Aquello que tuvo el título y la descripción metafórica que cuentan las composiciones de los cantos vallenatos, también fue un éxito efímero. De la ‘Sorpresa Caribe’, quedaron los restos arqueológicos sin ningún valor. Después de casi tres décadas la ciudad es un muro de lamentos.
Aquello que tuvo el título y la descripción metafórica que cuentan las composiciones de los cantos vallenatos, también fue un éxito efímero. De la ‘Sorpresa Caribe’, quedaron los restos arqueológicos sin ningún valor. Después de casi tres décadas la ciudad es un muro de lamentos. Nuestro territorio ha tenido como adversario a su propia clase política, sus actuaciones han quedado reducidas al comportamiento de los políticos de elecciones, mientras que engrosan los problemas que juran resolver.
Atrás quedó aquello del bautismo de la ciudad “Sorpresa Caribe”. Hoy los vallenatos convivimos con un conjunto de problemas o fragilidades urbanas caracterizadas por indicadores crecientes en desempleo, informalidad, inseguridad, discontinuidad en la prestación de los servicios públicos, lenta movilidad, transporte público superado por el mototaxismo, lugares convertidos en basureros públicos y una irracional falta de cultura ciudadana.
Continuar lamentándonos no sirve para nada, es inútil. La coyuntura actual nos convoca a una misión importante, que consiste en plantearnos las siguientes preguntas: ¿dónde estamos?, ¿de dónde venimos?, ¿para dónde vamos?, ¿hacia dónde queremos ir? y ¿hacia dónde podemos ir? En este ejercicio es pertinente definir la vocación económica de la ciudad.
Definir la vocación económica de la ciudad permite identificar fortalezas reales, para construir escenarios probables y estrategias para atraer la inversión. Desde luego, debemos ser conscientes de nuestras debilidades, en especial, el aislamiento geográfico.
Las lecciones de la bonanza algodonera y el boom del carbón deben servir como variables de reaprendizaje. Ambos fenómenos surgieron por las bondades de la naturaleza, pero carecieron de una estructura estratégica que tuviera la posibilidad de trascender hacia la agroindustria o desarrollo mediante el buen uso y aprovechamiento de las regalías.
No obstante, a lo valioso de las experiencias, no hay claridad sobre la apuesta económica de la ciudad. Hay voces que apuntan al turismo, la agroindustria y al sector agropecuario. Sin embargo, no existe una hoja de ruta. Hay que construirla, para superar la debilidad emocional de la dirigencia que con retórica resuelven los problemas.
Un insumo importante para construir el estado del arte de la vocación empresarial de Valledupar, está condensado en los resultados del índice de competitividad de las ciudades 2022. No son buenos los resultados en los factores analizados. Las posiciones entre 32 ciudades en Condiciones Habilitantes, Capital Humano, Eficiencia de los Mercados y Ecosistema Innovador, se mueven en promedio en la posición 21.
En el propósito de definir la vocación económica de la ciudad, es necesario, analizar del índice de competitividad el factor eficiencia de los mercados y sus variables mercado laboral y tamaño del mercado. Los resultados son elocuentes evidencian el desempleo e informalidad galopante y las posibilidades existentes en el mercado referenciado en más de medio millón de habitantes.
En todos los escenarios de discusión económica desarrollados en Valledupar, pocas veces valoramos nuestra fortaleza hídrica. En esa frecuencia se obvia que contar con una buena calidad de recursos hídricos es esencial para la reducción de la pobreza y el crecimiento económico. El agua y los servicios relacionados a la misma, favorecen el bienestar de las sociedades, pues influyen directamente en la seguridad alimentaria, en la industria energética, la salud humana y en el medio ambiente.
En nuestra fortaleza hídrica hay muchas oportunidades. Así mismo, en el recurso energético solar. Bavaria por ejemplo tiene previsto abrir en Palma de Varela (Atlántico) la planta más moderna de América Latina para producción de cerveza. Sergio Rincón, presidente de Bavaria, resaltó la importancia del agua y de la energía solar para tomar la decisión. ¿Por qué no aprovechamos este tipo de oportunidades en Valledupar? ¿Nos falta definir nuestra vocación empresarial y aprovechar nuestros recursos?
