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Columnista - 16 noviembre, 2024

Cuando Curumaní sonaba: ¿Dónde están sus líderes?

Sin buscar ser despectivo y mucho menos hiriente, cabe preguntar: ¿Han perdido los curumanilenses vocación de poder?

Quintín Quintero, político y columnista
Quintín Quintero, político y columnista
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A propósito de los 59 años que cumple el municipio de Curumaní quise escribir esta columna. Si una característica era de admirar de los nacidos en el municipio de Curumaní era su constante vocación de contar con una credencial en el Congreso de la República (lo lograran o no) o en la Asamblea Departamental del Cesar. Más de una vez fue de elogiar que profesionales nacidos en ese municipio llegaban a cargos de secretarios de despacho en la Gobernación del Cesar con hojas de vida idóneas para los cargos, con actitud de servicio y con perfil alto.

Nada ni nadie podía disminuir el espíritu que se le veía a los curumanilenses, ya fuera vía elección popular o vía nombramiento, para que sus nombres hicieran parte de los principales cargos dispuestos para el Cesar, especialmente en la Cámara de Representantes y en la Duma Departamental, si se trataba de las urnas, o en cargos directivos si se trataba de ser nombrados en el nivel departamental.

Sin buscar ser despectivo y mucho menos hiriente, cabe preguntar: ¿Han perdido los curumanilenses vocación de poder? ¿Renunciaron a los espacios del Cesar con credenciales, en los escenarios del orden nacional y departamental? ¿Acaso es que un municipio donde el orgullo de las familias, además de la vocación de trabajo es tener profesionales, no se merece que los suyos ocupen cargos directivos en lo departamental?

Más de una vez he oído que entre los mejores secretarios de Salud que ha tenido el Cesar se encuentra el médico Rodrigo Ríos Uribe. ¿O el mejor? Dos instancias hablan de sus cualidades y calidades: los funcionarios del Ministerio Nacional de Salud y Protección Social que estaban o vienen de la época en la que fue secretario de despacho, y quienes fueron sus subalternos en esta Secretaría. Decían que siempre era claro, que conoce las cifras y los procedimientos del departamento y que le cabe en la cabeza la Gobernación y las competencias y funciones de esta. El curumanilense Ríos Uribe fue alcalde de su municipio.

En lo electoral y en lo congresional, pocos en el Cesar como Miguel Durán Gelvis, exrepresentante a la Cámara. Miguel entendía y entiende la dinámica electoral y siempre ha sabido leerla. Incursionó con carácter y verdadera vocación de éxito desde joven en la política departamental. Este exrepresentante a la Cámara, electoralmente ha sido el superior de los nacidos en ese municipio. Ha sabido incursionar en Valledupar, incluso cuando enfrentó políticamente a los vallenatos mostró berraquera. Además es conciliador.

Los origenes, por lo menos es la lectura que tiene el Cesar, de todo eso que políticamente hablando fueron en Curumaní; pasan por Cristian Moreno Pallares, quien en 1993 fue asesinado en su propio municipio. Hablar del Movimiento de Integración Regional, MIR, es hablar de Moreno Pallares, es hablar de Curumaní, es hablar de un movimiento que aunque de origen conservador creyó mas que en ideas, en un contexto regional progresista, que no veía subordinación frente a Valledupar y su clase dirigente. Abriéndose espacios de tú a tú, con respeto y vocación de ganar. Al exalcalde de Curumaní, Cristian Moreno Pallares, no le quedó grande Valledupar, donde fue apreciado sin que eso implicara dejar de creer siempre en su municipio y en su gente.

De Moreno Pallares a Moreno Paneso y a Moreno Villamizar, tres generaciones de curumanilenses (nacidos o no). Tres generaciones de los Moreno han incursionado en la política. El exgobernador, Cristian Hernando, quien en lo departamental alcanzó el cargo de gobernador. Quien con su particular forma de hacer política y de gobernar estuvo los 4 años completos en el cargo de gobernador. Sin escándalos relevantes de corrupción. En el caso de Christian José, dos veces alcanzó curul en la Cámara de Representantes, decente y con preparación.

