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Columnista - 18 agosto, 2018

De lluvias y pájaros de verano

Titulé este articulo haciendo una fusión de una famosa canción de Hernando Marín, (Lluvia de Verano) con el título de una nueva película (Pájaros de Verano) que está dando mucho que hablar, y que estoy seguro será laureada en los festivales internacionales de cine en donde se presente, un film del cesarense Ciro Guerra, tanto […]

Titulé este articulo haciendo una fusión de una famosa canción de Hernando Marín, (Lluvia de Verano) con el título de una nueva película (Pájaros de Verano) que está dando mucho que hablar, y que estoy seguro será laureada en los festivales internacionales de cine en donde se presente, un film del cesarense Ciro Guerra, tanto la producción cinematográfica como la canción están relacionadas con la bonaza marimbera, el canto inmortalizado por Diomedes Diaz y Juancho Rois, precisamente lanzado en la famosa época de la bonanza de la “mala hierba” en el año 78, en el LP “La Locura” y porque en la letra menciona a un famoso marimbero llamado Lisímaco Peralta “…

Como Lisímaco Peralta, voy a cambiar de comedero…” el cual precisamente fue asesinado por un lío con otros mafiosos guajiros y la recién estrenada producción cinematográfica porque su interesante trama se basa en el origen y desarrollo del negocio de la marihuana en La Guajira, la inclusión y protagonismo del pueblo wayuu en este, el cual casi sin darse cuenta se vio inmiscuido en estos asuntos, dejando a un lado sus oficios de pastoreo y cría de cabras y pesca, posteriormente metiéndose en negocios turbios inducidos por la influencia “alijuna” (hombre blanco) como el contrabando de café, licor y finalmente el lucrativo y muy rentable negocio de la marimba.

Pero lo más importante del film, es como le muestran al mundo la riqueza de esa cultura, sus costumbres, su música, y su conexión misteriosa con la espiritualidad y el jepira (lugar de las almas) la interpretación de los sueños, la importancia de la mujer y el palabrero en esta cultura, el respeto y el honor, entre otras cosas, pero lo más sorprendente, es que la película es rodada en idioma wayuunaiki, así como el director Mel Gibson hizo con “La Pasión de Cristo” rodada en Arameo y “Apocalypto” en el dialecto Maya. Para nadie es secreto, que la mayoría de los famoso clanes guajiros e importantes familias de ese departamento se lucraron de ese negocio, dado que a la larga era un negocio ilegal pero que mucha gente lo hacía, incluso tradicionales familias, lo cual lo hacia ver como una actividad común y hasta “normal”. Personajes como Raúl Gómez Castrillón “El Gavilan Mayor” Lucki Cotes, Samuel Alarcón, “Chijo López” Tim Sánchez ( gatillero y asesino famoso) y familias como los Salas, Cotes, Lubo, Anichiarico, Iguarán, Valdeblanquez y Cárdenas, estás dos ultimas tristemente célebres por la cruenta guerra entre sus clanes en donde hubo centenares de muertos de parte y parte, todas estas familias fueron protagonistas de esta bonanza. La película del director rioderense además muestra muchas anécdotas reales de esa época, en donde los nuevos millonarios, los cuales pasaron de andar en burro a lujosas camionetas importadas, no sabían en que gastar tanto dinero, como aquella historia en donde un marimbero le ofrece un bulto de plata a un señor para que este comiera materia fecal, cuento que escuchado desde niño y el cual me lo han referido con pelos y señales diciéndome incluso los nombres de los protagonistas de esa historia bizarra, cosas que en realidad ocurrieron, por eso en algunas poblaciones se pueden observar mansiones lujosas al lado de casitas de bahareque, como en la población de Nazareth. La producción es bien interesante y nos deja una enseñanza y es que lo que mal empieza, mal acaba, además miremos que muy a pesar de los millones que se malgastaron en esa época, en donde incluso quemaban la plata en noches de parranda, y hoy deja el pueblo wayuu, muriéndose de sed y sus niños de desnutrición.

