Las proyecciones para el crecimiento de la demanda global de petróleo cayeron a su menor nivel en una década. El precio del barril de crudo presentó una baja del 20%, desde que se dio a conocer el brote de Coronavirus en la ciudad china de Wuhan, si tenemos en cuenta el máximo alcanzado en las bolsas mundiales a […]
Las proyecciones para el crecimiento de la demanda global de petróleo cayeron a su menor nivel en una década. El precio del barril de crudo presentó una baja del 20%, desde que se dio a conocer el brote de Coronavirus en la ciudad china de Wuhan, si tenemos en cuenta el máximo alcanzado en las bolsas mundiales a principios de enero, cuando el barril de referencia Brent marcó US$68,71.
El brote del virus en China afecta la balanza oferta-demanda global de petróleo, producto de la disminución de consumo, por entre otras razones las cancelaciones de vuelos y cruceros, y ralentización en las cadenas de suministros provenientes de China, lo cual ha posibilitado una mayor disponibilidad de crudo, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
La demanda global registró un retroceso de 435.000 barriles en la demanda diaria de petróleo en el primer trimestre de 2020, la primera caída del consumo mundial de crudo desde la recesión de 2009, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
Lo anterior significa que, en aras de mantener la estabilidad de precios, se presente una reacción de los principales productores de petróleo hacia la disminución de sus cuotas de producción; sin embargo, la OPEP no se ha manifestado sobre esta opción.
A pesar de existir la posibilidad de tener una pandemia por cuenta del virus, es prematuro vaticinar que su efecto impacte severamente los precios del petróleo y de los demás commodities, y es poco probable que los lleve a los precios críticos de la década pasada, que impactaron tan seriamente las economías de países como el nuestro, en los que más del 55% de las exportaciones corresponden a este sector.
De llegarse a recrudecer la crisis por cuenta de la expansión del virus, esto podría entrar a afectar seriamente las balanzas comerciales de países como Colombia, que tienen una importante cuantía de exportaciones a países del oriente, siendo China un importante actor, representando un 9.7% del total de las exportaciones del país, por una cuantía de 4.056 millones de dólares, de los cuales 3.406 millones corresponden a petróleo.
Un escenario tal demandaría acciones tendientes a diversificar los destinos de estas exportaciones, para minimizar su impacto en caso del cierre o restricción de estos mercados.
Un efecto de la disminución de los precios internacionales del petróleo sobre las actividades de producción de hidrocarburos en Colombia, solo se vería de llegarse a cotizaciones menores a los USD35 por barril. La crisis del 2014 obligó a un estricto control de costos y a una alta eficiencia productiva por parte de las compañías operadoras, lo que les permite tener hoy día un margen de respuesta para mantener su actividad sin mayores ajustes.
De todos modos, es recomendable que toda la cadena de valor del sector, incluyendo compañías operadoras, proveedores locales, contratistas de servicios, y hasta el recurso humano laborando en la industria, estemos preparados para activar planes de emergencia que permitan manejar una eventual crisis, para evitar la quiebra de empresas y hasta pérdida de vidas como sucedió lamentablemente a mediados de la década pasada.
Las proyecciones para el crecimiento de la demanda global de petróleo cayeron a su menor nivel en una década. El precio del barril de crudo presentó una baja del 20%, desde que se dio a conocer el brote de Coronavirus en la ciudad china de Wuhan, si tenemos en cuenta el máximo alcanzado en las bolsas mundiales a […]
Las proyecciones para el crecimiento de la demanda global de petróleo cayeron a su menor nivel en una década. El precio del barril de crudo presentó una baja del 20%, desde que se dio a conocer el brote de Coronavirus en la ciudad china de Wuhan, si tenemos en cuenta el máximo alcanzado en las bolsas mundiales a principios de enero, cuando el barril de referencia Brent marcó US$68,71.
El brote del virus en China afecta la balanza oferta-demanda global de petróleo, producto de la disminución de consumo, por entre otras razones las cancelaciones de vuelos y cruceros, y ralentización en las cadenas de suministros provenientes de China, lo cual ha posibilitado una mayor disponibilidad de crudo, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
La demanda global registró un retroceso de 435.000 barriles en la demanda diaria de petróleo en el primer trimestre de 2020, la primera caída del consumo mundial de crudo desde la recesión de 2009, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
Lo anterior significa que, en aras de mantener la estabilidad de precios, se presente una reacción de los principales productores de petróleo hacia la disminución de sus cuotas de producción; sin embargo, la OPEP no se ha manifestado sobre esta opción.
A pesar de existir la posibilidad de tener una pandemia por cuenta del virus, es prematuro vaticinar que su efecto impacte severamente los precios del petróleo y de los demás commodities, y es poco probable que los lleve a los precios críticos de la década pasada, que impactaron tan seriamente las economías de países como el nuestro, en los que más del 55% de las exportaciones corresponden a este sector.
De llegarse a recrudecer la crisis por cuenta de la expansión del virus, esto podría entrar a afectar seriamente las balanzas comerciales de países como Colombia, que tienen una importante cuantía de exportaciones a países del oriente, siendo China un importante actor, representando un 9.7% del total de las exportaciones del país, por una cuantía de 4.056 millones de dólares, de los cuales 3.406 millones corresponden a petróleo.
Un escenario tal demandaría acciones tendientes a diversificar los destinos de estas exportaciones, para minimizar su impacto en caso del cierre o restricción de estos mercados.
Un efecto de la disminución de los precios internacionales del petróleo sobre las actividades de producción de hidrocarburos en Colombia, solo se vería de llegarse a cotizaciones menores a los USD35 por barril. La crisis del 2014 obligó a un estricto control de costos y a una alta eficiencia productiva por parte de las compañías operadoras, lo que les permite tener hoy día un margen de respuesta para mantener su actividad sin mayores ajustes.
De todos modos, es recomendable que toda la cadena de valor del sector, incluyendo compañías operadoras, proveedores locales, contratistas de servicios, y hasta el recurso humano laborando en la industria, estemos preparados para activar planes de emergencia que permitan manejar una eventual crisis, para evitar la quiebra de empresas y hasta pérdida de vidas como sucedió lamentablemente a mediados de la década pasada.