También ha revisado la construcción de casas en San Andrés que el gobierno anterior construyó, cada una, a $600 millones.
Hace unos días escuchaba a un energúmeno hombre que despotricaba contra Gustavo Petro y lo señalaba como el peor presidente de Colombia.
Eso ocurrió en un centro comercial de Valledupar. El susodicho alegaba con otro sobre asuntos del país. El opositor se mostraba agresivo y vociferaba contra Petro a quien culpaba de ser el causante de la inflación que vivimos (julio de 10,21%), de los crímenes contra los líderes y lideresas sociales, de la ola invernal y por no haber impedido el crimen contra tres jóvenes a manos de un terrorista Coronel de la Policía en Sucre.
Además, lo acusan de mitómano porque no le ha cumplido al país durante su mandato constitucional y hasta un abogado columnista de este medio alegó que Petro es lo peor que le ha sucedido al país.
Yo escuchaba al bravío hombre con su voz de arrogancia. Trataba a Petro de guerrillero, criminal y hasta de corrupto. Entonces recordé que también el diputado conservador del Cesar, Camilo Lacouture, en una sesión de la asamblea dijo que “Vamos a caer en un caso delincuencial porque este es un gobierno central que se ha dedicado es a hacer fiestas con los bandidos”. Remató su gritería diciendo: “Este es un gobierno rodeado de puros corruptos, asesorado por los mayores criminales de toda la historia de Colombia”.
Enseguida le llovieron las críticas al bravucón político, hasta de su mismo partido o lo que queda de esa aglomeración. Yo quedé de una sola pieza y pregunté: ¿este diputado podría hacer un balance de su gestión durante tantos años en la asamblea?, ¿Lo tendrá?
Entonces, concluí que el mundo está al revés, por unas sencillas reflexiones: El sujeto del centro comercial, el abogado de marras y el diputado gritón acopian las mentiras. Seguramente practican aquella sentencia popular: “Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”.
Les cuento que empecé a investigar y encontré que los tres tipos no dicen la verdad, sencillamente porque el exguerrillero Gustavo Petro Urrego, costeño, por cierto, solamente tenía ocho (lea bien 8) días de ser presidente de la República de Colombia y de esos días, 3 eran festivos.
¿En una semana ya destruyó el país?, me pregunté y revisando encontré que, en esos 8 días, el presidente Petro no había posesionado a sus ministros ni a nadie, pero si había dado orden de ‘traer la espada de Bolívar’. También había ordenado erradicar una extensa lista de asesores del palacio de Nariño y revisar las últimas contrataciones multimillonarias que habían hecho Duque y sus ministros mientras él se posesionaba.
También ha revisado la construcción de casas en San Andrés que el gobierno anterior construyó, cada una, a $600 millones.
¿Entonces? Uno no se explica por qué los tipos aludidos se lanzan contra un presidente que lleva una semana en el cargo y ya ordenó condonar las deudas del Icetex, a los estudiantes.
Pero mientras el presidente Petro le pide a las Fuerzas Militares de Colombia no más resultados con muertos sino con soluciones de paz, el diputado cesarense Raúl Romero, de Cambio Radical, tramitó ante la Asamblea darle un reconocimiento al senador de su mismo partido, Didier Lobo Chinchilla, destacando “su loable labor como congresista”. “Lo peor de todo es que los otros diputados aprobaron la propuesta de su compañero”, dijo un asistente a la asamblea.
Se aclara (si de algo sirve) que el diputado Romero fue secretario de hacienda de Didier cuando fue alcalde de La Jagua de Ibirico y está vinculado a su grupo político. Hasta la próxima semana. [email protected] @tiochiro.
También ha revisado la construcción de casas en San Andrés que el gobierno anterior construyó, cada una, a $600 millones.
Hace unos días escuchaba a un energúmeno hombre que despotricaba contra Gustavo Petro y lo señalaba como el peor presidente de Colombia.
Eso ocurrió en un centro comercial de Valledupar. El susodicho alegaba con otro sobre asuntos del país. El opositor se mostraba agresivo y vociferaba contra Petro a quien culpaba de ser el causante de la inflación que vivimos (julio de 10,21%), de los crímenes contra los líderes y lideresas sociales, de la ola invernal y por no haber impedido el crimen contra tres jóvenes a manos de un terrorista Coronel de la Policía en Sucre.
Además, lo acusan de mitómano porque no le ha cumplido al país durante su mandato constitucional y hasta un abogado columnista de este medio alegó que Petro es lo peor que le ha sucedido al país.
Yo escuchaba al bravío hombre con su voz de arrogancia. Trataba a Petro de guerrillero, criminal y hasta de corrupto. Entonces recordé que también el diputado conservador del Cesar, Camilo Lacouture, en una sesión de la asamblea dijo que “Vamos a caer en un caso delincuencial porque este es un gobierno central que se ha dedicado es a hacer fiestas con los bandidos”. Remató su gritería diciendo: “Este es un gobierno rodeado de puros corruptos, asesorado por los mayores criminales de toda la historia de Colombia”.
Enseguida le llovieron las críticas al bravucón político, hasta de su mismo partido o lo que queda de esa aglomeración. Yo quedé de una sola pieza y pregunté: ¿este diputado podría hacer un balance de su gestión durante tantos años en la asamblea?, ¿Lo tendrá?
Entonces, concluí que el mundo está al revés, por unas sencillas reflexiones: El sujeto del centro comercial, el abogado de marras y el diputado gritón acopian las mentiras. Seguramente practican aquella sentencia popular: “Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad”.
Les cuento que empecé a investigar y encontré que los tres tipos no dicen la verdad, sencillamente porque el exguerrillero Gustavo Petro Urrego, costeño, por cierto, solamente tenía ocho (lea bien 8) días de ser presidente de la República de Colombia y de esos días, 3 eran festivos.
¿En una semana ya destruyó el país?, me pregunté y revisando encontré que, en esos 8 días, el presidente Petro no había posesionado a sus ministros ni a nadie, pero si había dado orden de ‘traer la espada de Bolívar’. También había ordenado erradicar una extensa lista de asesores del palacio de Nariño y revisar las últimas contrataciones multimillonarias que habían hecho Duque y sus ministros mientras él se posesionaba.
También ha revisado la construcción de casas en San Andrés que el gobierno anterior construyó, cada una, a $600 millones.
¿Entonces? Uno no se explica por qué los tipos aludidos se lanzan contra un presidente que lleva una semana en el cargo y ya ordenó condonar las deudas del Icetex, a los estudiantes.
Pero mientras el presidente Petro le pide a las Fuerzas Militares de Colombia no más resultados con muertos sino con soluciones de paz, el diputado cesarense Raúl Romero, de Cambio Radical, tramitó ante la Asamblea darle un reconocimiento al senador de su mismo partido, Didier Lobo Chinchilla, destacando “su loable labor como congresista”. “Lo peor de todo es que los otros diputados aprobaron la propuesta de su compañero”, dijo un asistente a la asamblea.
Se aclara (si de algo sirve) que el diputado Romero fue secretario de hacienda de Didier cuando fue alcalde de La Jagua de Ibirico y está vinculado a su grupo político. Hasta la próxima semana. [email protected] @tiochiro.