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Columnista - 1 marzo, 2021

Décimas: El cantor Jorge Oñate

                    I En el paisaje hay un manto  de penumbra y de dolor,  ya se despide el cantor hay un invierno de llanto;   pero nos queda su canto  luminoso de trovero  con matices de jilguero   y sonatas de ruiseñor  que adornan con esplendor de música los senderos.                   II En el arte musical  Dios le regaló una […]

                    I

En el paisaje hay un manto 

de penumbra y de dolor, 

ya se despide el cantor

hay un invierno de llanto;  

pero nos queda su canto 

luminoso de trovero 

con matices de jilguero  

y sonatas de ruiseñor 

que adornan con esplendor

de música los senderos. 

                 II

En el arte musical 

Dios le regaló una estrella, 

son imborrables sus huellas 

el artista es inmortal. 

El Olimpo es su pedestal 

allí seguirá cantando 

y sus canciones sonando 

en la memoria del viento; 

su voz aurora en el tiempo 

que seguimos escuchando.   

               III

Paraíso de su infancia 

La Paz su pueblo soñado, 

su terruño recordado   

calles largas de su infancia 

de acordeones y fragancias 

de almojábanas horneadas. 

Con silbos de la alborada 

el amor busca su meta, 

conquista a Nancy Zuleta 

su bella esposa adorada. 

                IV

Jorge con sus cantares

llena al pueblo de ilusiones

y rescata las canciones

de los más grandes juglares.

Inmenso como los mares

con su tenor de diamante,

él recogió a los cantantes

y a todos les dio una poda;

Oñate puso de moda

el valor de los cantantes.

Columnista
1 marzo, 2021

Décimas: El cantor Jorge Oñate

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
José Atuesta Mindiola

                    I En el paisaje hay un manto  de penumbra y de dolor,  ya se despide el cantor hay un invierno de llanto;   pero nos queda su canto  luminoso de trovero  con matices de jilguero   y sonatas de ruiseñor  que adornan con esplendor de música los senderos.                   II En el arte musical  Dios le regaló una […]


                    I

En el paisaje hay un manto 

de penumbra y de dolor, 

ya se despide el cantor

hay un invierno de llanto;  

pero nos queda su canto 

luminoso de trovero 

con matices de jilguero  

y sonatas de ruiseñor 

que adornan con esplendor

de música los senderos. 

                 II

En el arte musical 

Dios le regaló una estrella, 

son imborrables sus huellas 

el artista es inmortal. 

El Olimpo es su pedestal 

allí seguirá cantando 

y sus canciones sonando 

en la memoria del viento; 

su voz aurora en el tiempo 

que seguimos escuchando.   

               III

Paraíso de su infancia 

La Paz su pueblo soñado, 

su terruño recordado   

calles largas de su infancia 

de acordeones y fragancias 

de almojábanas horneadas. 

Con silbos de la alborada 

el amor busca su meta, 

conquista a Nancy Zuleta 

su bella esposa adorada. 

                IV

Jorge con sus cantares

llena al pueblo de ilusiones

y rescata las canciones

de los más grandes juglares.

Inmenso como los mares

con su tenor de diamante,

él recogió a los cantantes

y a todos les dio una poda;

Oñate puso de moda

el valor de los cantantes.