"Oda a la Alegría", del clásico poeta romántico y filósofo Federico Schiller, lo había inspirado para componer su excepcional Sinfonía Novena.
De Beethoven. Mes de mayo de 1824, cuando él presentó su Coral en Viena. La conmoción de júbilo fue excepcional y el corazón del sordo estalló de inusitada alegría.
“Oda a la Alegría”, del clásico poeta romántico y filósofo Federico Schiller, lo había inspirado para componer su excepcional Sinfonía Novena.
Eran los agitados tiempos de la Revolución Francesa y los ánimos de los intelectuales y pueblos europeos vibraban con los gritos de independencia del absolutista poder monárquico, y su espíritu impregnaba la mente y los corazones que habían sufrido opresiones y ahora posibilidades de liberación.
Antes había ocurrido la independencia de las colonias inglesas del Norte de América. Quedaban atrás, por algún tiempo, los regímenes unipersonales.
Schiller y Beethoven se unieron en un abrazo glorioso, el primero de ellos puso la poesía y el segundo, la música, cuyo último movimiento coral, superaba las emociones por cualquier otro sentir musical, entre quienes vivían las primicias de la libertad política de aquel momento histórico y por quienes ahora seguimos interesándonos por ella.
Aquellos tiempos eran de efervescencia y calor. En cuanto a la Revolución Francesa, a ratos contradictorios. La Asamblea Nacional constituyó la figura política del Consulado, con tres cónsules, encabezados por el general Napoleón, con la finalidad de salvar la revolución, pero él , posteriormente, dio un golpe de Estado, alzándose con el poder absoluto y se coronó así mismo Emperador en la catedral Notre Dame. Este gesto enfureció notablemente a Beethoven, quien resolvió romper la partitura de su Tercera Sinfonía, que había dedicado a Napoleón, y la dejó con el sólo nombre de “La Heroica”. Tal era la emoción de los corazones de aquellos tiempos revolucionarios.
En el año 2019 lancé mi libro ‘Escrituras variadas’, en la biblioteca de Valledupar Rafael Carrillo Lúquez, y lo comencé trascribiendo, después de la dedicatoria y de mi propia Oda a las Olas Marinas…, el resumen de la ‘Oda a la Alegría’, realizado por Beethoven: “Oh amigos, dejemos esos tonos. ¡Entonemos cantos más agradables y llenos de alegría! Alegría. ¡Alegría! ¡Hermoso destello de los dioses, hija del Eliseo!…”. Esta oda proclama la hermandad y libertad universales, dejando atrás los estruendos de las guerras, políticas y religiosas que habían desgastado a los pueblos europeos. Hoy día este canto es himno universal, erigido por la ONU, y una vez que otra conviene escuchar.
Por: Rodrigo López Barros.
"Oda a la Alegría", del clásico poeta romántico y filósofo Federico Schiller, lo había inspirado para componer su excepcional Sinfonía Novena.
De Beethoven. Mes de mayo de 1824, cuando él presentó su Coral en Viena. La conmoción de júbilo fue excepcional y el corazón del sordo estalló de inusitada alegría.
“Oda a la Alegría”, del clásico poeta romántico y filósofo Federico Schiller, lo había inspirado para componer su excepcional Sinfonía Novena.
Eran los agitados tiempos de la Revolución Francesa y los ánimos de los intelectuales y pueblos europeos vibraban con los gritos de independencia del absolutista poder monárquico, y su espíritu impregnaba la mente y los corazones que habían sufrido opresiones y ahora posibilidades de liberación.
Antes había ocurrido la independencia de las colonias inglesas del Norte de América. Quedaban atrás, por algún tiempo, los regímenes unipersonales.
Schiller y Beethoven se unieron en un abrazo glorioso, el primero de ellos puso la poesía y el segundo, la música, cuyo último movimiento coral, superaba las emociones por cualquier otro sentir musical, entre quienes vivían las primicias de la libertad política de aquel momento histórico y por quienes ahora seguimos interesándonos por ella.
Aquellos tiempos eran de efervescencia y calor. En cuanto a la Revolución Francesa, a ratos contradictorios. La Asamblea Nacional constituyó la figura política del Consulado, con tres cónsules, encabezados por el general Napoleón, con la finalidad de salvar la revolución, pero él , posteriormente, dio un golpe de Estado, alzándose con el poder absoluto y se coronó así mismo Emperador en la catedral Notre Dame. Este gesto enfureció notablemente a Beethoven, quien resolvió romper la partitura de su Tercera Sinfonía, que había dedicado a Napoleón, y la dejó con el sólo nombre de “La Heroica”. Tal era la emoción de los corazones de aquellos tiempos revolucionarios.
En el año 2019 lancé mi libro ‘Escrituras variadas’, en la biblioteca de Valledupar Rafael Carrillo Lúquez, y lo comencé trascribiendo, después de la dedicatoria y de mi propia Oda a las Olas Marinas…, el resumen de la ‘Oda a la Alegría’, realizado por Beethoven: “Oh amigos, dejemos esos tonos. ¡Entonemos cantos más agradables y llenos de alegría! Alegría. ¡Alegría! ¡Hermoso destello de los dioses, hija del Eliseo!…”. Esta oda proclama la hermandad y libertad universales, dejando atrás los estruendos de las guerras, políticas y religiosas que habían desgastado a los pueblos europeos. Hoy día este canto es himno universal, erigido por la ONU, y una vez que otra conviene escuchar.
Por: Rodrigo López Barros.