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Columnista - 15 septiembre, 2023

Despedimos a otro grande: Miguel López

Quise asistir a La Paz también para abrazar a ‘Pablito’ con quien sí he compartido bastante, a quien admiro, quiero y respeto, pero no le pude dar el abrazo y me vine sin saber porque no pude verlo. 

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No fue otro acordeonero más el que despedimos esta semana, fue Miguel Antonio López Gutiérrez, el V Rey de la Leyenda Vallenata. La sonoridad de sus pitos y la armonía de sus bajos lo ubicaron entre los pocos acordeoneros a los que se les distingue su nota a leguas. Un don de gentes inigualable, un acordeón inimitable y una dinastía inalcanzable, tanto en la ascendencia como en la descendencia, hacían la gran diferencia.

Casi no me gusta asistir a funerales, tal vez porque con lo que menos comulgo es con la tristeza, pero en el caso del de ‘Migue’, era algo especial, siempre me pregunté por qué él era tan cariñoso conmigo, sin habernos tratado mucho tiempo y en su sepelio muchos de los músicos que asistieron me dieron la respuesta, es que Miguel López era muy familiar y amable con todo el mundo.

Quise asistir a La Paz también para abrazar a ‘Pablito’ con quien sí he compartido bastante, a quien admiro, quiero y respeto, pero no le pude dar el abrazo y me vine sin saber porque no pude verlo. 

A Miguel López no solo lo querían en La Paz, en sus exequias vi muchísima gente que se desplazó de poblaciones lejanas del país, fue muy bonito que aquellos cantantes que grabaron con él, como Gustavo Bula, Carlos Lleras Araujo y Fredy Peralta, entre otros, le rindieran ese homenaje cantando en su despedida algunas canciones que ‘Migue’ grabó y que ningún otro puede tocar igual.

Allí me entrevisté con algunos conocedores de este arte tan bonito y les pregunté por qué consideraban a Miguel López como uno de los más grandes del acordeón en todos los tiempos y esto me respondieron:

Tomas Darío Gutiérrez: “‘Migue’ es el miembro más destacado de la tercera generación de una dinastía que viene desde el siglo XIX su abuelo Juan López Molina fue un cajero y acordeonero y su padre, Pablo López Gutiérrez, también fue excelente músico, pero su tío Juan López fue un acordeonero tan grande que le mereció un artículo en el año 53 de Gabriel García Márquez”.

Ivo Luis Diaz: “Miguel López fue un acordeonero difícil de imitar, él llenaba todos los espacios, su nota era gruesa e inconfundible, se nos fue uno de los mejores, con los bajos era inigualable”.  

Javier Matta: “Miguel López fue la columna vertebral de una gran dinastía y con Jorge Oñate partieron el vallenato en dos para hacer la dupla acordeón-cantante. Como acordeonero lo que más me impactaba de él era su pulso y la perfecta armonización pitos-bajos. Con Luis Enrique Martínez, Miguel fue un revolucionario del acordeón”.

Odacir ‘El Ñeco’ Montenegro: “El estilo de tocar el acordeón de Miguel López fue único, esa nota gruesa e inimitable, hicieron que como jefe de una dinastía fuera el más respetable de todos. Está entre los cinco acordeoneros más grandes del vallenato.”

En el año 1978 conocí a Miguel Antonio, gracias a que estudié en el Loperena con Miguel ‘Lala’ López, su hijo e intentamos conformar una pareja musical, siendo aún unos niños, y esta semana asistí a las honras fúnebres de un señor acordeonero, al que hay que rendirle todos los honores.

COLOFÓN:  La novelería y el arribismo de los vallenatos no tiene límites, creo que McDonald´s difícilmente podrá encontrar otra plaza igual en Colombia, yo pensé que Silvestre Dangond, con El Rubí, haría de las suyas en el Valle, pero parece que más se “mete mono” “agringándose” que apoyando a los nuestros.

Por: Jorge Nain Ruiz.