Sería injusto, además, no reconocer que en su momento los Licinio Beleño, los Wilson Rincón, los Néstor Quiroz, incluso hasta Henry Chacón, y otros, generaron acciones políticas con inteligencia que los hicieron visibles en el contexto departamental. En especial cuando iniciaban.

Fuesen congresistas o diputados; alcaldes de su municipio o funcionarios directivos de nuestro departamento, los de Curumaní se hacían sentir en la política y en el servicio público. Desde Moreno Pallares, primer alcalde elegido por el voto popular en Curumaní, quien ocupó una curul en la Asamblea del Cesar y se desempeñó en la secretaría de Agricultura departamental; o el representante a la Cámara, Miguel Durán Gelvis, hasta el diputado y gobernador Cristian Moreno Paneso, los de Curumaní fueron actores de proyección en todo el departamento del Cesar.

Eso sin mencionar nombres de profesionales y gente del común con el gentilicio de curumanilenses que se hicieron sentir con su inteligencia y capacidad de trabajo; anónimos, pero no menos valiosos.

Aspiraban y lo alcanzaban, posiblemente a unos les faltó cinco centavos para el peso, otros llegaron al peso y después no pudieron ir más allá; otros se dividieron entre ellos, otros se equivocaron en el manejo del poder en la alcaldía o circunstancias ajenas a ellos no les permitieron avanzar. Al margen de todo o de algunas cosas, se les conoció vocación de poder, intención de alcanzar espacios y orgullo propio.

Algunos dirán que estoy siendo poco objetivo y desconozco a unas nuevas generaciones; de ser así, me disculpo; pero, ¿cuántos diputados ha tenido en los últimos 13 años Curumaní? ¿Cuántos secretarios en el gabinete departamental del 2012 hacia acá, suficientes o merecía mas? ¿Cuántos congresistas distintos a Christian José?

Ojalá le vaya bien a Hermes Fernando Martínez Úrsula como alcalde de Curumaní, que vía proyectos exija al departamento y a la Nación para su municipio, que se le conozca un perfil alto y carácter. Ojalá entienda que en el pasado una juventud de curumanilenses puso la vara alto y que él con ese carisma que tiene la puede poner igual.

Por: Quintín Quintero

Columnista
16 noviembre, 2024

Cuando Curumaní sonaba: ¿Dónde están sus líderes?

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.

Sin buscar ser despectivo y mucho menos hiriente, cabe preguntar: ¿Han perdido los curumanilenses vocación de poder?


Quintín Quintero, político y columnista
Quintín Quintero, político y columnista

A propósito de los 59 años que cumple el municipio de Curumaní quise escribir esta columna. Si una característica era de admirar de los nacidos en el municipio de Curumaní era su constante vocación de contar con una credencial en el Congreso de la República (lo lograran o no) o en la Asamblea Departamental del Cesar. Más de una vez fue de elogiar que profesionales nacidos en ese municipio llegaban a cargos de secretarios de despacho en la Gobernación del Cesar con hojas de vida idóneas para los cargos, con actitud de servicio y con perfil alto.

Nada ni nadie podía disminuir el espíritu que se le veía a los curumanilenses, ya fuera vía elección popular o vía nombramiento, para que sus nombres hicieran parte de los principales cargos dispuestos para el Cesar, especialmente en la Cámara de Representantes y en la Duma Departamental, si se trataba de las urnas, o en cargos directivos si se trataba de ser nombrados en el nivel departamental.

Sin buscar ser despectivo y mucho menos hiriente, cabe preguntar: ¿Han perdido los curumanilenses vocación de poder? ¿Renunciaron a los espacios del Cesar con credenciales, en los escenarios del orden nacional y departamental? ¿Acaso es que un municipio donde el orgullo de las familias, además de la vocación de trabajo es tener profesionales, no se merece que los suyos ocupen cargos directivos en lo departamental?

Más de una vez he oído que entre los mejores secretarios de Salud que ha tenido el Cesar se encuentra el médico Rodrigo Ríos Uribe. ¿O el mejor? Dos instancias hablan de sus cualidades y calidades: los funcionarios del Ministerio Nacional de Salud y Protección Social que estaban o vienen de la época en la que fue secretario de despacho, y quienes fueron sus subalternos en esta Secretaría. Decían que siempre era claro, que conoce las cifras y los procedimientos del departamento y que le cabe en la cabeza la Gobernación y las competencias y funciones de esta. El curumanilense Ríos Uribe fue alcalde de su municipio.

