COLUMNISTA

Dos versiones opuestas sobre el sector salud

Hace bastante tiempo el gobierno nacional viene informando sobre las irregularidades financieras en el sector salud; la intervención de la Superintendencia de Salud ha permitido conocer la forma como este sistema ha venido manipulando cifras, facturaciones y gastos no contemplados en la ley. 

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Hace bastante tiempo el gobierno nacional viene informando sobre las irregularidades financieras en el sector salud; la intervención de la Superintendencia de Salud ha permitido conocer la forma como este sistema ha venido manipulando cifras, facturaciones y gastos no contemplados en la ley. 

Sin embargo, estas han negado reiterativamente las afirmaciones del gobierno apoyados con la caja de resonancia de los diferentes medios privados que le han dado toda la credibilidad pese a que esta no es una noticia nueva; recordemos el sonado caso de SALUDCOOP en tiempos de Palacino y las más de 100 EPS fracasadas. 

Este gobierno ha denunciado públicamente muchas de las irregularidades cometidas por quienes administran el sector salud y ha intervenido algunas EPS tratando de encontrarse con la realidad; lo que se temía ha resultado cierto, este sistema ha sido el más despilfarrador de los dineros públicos. Esto no ocurre en otras partes del mundo y debe ser porque aquí viven los mayores estafadores del planeta. 

Quienes han estado administrando este perverso sistema han negado los hechos y culpan al presidente de la crisis de la salud. Recientemente la CGR entró al fango de estas instituciones prestadoras donde pocas veces nadie lo había hecho por aquello del llamado velo institucional, un capuchón hecho a la medida de los depredadores, para eludir el seguimiento del Estado. 

El informe de la CGR en poco difiere de las cifras que había presentado el Ministerio de Salud. Son $33 billones desaparecidos, sin soportes contables; esta cifra corregida a valor constante, a precios de 2025 según Petro, ascendería a $100 billones, algo así como el 25 % del PGN para este año. Además, se ha podido determinar quiénes están detrás de este billonario desfalco, ilustres personajes vinculados a la herencia presidencial. 

Por supuesto, verse al descubierto no les ha gustado y para mostrar algún resto de dignidad amenazan con demandar al presidente de la república, la verdad duele. Por eso arrecian sus ataques al gobierno. El principio de “la orquestación” de Gobbels se está aplicando con grande intensidad. Repetir una mentira se convierte en verdad: “Petro es drogadicto, es un borracho, es mentiroso…”, incita al convencimiento de que este carece de dignidad para regir los destinos de la Nación. Esto conduce a un reduccionismo moral. 

A pesar de la contundencia de las cifras mostradas muchos siguen diciendo que Petro es el responsable de la crisis de la salud. Cualquiera que medio haya leído la Ley 100/93 sabe que la salud en Colombia está a cargo de un privado, las EPS; sin embargo, la semana pasada escuché a varios senadores de CR y del CD decir que Petro es el culpable. Esto viola el más elemental de los principios de la ética y ellos saben que están mintiendo. Nunca había escuchado tanta falacia, bajeza e irrespeto a un presidente de la república. La imprecación vulgar por parte de una congresista tocó fondo.

Por: Luis Napoleón de Armas P.

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