para EL PILÓN, Juan Camilo Villazón, representante del Comité Directivo de Cafeteros para el Cesar y La Guajira, habló sobre los precios del café, buenas prácticas, los proyectos que vienen, entre otros temas.
A propósito de los buenos precios que han tenido los pequeños y medianos productores del departamento, Juan Camilo Villazón, representante del Comité Directivo de Cafeteros para el Cesar y La Guajira, en diálogo con el diario EL PILÓN explicó los alcances de un proyecto que buscaría mejorar la calidad del grano y duplicar su valor en el mercado.
Actualmente en ciertos sectores del departamento estamos en cosecha y en otros ya está pasando. La cosecha está atravesando su mejor momento, o nuestros cafeteros, porque son los que realmente se están beneficiando. Están vendiendo el café por encima de $1.900.000. Actualmente la carga está a $2.093,000, algo que no se había dado desde hace muchos años.
Hay 19 municipios. Solo hay seis que no son. En estos momentos debe estar pasando la cosecha en todos los municipios porque inicia en septiembre y finaliza en diciembre. En algunas fincas de la serranía del Perijá, por los lados de Agustín Codazzi la deben estar comenzando a recoger. Lo mismo en La Jagua de Ibirico, en la parte alta en donde las cosechas demoran un poco más. Estamos hablando sobre los 1.600 y 1.400 metros sobre el nivel del mar. En las fincas de la parte baja donde se cultiva sobre los 1.100 y 1.200 sobre el nivel del mar deben estar recogiendo lo último de la cosecha.
Estos buenos precios se deben a la baja de café en Brasil por las fuertes heladas que ha tenido ese país. Bajaron alrededor de 11 millones de sacos, algo malo para ellos, pero beneficioso para nosotros. Por lo anterior nos ha ido bien y estamos vendiendo el kilo de café por encima de los $15.000.
La cosecha pasada estuvo por encima de los 26 millones de kilos en el Cesar, estamos hablando de $176.000 millones que se movieron en tres meses en el departamento. Me atrevo a decir que somos la segunda economía del territorio porque son 19 municipios los que practican esta actividad.
Los mayores productores son: Pueblo Bello, Agustín Codazzi, Valledupar y La Jagua de Ibirico.
Le debemos dar gracias a la Gobernación del Cesar porque es un proyecto que se dio a partir del apoyo de ellos, y busca mejorar la calidad del café, las condiciones de los cafeteros en la serranía del Perijá y la Sierra Nevada de Santa Marta. Son $1.600 beneficiarios: se busca que las personas vendan su café por la calidad, la taza y por las notas que tengan en los diferentes lotes de sus fincas.
La taza es la calidad que tiene cada lote de café a través del beneficio que se le haya hecho cuando se comenzó a recoger desde la mata. Eso tiene un proceso y cuando se hace bien hecho es beneficioso para el precio porque a través de la fermentación se puede obtener una tasa muy buena. En ella encontramos las notas donde medimos la suavidad, la acidez, o si es achocolatado o cítrico el grano.
Luego de finalizarlo, esperamos vender el café al exterior. Que las personas de Europa y Estados Unidos, que son los mayores consumidores de café, puedan encontrar el grano que están buscando. En ese sentido, las notas que ellos consuman en su momento ya sean ácidas, tostión media o fuerte. Todo esto se puede encontrar en fincas en la serranía del Perijá o Sierra Nevada de Santa Marta a la altura de 1.600, 1.400 y 1.200 metros sobre el nivel del mar.
El beneficiario o dueño de finca va a negociar directamente con la persona que quiere comprar su café.
El proyecto lleva alrededor del 38 % de ejecución. Es un proyecto que va para tres años porque en el Cesar la cosecha se da anual, entonces para poder avanzar en él tenemos que mirar cómo comienza el proyecto o cómo está cada cafetero actualmente, y observarlo por un periodo de tres años después de la terminación del proyecto para determinar en qué ha avanzado y en qué ha mejorado en sus fincas y taza de café.
Ya se le solicitó a cada cafetero que suministren una muestra de café de 200 gramos para la prueba de calidad en donde se determinará en qué estado se encuentra ese lote de café, y si el proceso de fermentación que hicieron ellos inicialmente es el que realmente se necesita para la tasa que se está buscando.
Estas personas llevarán sus gramos al laboratorio de la federación que también vino dentro del proyecto.
Sí, ese laboratorio queda instalado dentro de la sede del comité Cesar – La Guajira que está ubicado en la carrera séptima aquí en Valledupar. Es para todos los cafeteros que quieran venir a hacer la prueba de calidad del grano. Ese laboratorio está en construcción actualmente, pero cuando el proyecto se acabe va a quedar a disposición de todos los productores.
El café de la Sierra Nevada de Santa Marta tiene notas achocolatadas con acidez media, a diferencia del café de la serranía del Perijá que maneja un poquito más de acidez y ciertas notas cítricas y achocolatadas también.
Actualmente los cafeteros venden el grano seco por factores diferentes a la tasa. Hoy se está vendiendo por el factor de calidad, en el que se encuentran granos que la máquina los mordió y se dañaron, granos que al momento de secar el café se pasó el tiempo de secado o que se guardó por mucho tiempo y obtuvo alguna mancha. Todos esos granos afectan el producto.
Todo lo que viene en el proyecto. Esta iniciativa buscará el mejoramiento de la calidad del café para venderlo por taza porque nuestros cafeteros no tienen esa cultura de venta. Recogen el café, lo lavan, lo llevan al mercado y lo venden por factor. Con buenas prácticas podríamos vender café y elevar el precio hasta el doble.
El café del Cesar es muy apetecido en Estados Unidos por su suavidad debido a la radiación que hay en nuestro territorio. Las horas de sol que le pegan a los cultivos son menos que las que reciben los cultivos de la zona cafetera. Nosotros buscamos no depender de los precios internacionales para que cada cafetero pueda hacer sus negociaciones propias con una tienda Starbucks.
Los altos precios de los fertilizantes nos están afectando mucho. Estamos viendo que han ido en aumento en los últimos meses. Un saco de urea pasó de $70.000 a $140.000.
En promedio tienen de dos a tres hectáreas. En el departamento hay 8.500 familias cafeteras. Los grandes cafeteros son pocos porque nos está afectando el relevo generacional. Los hijos de nuestros cafeteros no quieren continuar con este trabajo porque cuando viajan a la ciudad y ven las comodidades que hay en la zona urbana no quieren llegar a una finca en donde no tienen conectividad y el acceso es difícil.
Namieh Baute Barrios / EL PILÓN.