En lo electoral y en lo congresional, pocos en el Cesar como Miguel Durán Gelvis, exrepresentante a la Cámara. Miguel entendía y entiende la dinámica electoral y siempre ha sabido leerla. Incursionó con carácter y verdadera vocación de éxito desde joven en la política departamental. Este exrepresentante a la Cámara, electoralmente ha sido el superior de los nacidos en ese municipio. Ha sabido incursionar en Valledupar, incluso cuando enfrentó políticamente a los vallenatos mostró berraquera. Además es conciliador.

Los origenes, por lo menos es la lectura que tiene el Cesar, de todo eso que políticamente hablando fueron en Curumaní; pasan por Cristian Moreno Pallares, quien en 1993 fue asesinado en su propio municipio. Hablar del Movimiento de Integración Regional, MIR, es hablar de Moreno Pallares, es hablar de Curumaní, es hablar de un movimiento que aunque de origen conservador creyó mas que en ideas, en un contexto regional progresista, que no veía subordinación frente a Valledupar y su clase dirigente. Abriéndose espacios de tú a tú, con respeto y vocación de ganar. Al exalcalde de Curumaní, Cristian Moreno Pallares, no le quedó grande Valledupar, donde fue apreciado sin que eso implicara dejar de creer siempre en su municipio y en su gente.

De Moreno Pallares a Moreno Paneso y a Moreno Villamizar, tres generaciones de curumanilenses (nacidos o no). Tres generaciones de los Moreno han incursionado en la política. El exgobernador, Cristian Hernando, quien en lo departamental alcanzó el cargo de gobernador. Quien con su particular forma de hacer política y de gobernar estuvo los 4 años completos en el cargo de gobernador. Sin escándalos relevantes de corrupción. En el caso de Christian José, dos veces alcanzó curul en la Cámara de Representantes, decente y con preparación.

Sería injusto, además, no reconocer que en su momento los Licinio Beleño, los Wilson Rincón, los Néstor Quiroz, incluso hasta Henry Chacón, y otros, generaron acciones políticas con inteligencia que los hicieron visibles en el contexto departamental. En especial cuando iniciaban.

Fuesen congresistas o diputados; alcaldes de su municipio o funcionarios directivos de nuestro departamento, los de Curumaní se hacían sentir en la política y en el servicio público. Desde Moreno Pallares, primer alcalde elegido por el voto popular en Curumaní, quien ocupó una curul en la Asamblea del Cesar y se desempeñó en la secretaría de Agricultura departamental; o el representante a la Cámara, Miguel Durán Gelvis, hasta el diputado y gobernador Cristian Moreno Paneso, los de Curumaní fueron actores de proyección en todo el departamento del Cesar.

Eso sin mencionar nombres de profesionales y gente del común con el gentilicio de curumanilenses que se hicieron sentir con su inteligencia y capacidad de trabajo; anónimos, pero no menos valiosos.

Aspiraban y lo alcanzaban, posiblemente a unos les faltó cinco centavos para el peso, otros llegaron al peso y después no pudieron ir más allá; otros se dividieron entre ellos, otros se equivocaron en el manejo del poder en la alcaldía o circunstancias ajenas a ellos no les permitieron avanzar. Al margen de todo o de algunas cosas, se les conoció vocación de poder, intención de alcanzar espacios y orgullo propio.

Algunos dirán que estoy siendo poco objetivo y desconozco a unas nuevas generaciones; de ser así, me disculpo; pero, ¿cuántos diputados ha tenido en los últimos 13 años Curumaní? ¿Cuántos secretarios en el gabinete departamental del 2012 hacia acá, suficientes o merecía mas? ¿Cuántos congresistas distintos a Christian José?

Ojalá le vaya bien a Hermes Fernando Martínez Úrsula como alcalde de Curumaní, que vía proyectos exija al departamento y a la Nación para su municipio, que se le conozca un perfil alto y carácter. Ojalá entienda que en el pasado una juventud de curumanilenses puso la vara alto y que él con ese carisma que tiene la puede poner igual.

Por: Quintín Quintero