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Columnista - 26 junio, 2025

¿De qué ha servido ser Patrimonio Inmaterial de la Humanidad?

Por estos días recordé que en diciembre de estas calendas se cumplen los primeros diez años de haber celebrado con bombos y platillos, y con alharaca presidencial, la decisión de la UNESCO de declarar a la música tradicional vallenata como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. 

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Por estos días recordé que en diciembre de estas calendas se cumplen los primeros diez años de haber celebrado con bombos y platillos, y con alharaca presidencial, la decisión de la UNESCO de declarar a la música tradicional vallenata como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. 

Se me ocurrió hacerle tres preguntas sobre ese tema a dos personajes estudiosos de nuestra cultura, y en concreto de la música: Ismael Fernández Gámez, gerente de Telecaribe, y Ricardo Quintero Araújo, director del MUVA. 

Estas son las tres preguntas y a continuación sus respuestas: ⁠¿cree usted que le ha servido a la música vallenata la declaratoria como Patrimonio Inmaterial de la UNESCO? ⁠¿Qué cambios advierte usted que se han dado en la música tradicional vallenata después de la decisión de la UNESCO? ⁠¿Cuáles instituciones cree usted que han cumplido un mejor papel en sus obligaciones y compromisos con esta declaratoria?

Para Ismael Fernández Gámez: “Ha tenido un impacto positivo pero limitado en la protección y promoción de este género musical como responsabilidad del Estado colombiano. Si bien es cierto que la Unesco en ningún momento adquirió compromisos económicos y mucho menos en la promoción y expansión del género, considero que esa responsabilidad que se la dejaron al estado colombiano ha flaqueado”. 

Con relación al Plan de Salvaguarda (Pes): “Considero desde mi ángulo sin hacer parte de quienes tienen la obligación de fomentar la salvaguarda, que el estado colombiano ha cumplido muy tímidamente con la promoción del mismo a través del Ministerio de la cultura y no sé hasta donde la Unesco ha dejado de supervisar al plan, sin embargo el solo hecho de que el Estado colombiano apoye financieramente de manera tímida a los eventos culturales dentro de los festivales, puede ser una repuesta a ese Plan Especial”. 

En conclusión, indica que: “La Unesco certificó y es Colombia quien debe proteger el vallenato tradicional como corriente de estilo que debe avanzar de manera paralela como avanza el vallenato moderno con sus fusiones. Ahora bien, los festivales que son los espacios para salvaguardar dependen de lo organizado que son, de la responsabilidad general de sus organizadores y la afiliación política que tengan los organizadores con el gobernante de turno”. 

Ricardo Quintero Araújo, en cuanto a lo primero, expresó: “La declaratoria, por supuesto, ha servido; per se, nos obligó a poner la mirada sobre los retos y oportunidades que implica conservar y preservar la música vallenata tradicional. Sin embargo, es importante aclarar que dicha declaratoria no constituye un reconocimiento; por el contrario, se trata de un fuerte llamado de atención por parte de la UNESCO, que exige medidas especiales de protección”.

Y agregó: “Hay un palmario incumplimiento del Estado colombiano frente a la Convención de París de 2003, pues tanto el Plan Especial de Salvaguarda como el plan de inversiones que acompañaron la solicitud ante la UNESCO fueron incumplidos”.

En cuanto a lo segundo, dijo: “No se evidencian con claridad. De hecho, ni siquiera el Estado colombiano, a través del Ministerio de las Culturas, ha medido el impacto, ya que no ha efectuado la evaluación a la que está obligado según los términos de la Convención de París. Por lo tanto, no se conocen acciones concretas que se hayan llevado a cabo”. 

En cuanto a lo tercero: “La Nación, así como las entidades territoriales, se han sustraído de los programas y estrategias establecidos en el Plan Especial de Salvaguarda (PES). Lo que sí ha sobresalido es la voluntad y el esfuerzo por parte de los gestores culturales, quienes han desplegado una serie de acciones ante las distintas instancias gubernamentales.”

En esta columna seguiremos profundizado y auscultando que piensa nuestra gente sobre ese tema.

Por: Jorge Naín Ruiz Ditta.

