De ser símbolo de inseguridad y delincuencia, La Nevada hoy representa un polo de desarrollo comercial, donde el precio de los predios se ha disparado.
Cuentan los primeros habitantes de La Nevada, que hace 20 años, cuando ellos eran invasores, cada quien llegaba, cogía su pedazo de tierra y ahí amanecía para que otra persona no se apropiara del lote. Las peleas y discusiones no se hacían esperar, porque defendían lo que era ajeno, hasta que el gobierno local definió la tenencia de la tierra.
“Fue un grupo muy pequeño, unas veinte personas que nos reunimos y acordamos invadir estos terrenos, que estaban llenos de maleza y de árboles de especies nativas. Fueron momentos difíciles los que debimos afrontar porque la Policía Antimotines nos sacaba por un lado y nos metíamos por el otro”, dijo José Gregorio Hernández Fernández, presidente de la Junta de Acción Comunal de este barrio ubicado al noroccidente de la ciudad.
Según Luis Silva Fernández, invasor, a principios de los años 90, este sector era el ‘terror’ de Valledupar. “Aquí se veía toda clase de delincuentes, quienes no dejaban ingresar a personas extrañas y les exigían dinero, porque tenían montado como una especie de retén, ponían una cabuya, en señal de que tenían que detenerse ahí, porque era una área restringida”.
Para Álvaro Mojica Amarís, otro fundador del barrio, la mayoría de los invasores vendieron sus propiedades y han sido desplazados por comerciantes que se han establecido en este sector. Sin embargo Alberto Rodríguez, también fundador, señala que La Nevada se valorizó y ya no se consiguen lotes de tres, ni cuatro millones de pesos, valor que tenían hace unos 15 años. Ahora hay que pensar en 60 millones de pesos en adelante.
Hay de todo
La Nevada es un barrio que ha crecido de manera considerable, no solo en el número de habitantes, sino en progreso, porque con las gestiones realizadas por sus líderes, se logró conseguir la instalación de los servicios públicos y por ende la legalización de la zona.
Ha sido tanto el auge que ha tenido este sector, que allí se encuentra todo lo necesario en una sociedad de consumo. Además de un pequeño mercado público al aire libre, también hay supermercados, almacenes de tela, de calzado, droguerías, panaderías, ferreterías, billares, almacenes de electrodomésticos, salas de belleza, almacenes de bicicletas, motocicletas, estudios fotográficos, talleres de reparación de toda clase de artículos, venta de teléfonos celulares, compraventas, estancos de licores y hasta venta de gasolina de contrabando.
De acuerdo con el registro que reposa en la Cámara de Comercio de Valledupar, en La Nevada existen 312 negocios abiertos al público formalizados y 32 informales; de estos establecimientos hay 216 que cumplen con el Registro Mercantil, mientras que 96 no presentan este requisito.
Para el presidente Ejecutivo de la Cámara de Comercio de Valledupar, José Luis Urón Márquez, en La Nevada se encuentran muchos vendedores ambulantes, que hoy en día ya son estacionarios, porque ejercen su actividad en el mismo sitio, a la misma hora y forma habitual, además que ofrecen los mismos artículos y llegan los mismos clientes.
“Aquí hay que hacer un trabajo importante de formalización, para que pasen a conformar la base tributaria o para que cancelen los impuestos de ley, y no generen una competencia desleal”, indicó Urón Márquez.
José Luis Urón señaló que en medio de la gran actividad comercial que se mueve en La Nevada, se cuenta el lavado de activos, el microtráfico, el contrabando, la competencia desleal y otros negocios ilícitos, que estarían permeando la actividad comercial.
Según el ejecutivo, se tiene información que empresarios que hoy tienen formalizados sus negocios en La Nevada desarrollan actividades ilícitas, pero esta es una tarea que debe ser desarrollada por la inteligencia tanto del Ejército, como la Policía Nacional, para poner a buen recaudo a todas aquellas organizaciones criminales. “No tendríamos nosotros la facultad, ni la información que pueda ayudar a las autoridades a desenmascarar posibles organizaciones criminales, que utilizan este sector, para ejercer sus acciones al margen de la ley”.
Sobre este particular, algunos comerciantes que prefirieron no identificarse, señalaron que en La Nevada, los negocios están dentro del marco de la legalidad. “El capital de dinero con que trabajamos es propio, ha sido producto de nuestra labor diaria y no tenemos nada que ver con situaciones ilegales, porque nuestros padres nos enseñaron a trabajar por la línea recta y así nos hemos mantenido”.
Hoy en día un lote intermedio en la calle central del barrio tiene un valor comercial que oscila entre los 70 y 80 millones de pesos y si es de esquina, el valor está cercano a los 100 millones de pesos.