Columnista
15 septiembre, 2023

Despedimos a otro grande: Miguel López

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jorge Nain Ruiz Ditta

Quise asistir a La Paz también para abrazar a ‘Pablito’ con quien sí he compartido bastante, a quien admiro, quiero y respeto, pero no le pude dar el abrazo y me vine sin saber porque no pude verlo. 


No fue otro acordeonero más el que despedimos esta semana, fue Miguel Antonio López Gutiérrez, el V Rey de la Leyenda Vallenata. La sonoridad de sus pitos y la armonía de sus bajos lo ubicaron entre los pocos acordeoneros a los que se les distingue su nota a leguas. Un don de gentes inigualable, un acordeón inimitable y una dinastía inalcanzable, tanto en la ascendencia como en la descendencia, hacían la gran diferencia.

Casi no me gusta asistir a funerales, tal vez porque con lo que menos comulgo es con la tristeza, pero en el caso del de ‘Migue’, era algo especial, siempre me pregunté por qué él era tan cariñoso conmigo, sin habernos tratado mucho tiempo y en su sepelio muchos de los músicos que asistieron me dieron la respuesta, es que Miguel López era muy familiar y amable con todo el mundo.

Quise asistir a La Paz también para abrazar a ‘Pablito’ con quien sí he compartido bastante, a quien admiro, quiero y respeto, pero no le pude dar el abrazo y me vine sin saber porque no pude verlo. 

A Miguel López no solo lo querían en La Paz, en sus exequias vi muchísima gente que se desplazó de poblaciones lejanas del país, fue muy bonito que aquellos cantantes que grabaron con él, como Gustavo Bula, Carlos Lleras Araujo y Fredy Peralta, entre otros, le rindieran ese homenaje cantando en su despedida algunas canciones que ‘Migue’ grabó y que ningún otro puede tocar igual.

Allí me entrevisté con algunos conocedores de este arte tan bonito y les pregunté por qué consideraban a Miguel López como uno de los más grandes del acordeón en todos los tiempos y esto me respondieron:

Tomas Darío Gutiérrez: “‘Migue’ es el miembro más destacado de la tercera generación de una dinastía que viene desde el siglo XIX su abuelo Juan López Molina fue un cajero y acordeonero y su padre, Pablo López Gutiérrez, también fue excelente músico, pero su tío Juan López fue un acordeonero tan grande que le mereció un artículo en el año 53 de Gabriel García Márquez”.

Ivo Luis Diaz: “Miguel López fue un acordeonero difícil de imitar, él llenaba todos los espacios, su nota era gruesa e inconfundible, se nos fue uno de los mejores, con los bajos era inigualable”.  

Javier Matta: “Miguel López fue la columna vertebral de una gran dinastía y con Jorge Oñate partieron el vallenato en dos para hacer la dupla acordeón-cantante. Como acordeonero lo que más me impactaba de él era su pulso y la perfecta armonización pitos-bajos. Con Luis Enrique Martínez, Miguel fue un revolucionario del acordeón”.

Odacir ‘El Ñeco’ Montenegro: “El estilo de tocar el acordeón de Miguel López fue único, esa nota gruesa e inimitable, hicieron que como jefe de una dinastía fuera el más respetable de todos. Está entre los cinco acordeoneros más grandes del vallenato.”

En el año 1978 conocí a Miguel Antonio, gracias a que estudié en el Loperena con Miguel ‘Lala’ López, su hijo e intentamos conformar una pareja musical, siendo aún unos niños, y esta semana asistí a las honras fúnebres de un señor acordeonero, al que hay que rendirle todos los honores.

COLOFÓN:  La novelería y el arribismo de los vallenatos no tiene límites, creo que McDonald´s difícilmente podrá encontrar otra plaza igual en Colombia, yo pensé que Silvestre Dangond, con El Rubí, haría de las suyas en el Valle, pero parece que más se “mete mono” “agringándose” que apoyando a los nuestros.

Por: Jorge Nain Ruiz.