Columnista
26 junio, 2025

¿De qué ha servido ser Patrimonio Inmaterial de la Humanidad?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Jorge Nain Ruiz Ditta

Por estos días recordé que en diciembre de estas calendas se cumplen los primeros diez años de haber celebrado con bombos y platillos, y con alharaca presidencial, la decisión de la UNESCO de declarar a la música tradicional vallenata como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. 


Por estos días recordé que en diciembre de estas calendas se cumplen los primeros diez años de haber celebrado con bombos y platillos, y con alharaca presidencial, la decisión de la UNESCO de declarar a la música tradicional vallenata como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. 

Se me ocurrió hacerle tres preguntas sobre ese tema a dos personajes estudiosos de nuestra cultura, y en concreto de la música: Ismael Fernández Gámez, gerente de Telecaribe, y Ricardo Quintero Araújo, director del MUVA. 

Estas son las tres preguntas y a continuación sus respuestas: ⁠¿cree usted que le ha servido a la música vallenata la declaratoria como Patrimonio Inmaterial de la UNESCO? ⁠¿Qué cambios advierte usted que se han dado en la música tradicional vallenata después de la decisión de la UNESCO? ⁠¿Cuáles instituciones cree usted que han cumplido un mejor papel en sus obligaciones y compromisos con esta declaratoria?

Para Ismael Fernández Gámez: “Ha tenido un impacto positivo pero limitado en la protección y promoción de este género musical como responsabilidad del Estado colombiano. Si bien es cierto que la Unesco en ningún momento adquirió compromisos económicos y mucho menos en la promoción y expansión del género, considero que esa responsabilidad que se la dejaron al estado colombiano ha flaqueado”. 

Con relación al Plan de Salvaguarda (Pes): “Considero desde mi ángulo sin hacer parte de quienes tienen la obligación de fomentar la salvaguarda, que el estado colombiano ha cumplido muy tímidamente con la promoción del mismo a través del Ministerio de la cultura y no sé hasta donde la Unesco ha dejado de supervisar al plan, sin embargo el solo hecho de que el Estado colombiano apoye financieramente de manera tímida a los eventos culturales dentro de los festivales, puede ser una repuesta a ese Plan Especial”. 

En conclusión, indica que: “La Unesco certificó y es Colombia quien debe proteger el vallenato tradicional como corriente de estilo que debe avanzar de manera paralela como avanza el vallenato moderno con sus fusiones. Ahora bien, los festivales que son los espacios para salvaguardar dependen de lo organizado que son, de la responsabilidad general de sus organizadores y la afiliación política que tengan los organizadores con el gobernante de turno”. 

Ricardo Quintero Araújo, en cuanto a lo primero, expresó: “La declaratoria, por supuesto, ha servido; per se, nos obligó a poner la mirada sobre los retos y oportunidades que implica conservar y preservar la música vallenata tradicional. Sin embargo, es importante aclarar que dicha declaratoria no constituye un reconocimiento; por el contrario, se trata de un fuerte llamado de atención por parte de la UNESCO, que exige medidas especiales de protección”.

Y agregó: “Hay un palmario incumplimiento del Estado colombiano frente a la Convención de París de 2003, pues tanto el Plan Especial de Salvaguarda como el plan de inversiones que acompañaron la solicitud ante la UNESCO fueron incumplidos”.

En cuanto a lo segundo, dijo: “No se evidencian con claridad. De hecho, ni siquiera el Estado colombiano, a través del Ministerio de las Culturas, ha medido el impacto, ya que no ha efectuado la evaluación a la que está obligado según los términos de la Convención de París. Por lo tanto, no se conocen acciones concretas que se hayan llevado a cabo”. 

En cuanto a lo tercero: “La Nación, así como las entidades territoriales, se han sustraído de los programas y estrategias establecidos en el Plan Especial de Salvaguarda (PES). Lo que sí ha sobresalido es la voluntad y el esfuerzo por parte de los gestores culturales, quienes han desplegado una serie de acciones ante las distintas instancias gubernamentales.”

En esta columna seguiremos profundizado y auscultando que piensa nuestra gente sobre ese tema.

Por: Jorge Naín Ruiz Ditta.