Carmen Galvis Rodríguez. Esto aquí, es como una bendición de Dios, por aquí reina la tranquilidad, a pesar de que se presentan algunas alteraciones cuando hay protestas callejeras por un mal servicio público. La Nevada antes era famosa por la inseguridad, pero de eso ahora queda es el nombre, porque por aquí se vive en paz.
Bernardo Zuluaga Agudelo. Yo tenía el negocio en el centro de Valledupar y me animé a montarlo en La Nevada, porque visionaba que este sector iba tener progreso y la actividad comercial se iba a disparar.
Doris Quintero Ramírez. Tengo dos puestos de venta de víveres. Aquí todo lo que se expone a la venta, se lo llevan; aquí circula mucho el dinero y llega gente de otros barrios a realizar sus comprar porque se vende de todo y a buen precio.
Luis Eduardo Meza Luna. Llegamos a La Nevada, porque veíamos que aquí estaba nuestro futuro y el de nuestra familia, y la verdad que nos ha ido muy bien muy seguramente por la atención que ofrecemos.
José Luis Urón hizo un llamado a la Policía Nacional, para fortalecer estrategias en la lucha frontal contra el crimen organizado alrededor de las actividades comerciales, que se generan a diario en este lugar, donde la entidad ha identificado tanto en el censo tanto formal, como informal que en el barrio ‘La Nevada’ es dónde está la fortaleza comercial de Valledupar.
Al respecto, el comandante de la Policía Cesar, coronel, Juan Pablo Guerrero Vallejo, anunció que tiene diseñado el esquema de seguridad, para garantizar la tranquilidad no solo de los empresarios legales e informales, sino de toda la comunidad.
La Alcaldía hace seguimiento a las familias invasoras ubicadas en los alrededores de La Nevada donde no se ha solucionado la tenencia de la tierra y donde, según las autoridades, hay de delincuentes de las distintas organizaciones criminales que delinquen en el norte del Cesar.
Estas invasiones son: Bello Horizonte, Altos de La Popa, Guasimales y Brisas de La Popa, en donde cada vez que se anuncia un desalojo, se crea pánico en La Nevada, porque es el punto donde converge estas comunidades vulnerables.
Por su posición, La Nevada es paso obligado para llegar hasta esas invasiones y los sectores de Bellos Horizonte I, Francisco Javier, el Futuro de los Niños, que al final de cuentas se convierte en un pasadizo para la delincuencia y vándalos.
De ser símbolo de inseguridad y delincuencia, La Nevada hoy representa un polo de desarrollo comercial, donde el precio de los predios se ha disparado.
Cuentan los primeros habitantes de La Nevada, que hace 20 años, cuando ellos eran invasores, cada quien llegaba, cogía su pedazo de tierra y ahí amanecía para que otra persona no se apropiara del lote. Las peleas y discusiones no se hacían esperar, porque defendían lo que era ajeno, hasta que el gobierno local definió la tenencia de la tierra.
“Fue un grupo muy pequeño, unas veinte personas que nos reunimos y acordamos invadir estos terrenos, que estaban llenos de maleza y de árboles de especies nativas. Fueron momentos difíciles los que debimos afrontar porque la Policía Antimotines nos sacaba por un lado y nos metíamos por el otro”, dijo José Gregorio Hernández Fernández, presidente de la Junta de Acción Comunal de este barrio ubicado al noroccidente de la ciudad.
Según Luis Silva Fernández, invasor, a principios de los años 90, este sector era el ‘terror’ de Valledupar. “Aquí se veía toda clase de delincuentes, quienes no dejaban ingresar a personas extrañas y les exigían dinero, porque tenían montado como una especie de retén, ponían una cabuya, en señal de que tenían que detenerse ahí, porque era una área restringida”.
Para Álvaro Mojica Amarís, otro fundador del barrio, la mayoría de los invasores vendieron sus propiedades y han sido desplazados por comerciantes que se han establecido en este sector. Sin embargo Alberto Rodríguez, también fundador, señala que La Nevada se valorizó y ya no se consiguen lotes de tres, ni cuatro millones de pesos, valor que tenían hace unos 15 años. Ahora hay que pensar en 60 millones de pesos en adelante.
Hay de todo
La Nevada es un barrio que ha crecido de manera considerable, no solo en el número de habitantes, sino en progreso, porque con las gestiones realizadas por sus líderes, se logró conseguir la instalación de los servicios públicos y por ende la legalización de la zona.
Ha sido tanto el auge que ha tenido este sector, que allí se encuentra todo lo necesario en una sociedad de consumo. Además de un pequeño mercado público al aire libre, también hay supermercados, almacenes de tela, de calzado, droguerías, panaderías, ferreterías, billares, almacenes de electrodomésticos, salas de belleza, almacenes de bicicletas, motocicletas, estudios fotográficos, talleres de reparación de toda clase de artículos, venta de teléfonos celulares, compraventas, estancos de licores y hasta venta de gasolina de contrabando.
