CRÓNICA

El ‘Santo’ de Chimichagua pide que lo canonicen

Por Juan Rincón Vanegas juanrinconv@hotmail.com Daniel Palmera Suárez ha mandado mensajes directos al cielo para que lo canonicen lo antes posible, porque es un santo y cumple con todos los requisitos en la tierra. Las razones primordiales son que a sus 64 años no ha tenido tocamiento con ninguna mujer y ha llevado una vida […]

El ‘Santo’ de Chimichagua pide que lo canonicen

El ‘Santo’ de Chimichagua pide que lo canonicen

Por:

@el_pilon

canal de WhatsApp

Por Juan Rincón Vanegas

juanrinconv@hotmail.com

Daniel Palmera Suárez ha mandado mensajes directos al cielo para que lo canonicen lo antes posible, porque es un santo y cumple con todos los requisitos en la tierra. Las razones primordiales son que a sus 64 años no ha tenido tocamiento con ninguna mujer y ha llevado una vida inmaculada, teniendo como fieles testigos a los habitantes de Chimichagua, la tierra de ‘La Piragua’.
Daniel ‘Jehová’, como se le conoce en esa vasta región bañada por la ciénaga de Zapatosa, ha llevado una vida consagrada a Dios y al folclor. Canta, es compositor y ejecuta varios instrumentos como la caja y la tambora.
En sus oraciones involucra a toda la comunidad y viendo que el invierno ha arreciado en los últimos tiempos le hizo una petición inusitada a papá Dios, para que no dude en mandarle el Arca de Noé, y de esta manera nadie se ahogue y tenga la comida y el alojamiento seguro.
“Es que veo damnificados por todas partes y lo que se hace es poco ante tanta necesidad. Por acá y por allá el hambre acosa y la salud se deteriora en un abrir y cerrar de ojos. Es por eso que la solución es que Dios mandé nuevamente el Arca de Noé, para que llegue la normalidad. Me comprometo a darle el uso requerido”, dice muy convencido Daniel ‘Jehová’.
A estos hechos cotidianos el loco más cuerdo de Chimichagua, le deja como constancia canciones de su autoría, que las canta de esquina en esquina y en cuanta parranda se tropieza, lo que causa sensación por sus mensajes directos y llenos de verdad y solidaridad.
“No quiero ser político, eso no ni lo he pensado, solamente soy una persona humilde que se duele de las necesidades de los demás, que son las mismas mías, pero yo las doy a conocer en mis cantos y espero les paren bolas”, dice el hombre que en pleno siglo XXI quiere administrar el Arca de Noé.
Cuando se le explica a Daniel ‘Jehová’ Palmera, también conocido como ’El hijo de la Pastorita’, que para lograr la canonización tienen que pasar por lo menos 50 años de la muerte del candidato y además haber adquirido en vida los méritos suficientes, no se inmuta, sino que vuelve a recalcar que “el asunto es ahora porque después de muerto me olvidan, como ha sucedido con muchos, y ahora es mejor porque voy a tener mayores potestades divinas que las tengo bien ganadas”.
Ante su respuesta algunos no aguantaron la risa y entonces refunfuñó, y volvió a tomar la palabra: “Soy un alma piadosa y se imaginan a este amigo suyo canonizado, haciendo milagros y ayudando a los más pobres”. Enseguida, los presentes después de reírse lo aplaudieron.

Santo desde el vientre

La historia de Daniel ‘Jehová’ Palmera es única y quedó marcado de por vida por designios de su señora madre Juana Suárez, cuando en el lejano caserío de Plata Perdida, jurisdicción de Chimichagua, se le dificultó dar a luz y puso toda su fe en su patrona, la Virgen de ‘La Pastorita’ para que la sacara con bien.
Después de varias horas de estar en la tarea de parto nació el niño llamado Daniel. Juana estaba feliz, pero en su pensamiento giraba la idea que haría que su hijo tuviera dos madres: una terrenal y otra celestial. Un privilegio que hizo que el niño creciera con la creencia de tener derecho a ser un santo. Un santo de carne y hueso.
La oración de Juana Suárez fue contundente: “Virgencita, si me sacas con bien, yo te ofrendo a mi criatura”. Al operarse el milagro, comenzó la estrategia para decirle a su hijo que él tenía dos madres y que debía de ser diferente a las demás personas por mandato divino.
Cuando el niño tuvo uso de razón, ella le narró la historia de su vida y le marcó el derrotero a seguir que consistía en total reverencia a la virgen, oraciones a casi todas las horas y no tener tocamiento con ninguna mujer. Esos tres mandamientos dictados por su madre, Daniel ‘Jehová’, los ha cumplido hasta el sol de hoy, sin tener ningún inconveniente y apegado a una santidad que asombra.

Cantos a la Pastorita

Cada 15 de agosto es el primero que llega al ahora corregimiento de Plata Perdida, para venerar a su mamá Pastora, quien yace sentada sobre una piedra con un sombrero pastoril, cubierta con un manto sosteniendo con la mano izquierda a un niño, con un cayado en la derecha y rodeada de ovejas.
Esos días para Daniel ‘Jehová’ son de vigilia, ayuno, mucha oración y cantos con tambora y acordeón, para la gran patrona.
“Mis mejores canciones son para mi mamá Pastorita. A ella le canto con devoción y le pido por todos, para que en este mundo se acabe la maldad y brille el amor. Sé que ella escucha mis plegarias y me bendecirá porque he sido un hombre fiel y cumplidor de su mandato”, dice el personaje.
A pesar de que este santo no hace milagros es un agradecido con su mamá Pastorita, que solamente ve en un altar y que le ha permitido ser un hombre noble de corazón y religioso por convicción.
En el territorio de Chimichagua, nació y vive Daniel ‘Jehová’ Palmera Suárez, a quienes todos admiran y donde muchos son testigos de la promesa que hizo su mamá Juana, la cual le cambió el rumbo de su vida y no le permitió ser un hombre mundano y lleno de hijos, como si son sus hermanos.
Daniel en medio de las dolencias naturales del cuerpo y de sus estrecheces económicas, sigue dándole honra y gloria a su mamá Pastorita, a la que dice con razón, es la santa milagrosa.
El santo de Chimichagua sigue con su insistencia de ser canonizado, porque con ese beneficio celestial no perderá el tiempo en pequeñeces, sino dando ejemplo y haciendo milagros por doquier para que su mamá Pastorita se sienta orgullosa de su hijo amado.

TE PUEDE INTERESAR