Por Luis Elquis Díaz
Aquello que tuvo el título y la descripción metafórica que cuentan las composiciones de los cantos vallenatos, también fue un éxito efímero. De la ‘Sorpresa Caribe’, quedaron los restos arqueológicos sin ningún valor. Después de casi tres décadas la ciudad es un muro de lamentos.
Aquello que tuvo el título y la descripción metafórica que cuentan las composiciones de los cantos vallenatos, también fue un éxito efímero. De la ‘Sorpresa Caribe’, quedaron los restos arqueológicos sin ningún valor. Después de casi tres décadas la ciudad es un muro de lamentos. Nuestro territorio ha tenido como adversario a su propia clase política, sus actuaciones han quedado reducidas al comportamiento de los políticos de elecciones, mientras que engrosan los problemas que juran resolver.
Atrás quedó aquello del bautismo de la ciudad “Sorpresa Caribe”. Hoy los vallenatos convivimos con un conjunto de problemas o fragilidades urbanas caracterizadas por indicadores crecientes en desempleo, informalidad, inseguridad, discontinuidad en la prestación de los servicios públicos, lenta movilidad, transporte público superado por el mototaxismo, lugares convertidos en basureros públicos y una irracional falta de cultura ciudadana.
Continuar lamentándonos no sirve para nada, es inútil. La coyuntura actual nos convoca a una misión importante, que consiste en plantearnos las siguientes preguntas: ¿dónde estamos?, ¿de dónde venimos?, ¿para dónde vamos?, ¿hacia dónde queremos ir? y ¿hacia dónde podemos ir? En este ejercicio es pertinente definir la vocación económica de la ciudad.
Definir la vocación económica de la ciudad permite identificar fortalezas reales, para construir escenarios probables y estrategias para atraer la inversión. Desde luego, debemos ser conscientes de nuestras debilidades, en especial, el aislamiento geográfico.
Las lecciones de la bonanza algodonera y el boom del carbón deben servir como variables de reaprendizaje. Ambos fenómenos surgieron por las bondades de la naturaleza, pero carecieron de una estructura estratégica que tuviera la posibilidad de trascender hacia la agroindustria o desarrollo mediante el buen uso y aprovechamiento de las regalías.
No obstante, a lo valioso de las experiencias, no hay claridad sobre la apuesta económica de la ciudad. Hay voces que apuntan al turismo, la agroindustria y al sector agropecuario. Sin embargo, no existe una hoja de ruta. Hay que construirla, para superar la debilidad emocional de la dirigencia que con retórica resuelven los problemas.
Un insumo importante para construir el estado del arte de la vocación empresarial de Valledupar, está condensado en los resultados del índice de competitividad de las ciudades 2022. No son buenos los resultados en los factores analizados. Las posiciones entre 32 ciudades en Condiciones Habilitantes, Capital Humano, Eficiencia de los Mercados y Ecosistema Innovador, se mueven en promedio en la posición 21.
En el propósito de definir la vocación económica de la ciudad, es necesario, analizar del índice de competitividad el factor eficiencia de los mercados y sus variables mercado laboral y tamaño del mercado. Los resultados son elocuentes evidencian el desempleo e informalidad galopante y las posibilidades existentes en el mercado referenciado en más de medio millón de habitantes.
En todos los escenarios de discusión económica desarrollados en Valledupar, pocas veces valoramos nuestra fortaleza hídrica. En esa frecuencia se obvia que contar con una buena calidad de recursos hídricos es esencial para la reducción de la pobreza y el crecimiento económico. El agua y los servicios relacionados a la misma, favorecen el bienestar de las sociedades, pues influyen directamente en la seguridad alimentaria, en la industria energética, la salud humana y en el medio ambiente.
En nuestra fortaleza hídrica hay muchas oportunidades. Así mismo, en el recurso energético solar. Bavaria por ejemplo tiene previsto abrir en Palma de Varela (Atlántico) la planta más moderna de América Latina para producción de cerveza. Sergio Rincón, presidente de Bavaria, resaltó la importancia del agua y de la energía solar para tomar la decisión. ¿Por qué no aprovechamos este tipo de oportunidades en Valledupar? ¿Nos falta definir nuestra vocación empresarial y aprovechar nuestros recursos?
Por Luis Elquis Díaz