De acuerdo con el registro que reposa en la Cámara de Comercio de Valledupar, en La Nevada existen 312 negocios abiertos al público formalizados y 32 informales; de estos establecimientos hay 216 que cumplen con el Registro Mercantil, mientras que 96 no presentan este requisito.
Para el presidente Ejecutivo de la Cámara de Comercio de Valledupar, José Luis Urón Márquez, en La Nevada se encuentran muchos vendedores ambulantes, que hoy en día ya son estacionarios, porque ejercen su actividad en el mismo sitio, a la misma hora y forma habitual, además que ofrecen los mismos artículos y llegan los mismos clientes.
“Aquí hay que hacer un trabajo importante de formalización, para que pasen a conformar la base tributaria o para que cancelen los impuestos de ley, y no generen una competencia desleal”, indicó Urón Márquez.
José Luis Urón señaló que en medio de la gran actividad comercial que se mueve en La Nevada, se cuenta el lavado de activos, el microtráfico, el contrabando, la competencia desleal y otros negocios ilícitos, que estarían permeando la actividad comercial.
Según el ejecutivo, se tiene información que empresarios que hoy tienen formalizados sus negocios en La Nevada desarrollan actividades ilícitas, pero esta es una tarea que debe ser desarrollada por la inteligencia tanto del Ejército, como la Policía Nacional, para poner a buen recaudo a todas aquellas organizaciones criminales. “No tendríamos nosotros la facultad, ni la información que pueda ayudar a las autoridades a desenmascarar posibles organizaciones criminales, que utilizan este sector, para ejercer sus acciones al margen de la ley”.
Sobre este particular, algunos comerciantes que prefirieron no identificarse, señalaron que en La Nevada, los negocios están dentro del marco de la legalidad. “El capital de dinero con que trabajamos es propio, ha sido producto de nuestra labor diaria y no tenemos nada que ver con situaciones ilegales, porque nuestros padres nos enseñaron a trabajar por la línea recta y así nos hemos mantenido”.
Hoy en día un lote intermedio en la calle central del barrio tiene un valor comercial que oscila entre los 70 y 80 millones de pesos y si es de esquina, el valor está cercano a los 100 millones de pesos.
Carmen Galvis Rodríguez. Esto aquí, es como una bendición de Dios, por aquí reina la tranquilidad, a pesar de que se presentan algunas alteraciones cuando hay protestas callejeras por un mal servicio público. La Nevada antes era famosa por la inseguridad, pero de eso ahora queda es el nombre, porque por aquí se vive en paz.
Bernardo Zuluaga Agudelo. Yo tenía el negocio en el centro de Valledupar y me animé a montarlo en La Nevada, porque visionaba que este sector iba tener progreso y la actividad comercial se iba a disparar.
Doris Quintero Ramírez. Tengo dos puestos de venta de víveres. Aquí todo lo que se expone a la venta, se lo llevan; aquí circula mucho el dinero y llega gente de otros barrios a realizar sus comprar porque se vende de todo y a buen precio.
Luis Eduardo Meza Luna. Llegamos a La Nevada, porque veíamos que aquí estaba nuestro futuro y el de nuestra familia, y la verdad que nos ha ido muy bien muy seguramente por la atención que ofrecemos.
José Luis Urón hizo un llamado a la Policía Nacional, para fortalecer estrategias en la lucha frontal contra el crimen organizado alrededor de las actividades comerciales, que se generan a diario en este lugar, donde la entidad ha identificado tanto en el censo tanto formal, como informal que en el barrio ‘La Nevada’ es dónde está la fortaleza comercial de Valledupar.
Al respecto, el comandante de la Policía Cesar, coronel, Juan Pablo Guerrero Vallejo, anunció que tiene diseñado el esquema de seguridad, para garantizar la tranquilidad no solo de los empresarios legales e informales, sino de toda la comunidad.
La Alcaldía hace seguimiento a las familias invasoras ubicadas en los alrededores de La Nevada donde no se ha solucionado la tenencia de la tierra y donde, según las autoridades, hay de delincuentes de las distintas organizaciones criminales que delinquen en el norte del Cesar.
Estas invasiones son: Bello Horizonte, Altos de La Popa, Guasimales y Brisas de La Popa, en donde cada vez que se anuncia un desalojo, se crea pánico en La Nevada, porque es el punto donde converge estas comunidades vulnerables.
Por su posición, La Nevada es paso obligado para llegar hasta esas invasiones y los sectores de Bellos Horizonte I, Francisco Javier, el Futuro de los Niños, que al final de cuentas se convierte en un pasadizo para la delincuencia y vándalos.