El ciberacoso es un delito que ha tomado fuerza. Según cifras entregadas por UNICEF, uno de cada cinco jóvenes llegó a interrumpir sus clases como consecuencia del acoso en internet y de violencia en la que las redes sociales como Facebook, Instagram, Snapchat y Twitter fueron las más usadas para esta práctica. 

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Pero, ¿qué es el ciberacoso? El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia lo define como “el acoso o la intimidación por medio de las tecnologías digitales”. Así mismo afirma que “es un comportamiento recurrente que busca atemorizar, enfadar o humillar a otras personas”, para eso expone prácticas como difundir mentiras o publicar fotografías íntimas en las redes sociales, enviar mensajes hirientes o amenazas a través de las plataformas de mensajería y hacerse pasar por otra persona y enviar mensajes agresivos en nombre de dicha persona. 

Esteban Manuel Núñez Solano, ingeniero de sistemas de la UPC y Magister en tecnología educativa y competencias digitales de la Universidad de la Rioja de España y docente de Gimnasio del Norte, es un experto que ha destinado más de una década a investigar el uso de la tecnología en la educación. Núñez Solano dialogó con nosotros y, entre otras recomendaciones, sugiere que en los hogares se ubique el computador en áreas abiertas del hogar, porque para los ciberdelincuentes resulta más difícil comunicarse con un menor cuando el computador está a la vista de los miembros de la familia.

¿Qué acciones inmediatas se deben implementar para proteger a los niños en los hogares? 

Por hacer hay mucho, siempre que las acciones se orienten a fomentar una adecuada educación digital en los niños, que les permita gestionar las pantallas sin mayores peligros, sin necesariamente recurrir al uso de controles parentales y sistemas de seguridad virtual.

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La comunicación es fundamental en el hogar. Por ejemplo, los padres deben documentarse y hablar con los niños sobre los peligros y riesgos, conociendo la terminología en la red, las aplicaciones y los juegos peligrosos en la web.

También es muy importante que las legislaciones -en lo macrosocial- y la sociedad en términos prácticos se orienten a desarrollar factores de protección que fortalezcan la autoestima, asertividad, normas y límites, así como las habilidades sociales, creando una clara escala de valores, rutinas, entre otros buenos hábitos sobre el uso del internet.  

¿Entonces, es clave el papel de los padres?

Definitivamente el rol de los padres es determinante, por ser quienes son: los responsables directos del sano desarrollo de sus hijos. Sus acciones van desde la orientación, el ejemplo, la prevención, advirtiendo sobre los riesgos o la corrección de malos comportamientos en la red. 

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Es importante que los padres o adultos presentes en los hogares hagan seguimiento a los contenidos que visitan los niños, determinando hábitos, vínculos y preferencias. De ser posible, hacer seguimientos a perfiles sociales en las redes y conocimiento de los juegos practicados por los hijos. Otra acción concreta es la revisión de manera periódica del “historial” y los “archivos temporales” del computador o tablet, para conocer las páginas que los menores han visitado.

Estas últimas acciones –en caso de riesgo evidente o potencial- pueden dar paso a que se instalen programas protectores que filtren la información, facilitando el acceso a sitios web seguros y controlando el tiempo de conexión.

Instalar programas protectores, ¿puede considerarse como invasión a la privacidad de las personas, así sean niños?

Es una acción necesaria, se trata de prevenir para evitar consecuencias que lamentablemente se han visto en la realidad. Además, legalmente es un escenario posible por ser una medida que realizan los padres o acudientes responsables de los hijos en casa. 

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Se busca en todo caso dialogar con los hijos sobre los riesgos que tienen el uso de la tecnología grooming, sexting, ciberbullying, ciberdependencia, phishing, retos, hacking, entre otros peligros. 

Además de las leyes que buscan minimizar los riesgos en la red, ¿hay un sistema integrado que permita orientar en esta temática? 

Todo pasa por un papel conjunto entre el Estado con sus leyes, los sistemas educativos, los padres de familia –principalmente- y la sociedad organizada para hacer frente a los factores de riesgo en la red. Así mismo, es indispensable conocer las entidades dedicadas a la protección de menores, considerando que ya existen mecanismos que actúan como soporte para prevenir casos.

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Entre estos apoyos para evitar riesgos, en el caso específico de los videojuegos, se cuenta la escala de la Entertaiment Software Rating Board (ESRB), que es una compañía que clasifica todo material de entretenimiento interactivo (Software o App). Maneja una clasificación dependiendo del contenido que poseen las aplicaciones o juegos, advirtiendo sobre el posible impacto negativo a los usuarios de estas tecnologías. 

Por lo tanto, su utilidad se basa en la edad y madurez de los posibles gamers (usuarios de los juegos), creando una tabla que muestra el contenido apropiado, dependiendo el tipo de público. Por esto es importante antes de adquirir un videojuego, ver su clasificación para proteger, según la edad, el desarrollo psicológico, físico y mental de quien lo va a jugar. 

¿Cómo hacer para que los niños reconozcan que más allá de la multipantalla, hay una realidad concreta por vivir y apreciar?

Gran pregunta: estos días vi a unos niños, junto a sus padres, que esperaban con ansias un famoso reality en el que los niños se hacen famosos cocinando. Sobre ese particular pensé que más que ver, esa familia debe aprovechar ese valioso tiempo en vivir esa experiencia en sus hogares, dejando que sus hijos sean los protagonistas.

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Así como ese ejemplo se pueden contar miles, pero lo que importa es el papel de la familia en cuanto a la integración y la sana convivencia. Como refieres en tu pregunta, hay una vida que -aunque está muy impactada por la tecnología- tiene diversas maneras de apreciarla que superan cualquier pantalla. Allí el compartir es clave, por ello se sugiere compartir momentos de calidad, que estimulen la comunicación positiva y la escucha activa, generando una relación de confianza con los hijos.

En ese sentido es clave que los padres eduquen a través del buen ejemplo, siendo coherentes en su comportamiento, gestionando adecuadamente el uso del tiempo libre sin apego a la tecnología, tanto en casa como en otros lugares.

Por: Redcol Holding/Gimnasio del Norte