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Columnista - 20 febrero, 2016

Dios da talentos, los padres ayudan a pulirlos

Así mismo, como cuando una mina deja fluir de una veta un diamante en bruto y poco a poco el joyero lo convierte en la más preciosa de las piedras, puliéndola con paciencia, amor y buen gusto, así ocurre con nuestra existencia, pues todos los seres humanos nacemos con unas capacidades y talentos innatos con […]

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Así mismo, como cuando una mina deja fluir de una veta un diamante en bruto y poco a poco el joyero lo convierte en la más preciosa de las piedras, puliéndola con paciencia, amor y buen gusto, así ocurre con nuestra existencia, pues todos los seres humanos nacemos con unas capacidades y talentos innatos con los cuales Dios nos provee, que al salir a flote y de acuerdo con nuestros gustos y aspiraciones vamos mostrando y desarrollando cada día más, pero definitivamente eso dotes se convierten en arte, paradigma y fruto de admiración, cuando nuestros padres nos inducen a pulirlos y nos llevan por el camino del bien y nosotros atendiendo el buen juicio de ellos y guiados por el creador logramos llegar a la cúspide.

El fin de semana pasada mi mamá llegó muy emocionada de ver una presentación de comparsas juveniles e infantiles en el Club Valledupar, en donde la niña Lucia Castro Pepin presentó magistralmente un acto de baile, en donde de manera hábil, coordinada y elegante literalmente bailó por el aire, pues el numero consistía en suspenderse en el aire agarrada de unos largos telares, un bello espectáculo que he podido apreciar profesionalmente en Cirque du Soleil (Circo del Sol) el más famoso espectáculo circense, que ha dejado de utilizar sus carpas para trasladarse a los más exclusivos escenarios del planeta como los de: Broadway en el Lincoln Center de Manhattan Nueva York, y West End Theatre de Londres.

Esta niña, a quien considero mi sobrina, pues su papá Juan Pablo Castro es uno de mis mejores amigos de infancia, doblemente un hermano para mí pues también lo somos en la fe cristiana, y su bella e inteligente mamá, una de las más prestigiosas periodoncista de la costa, a quienes admiro por el hermoso hogar que han conformado, basados en el respeto mutuo, en los valores y sobre todo en el amor a Dios, me encanta que a mis sobrinos les han exhortado y apoyado sus dotes artísticas; Juan Miguel José, es un talentoso artista de la pintura quien muy a pesar de su corta edad, ya ha realizado varias exposiciones individuales y colectivas y la hermosa Lucia es una deportista consumada y grácil bailarina.

La verdad que también me emocioné mucho al ver su presentación en video, la cual me imagino fue mucho más impactante en vivo y en directo, por las luces, el escenario, la puesta en escena. Principalmente porque hicieron una propuesta diferente, para nada vulgar, nada de serruchos ni ron pa’ to’ el mundo, ni mucho menos invitaciones a hacer travesuras, lo cual el boom mediático y la inversión de valores han vuelto algo normal y cotidiano y como dice el adagio: “Lo que está de moda no incomoda”.

Cuando hay respeto y temor de Dios y eso se inculca a los hijos y se demuestra al prójimo es algo edificante, mirar las cosas desde una óptica sana y que la niñez piense en la danza como algo artístico y una opción proba de compartir en familia y alejarse de cosas no tan saludables, que puedan causar mal y una posibilidad de saludable esparcimiento o yendo más lejos, vislumbrándolo como una posible carrera profesional, lo cual sería gratificante y motivo de orgullo porque ser un bailarín profesional es un hermoso arte y digno de la admiración de muchos. Dios bendiga a todos los niños que ven en el arte una opción de mostrar su talento, y les de la sabiduría para desarrollarlo sanamente.

Columnista
20 febrero, 2016

Dios da talentos, los padres ayudan a pulirlos

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Julio Mario Celedon

Así mismo, como cuando una mina deja fluir de una veta un diamante en bruto y poco a poco el joyero lo convierte en la más preciosa de las piedras, puliéndola con paciencia, amor y buen gusto, así ocurre con nuestra existencia, pues todos los seres humanos nacemos con unas capacidades y talentos innatos con […]


Así mismo, como cuando una mina deja fluir de una veta un diamante en bruto y poco a poco el joyero lo convierte en la más preciosa de las piedras, puliéndola con paciencia, amor y buen gusto, así ocurre con nuestra existencia, pues todos los seres humanos nacemos con unas capacidades y talentos innatos con los cuales Dios nos provee, que al salir a flote y de acuerdo con nuestros gustos y aspiraciones vamos mostrando y desarrollando cada día más, pero definitivamente eso dotes se convierten en arte, paradigma y fruto de admiración, cuando nuestros padres nos inducen a pulirlos y nos llevan por el camino del bien y nosotros atendiendo el buen juicio de ellos y guiados por el creador logramos llegar a la cúspide.

El fin de semana pasada mi mamá llegó muy emocionada de ver una presentación de comparsas juveniles e infantiles en el Club Valledupar, en donde la niña Lucia Castro Pepin presentó magistralmente un acto de baile, en donde de manera hábil, coordinada y elegante literalmente bailó por el aire, pues el numero consistía en suspenderse en el aire agarrada de unos largos telares, un bello espectáculo que he podido apreciar profesionalmente en Cirque du Soleil (Circo del Sol) el más famoso espectáculo circense, que ha dejado de utilizar sus carpas para trasladarse a los más exclusivos escenarios del planeta como los de: Broadway en el Lincoln Center de Manhattan Nueva York, y West End Theatre de Londres.

Esta niña, a quien considero mi sobrina, pues su papá Juan Pablo Castro es uno de mis mejores amigos de infancia, doblemente un hermano para mí pues también lo somos en la fe cristiana, y su bella e inteligente mamá, una de las más prestigiosas periodoncista de la costa, a quienes admiro por el hermoso hogar que han conformado, basados en el respeto mutuo, en los valores y sobre todo en el amor a Dios, me encanta que a mis sobrinos les han exhortado y apoyado sus dotes artísticas; Juan Miguel José, es un talentoso artista de la pintura quien muy a pesar de su corta edad, ya ha realizado varias exposiciones individuales y colectivas y la hermosa Lucia es una deportista consumada y grácil bailarina.

La verdad que también me emocioné mucho al ver su presentación en video, la cual me imagino fue mucho más impactante en vivo y en directo, por las luces, el escenario, la puesta en escena. Principalmente porque hicieron una propuesta diferente, para nada vulgar, nada de serruchos ni ron pa’ to’ el mundo, ni mucho menos invitaciones a hacer travesuras, lo cual el boom mediático y la inversión de valores han vuelto algo normal y cotidiano y como dice el adagio: “Lo que está de moda no incomoda”.

Cuando hay respeto y temor de Dios y eso se inculca a los hijos y se demuestra al prójimo es algo edificante, mirar las cosas desde una óptica sana y que la niñez piense en la danza como algo artístico y una opción proba de compartir en familia y alejarse de cosas no tan saludables, que puedan causar mal y una posibilidad de saludable esparcimiento o yendo más lejos, vislumbrándolo como una posible carrera profesional, lo cual sería gratificante y motivo de orgullo porque ser un bailarín profesional es un hermoso arte y digno de la admiración de muchos. Dios bendiga a todos los niños que ven en el arte una opción de mostrar su talento, y les de la sabiduría para desarrollarlo sanamente.