El pasado primero de diciembre todo el país se alborozó por la exaltación hecha por la Unesco a la música vallenata como patrimonio mundial de la humanidad, todos los ojos fueron puestos en Valledupar, los medios de comunicación nacionales e internacionales trasladaron sus corresponsales a toda la región para escudriñar sobres las fuentes del saber […]
El pasado primero de diciembre todo el país se alborozó por la exaltación hecha por la Unesco a la música vallenata como patrimonio mundial de la humanidad, todos los ojos fueron puestos en Valledupar, los medios de comunicación nacionales e internacionales trasladaron sus corresponsales a toda la región para escudriñar sobres las fuentes del saber de la más pura esencia del vallenato.
El presidente Santos le dio la buena nueva a todo el país, la Ministra de Cultura se atavió con su mejor vestimenta para corroborar, en rueda de prensa lo dicho por su jefe, no sin antes abrogarse ante los medios los incesantes esfuerzos hechos por sus expertos asesores en esta materia, durante tres años, para que la Unesco hiciera semejante distinción al folclor vallenato, el más representativo de Colombia.
Pero a la vez la distinción fue un jalón de orejas para todos los entes, presidencia, ministerios, gobernadores, alcaldes, universidades, escuelas, colegios, medios de comunicación, que están en la obligación de preservar la música vallenata autentica y los nuevos valores del folclor que indudablemente vienen distorsionando la música del Valle, gracias al pedido y voracidad comercial de las disqueras y promotores de espectáculos.
Ante este acontecimiento de gran impacto pensábamos que vendrían nuevos vientos para la música vallenata original, que se abrirían nuevos espacios en todos los ámbitos, que el gobierno procuraría hacer valer la recomendación de la Unesco.
Pero con extrañeza vemos que lo que hace el gobierno es lo contrario, cierra los espacios que tenía ganados la música vallenata en la radiodifusora nacional, hoy RTVC, sistemas de medios públicos, allí se divulgaba diariamente en la tarde durante dos horas, de lunes a viernes, el programa del veterano Carlos Melo, ‘Estampas Vallenatas’, donde se divulgaba el vallenato tradicional, por el cual Melo tanto luchó para que lo asignaran, fue sacado del aire, desde que se reestructuró este sistema radial de carácter público que cuenta con 51 frecuencias en todo el país, lo que indica que tiene cubrimiento nacional, tanto en las bandas AM, FM.
Fue de las primeras emisoras radiales venidas de la capital en los inicios del Festival Vallenato a trasmitir con modernos y potentes equipos, fue divulgando años tras año nacionalmente nuestro más importante evento cultural y las raíces musicales que con tanto ahínco hemos defendido. El gobierno ahora está en la obligación de preservar, gracias a la circular de la Unesco, pero durante más de 10 años su emisora oficial no lo ha hecho.
En la programación diaria de la Radiodifusora Nacional apenas le dedican a la música vallenata los viernes cinco minutos en la sección noticiosa, el vallenato desapareció de su programación musical. Señal Colombia, canal de televisión, sí que ha sido sorda y muda, con algunas excepciones, emite algunos documentales referidos la música vallenata, el mismo derecho con que transmiten la Feria de Cali, Manizales, Carnaval de Barranquilla, también lo tiene el Festival de Valledupar.
El Gobierno tiene la obligación de preservar y divulgar el vallenato, lo gestionó ante la Unesco, nuestros dirigentes deben exigírselo.
El pasado primero de diciembre todo el país se alborozó por la exaltación hecha por la Unesco a la música vallenata como patrimonio mundial de la humanidad, todos los ojos fueron puestos en Valledupar, los medios de comunicación nacionales e internacionales trasladaron sus corresponsales a toda la región para escudriñar sobres las fuentes del saber […]
El pasado primero de diciembre todo el país se alborozó por la exaltación hecha por la Unesco a la música vallenata como patrimonio mundial de la humanidad, todos los ojos fueron puestos en Valledupar, los medios de comunicación nacionales e internacionales trasladaron sus corresponsales a toda la región para escudriñar sobres las fuentes del saber de la más pura esencia del vallenato.
El presidente Santos le dio la buena nueva a todo el país, la Ministra de Cultura se atavió con su mejor vestimenta para corroborar, en rueda de prensa lo dicho por su jefe, no sin antes abrogarse ante los medios los incesantes esfuerzos hechos por sus expertos asesores en esta materia, durante tres años, para que la Unesco hiciera semejante distinción al folclor vallenato, el más representativo de Colombia.
Pero a la vez la distinción fue un jalón de orejas para todos los entes, presidencia, ministerios, gobernadores, alcaldes, universidades, escuelas, colegios, medios de comunicación, que están en la obligación de preservar la música vallenata autentica y los nuevos valores del folclor que indudablemente vienen distorsionando la música del Valle, gracias al pedido y voracidad comercial de las disqueras y promotores de espectáculos.
Ante este acontecimiento de gran impacto pensábamos que vendrían nuevos vientos para la música vallenata original, que se abrirían nuevos espacios en todos los ámbitos, que el gobierno procuraría hacer valer la recomendación de la Unesco.
Pero con extrañeza vemos que lo que hace el gobierno es lo contrario, cierra los espacios que tenía ganados la música vallenata en la radiodifusora nacional, hoy RTVC, sistemas de medios públicos, allí se divulgaba diariamente en la tarde durante dos horas, de lunes a viernes, el programa del veterano Carlos Melo, ‘Estampas Vallenatas’, donde se divulgaba el vallenato tradicional, por el cual Melo tanto luchó para que lo asignaran, fue sacado del aire, desde que se reestructuró este sistema radial de carácter público que cuenta con 51 frecuencias en todo el país, lo que indica que tiene cubrimiento nacional, tanto en las bandas AM, FM.
Fue de las primeras emisoras radiales venidas de la capital en los inicios del Festival Vallenato a trasmitir con modernos y potentes equipos, fue divulgando años tras año nacionalmente nuestro más importante evento cultural y las raíces musicales que con tanto ahínco hemos defendido. El gobierno ahora está en la obligación de preservar, gracias a la circular de la Unesco, pero durante más de 10 años su emisora oficial no lo ha hecho.
En la programación diaria de la Radiodifusora Nacional apenas le dedican a la música vallenata los viernes cinco minutos en la sección noticiosa, el vallenato desapareció de su programación musical. Señal Colombia, canal de televisión, sí que ha sido sorda y muda, con algunas excepciones, emite algunos documentales referidos la música vallenata, el mismo derecho con que transmiten la Feria de Cali, Manizales, Carnaval de Barranquilla, también lo tiene el Festival de Valledupar.
El Gobierno tiene la obligación de preservar y divulgar el vallenato, lo gestionó ante la Unesco, nuestros dirigentes deben exigírselo.