Julio Mario Celedon

Columnista
18 agosto, 2018

De lluvias y pájaros de verano

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Julio Mario Celedon

Titulé este articulo haciendo una fusión de una famosa canción de Hernando Marín, (Lluvia de Verano) con el título de una nueva película (Pájaros de Verano) que está dando mucho que hablar, y que estoy seguro será laureada en los festivales internacionales de cine en donde se presente, un film del cesarense Ciro Guerra, tanto […]


Titulé este articulo haciendo una fusión de una famosa canción de Hernando Marín, (Lluvia de Verano) con el título de una nueva película (Pájaros de Verano) que está dando mucho que hablar, y que estoy seguro será laureada en los festivales internacionales de cine en donde se presente, un film del cesarense Ciro Guerra, tanto la producción cinematográfica como la canción están relacionadas con la bonaza marimbera, el canto inmortalizado por Diomedes Diaz y Juancho Rois, precisamente lanzado en la famosa época de la bonanza de la “mala hierba” en el año 78, en el LP “La Locura” y porque en la letra menciona a un famoso marimbero llamado Lisímaco Peralta “…

Como Lisímaco Peralta, voy a cambiar de comedero…” el cual precisamente fue asesinado por un lío con otros mafiosos guajiros y la recién estrenada producción cinematográfica porque su interesante trama se basa en el origen y desarrollo del negocio de la marihuana en La Guajira, la inclusión y protagonismo del pueblo wayuu en este, el cual casi sin darse cuenta se vio inmiscuido en estos asuntos, dejando a un lado sus oficios de pastoreo y cría de cabras y pesca, posteriormente metiéndose en negocios turbios inducidos por la influencia “alijuna” (hombre blanco) como el contrabando de café, licor y finalmente el lucrativo y muy rentable negocio de la marimba.

Pero lo más importante del film, es como le muestran al mundo la riqueza de esa cultura, sus costumbres, su música, y su conexión misteriosa con la espiritualidad y el jepira (lugar de las almas) la interpretación de los sueños, la importancia de la mujer y el palabrero en esta cultura, el respeto y el honor, entre otras cosas, pero lo más sorprendente, es que la película es rodada en idioma wayuunaiki, así como el director Mel Gibson hizo con “La Pasión de Cristo” rodada en Arameo y “Apocalypto” en el dialecto Maya. Para nadie es secreto, que la mayoría de los famoso clanes guajiros e importantes familias de ese departamento se lucraron de ese negocio, dado que a la larga era un negocio ilegal pero que mucha gente lo hacía, incluso tradicionales familias, lo cual lo hacia ver como una actividad común y hasta “normal”. Personajes como Raúl Gómez Castrillón “El Gavilan Mayor” Lucki Cotes, Samuel Alarcón, “Chijo López” Tim Sánchez ( gatillero y asesino famoso) y familias como los Salas, Cotes, Lubo, Anichiarico, Iguarán, Valdeblanquez y Cárdenas, estás dos ultimas tristemente célebres por la cruenta guerra entre sus clanes en donde hubo centenares de muertos de parte y parte, todas estas familias fueron protagonistas de esta bonanza. La película del director rioderense además muestra muchas anécdotas reales de esa época, en donde los nuevos millonarios, los cuales pasaron de andar en burro a lujosas camionetas importadas, no sabían en que gastar tanto dinero, como aquella historia en donde un marimbero le ofrece un bulto de plata a un señor para que este comiera materia fecal, cuento que escuchado desde niño y el cual me lo han referido con pelos y señales diciéndome incluso los nombres de los protagonistas de esa historia bizarra, cosas que en realidad ocurrieron, por eso en algunas poblaciones se pueden observar mansiones lujosas al lado de casitas de bahareque, como en la población de Nazareth. La producción es bien interesante y nos deja una enseñanza y es que lo que mal empieza, mal acaba, además miremos que muy a pesar de los millones que se malgastaron en esa época, en donde incluso quemaban la plata en noches de parranda, y hoy deja el pueblo wayuu, muriéndose de sed y sus niños de desnutrición.

Julio Mario Celedon