Estas últimas semanas pueden llamarse “Temporada de expertos”, especialmente en Valledupar, que algunos quieren llamar ciudad de eventos y otros de inventos. En mi caso prefiero, al menos por estos días, “Ciudad de expertos”.
Y lo mejor: expertos en todo. Personas de distintas clases y oficios, incluso sin profesiones definidas, se reúnen en las tardes en cualquier grupo virtual o real para hablar del proceso Uribe como los mejores abogados procesalistas del país. Otros, aprovechando experiencias, juegan a la numerología, chances, apuestas y demás juegos de azar, para que usted, además de hablar como demente, tenga los bolsillos llenos por una causa que no es suya, pero cuyas consecuencias espera le resulten favorables.
Por un momento los vallenatos olvidaron a Diomedes Díaz y Silvestre Dangond. Algunos ni siquiera se enteraron que hubo Feria Ganadera y Evafe, el Festival de las Mujeres, por andar pendientes del famoso proceso jurídico, político, ideológico y pasional. De manera que las apuestas, al menos hasta ahora, son la forma más divertida de llevarlo y salir ganador cada semana, o al menos con la esperanza viva.
Las apuestas iniciaron con el número de páginas de la jueza 44 Sandra Liliana y los 12 años de prisión condenatoria. Claro, 4412 o 1244 fueron los primeros en favoritismo numérico. Luego, el número de páginas de la sentencia: 1114, marcó el dato salvador, pero esa cifra jugó con horóscopos y la mayoría lo hizo por afán. Después pasamos al 0904, total de páginas de apelación de Granados, y los más fatalistas apostaron al 003, que eran las posibilidades procesales del expresidente paisa.
Hay que oír a esta manada de sabiondos hablar de casación. Conocen personalmente a los togados de tribunales y salas, saben de sus esposas, hijos, amantes, incluso de sus gustos vallenatos. Algunos piensan que la casación judicial es como matrimonio y que la corte es una tela para vestidos. Y tienen fotos de la jueza, que votó por primera vez por Salvación Nacional, disidencia azul de aquellos tiempos.
Hemos llegado a tales extremos que el fin de semana pasado el número más jugado fue el 2222, cuya fórmula es la combinación de vidas pasadas del asesinado senador Miguel Uribe, de cuya tragedia no nos hemos repuesto. Los “cuatro paticos”, como le llaman, tienen una historia curiosa: el expresidente Turbay tuvo dos esposas; su abuela Nidia, dos esposos; su hermana Diana, también víctima de la violencia, dos esposos; y la señora del inmolado joven político, dos esposos. Para numerólogos y apostadores, ese número tiene suerte. Ellos no saben de dolor ni tragedia: la plata es su vínculo.
Si algunos le apuestan a balotos de seis números, simplemente le suman los dos hijos de Uribe Vélez y los dos periodos presidenciales para que sus apuestas sean la sumatoria del momento y así entrar a la corta fila de ricos nacionales, o al menos poder gritar en estadios o universidades.
De nada importa que el SIVA tenga tragedias financieras, que los medicamentos sigan siendo odisea, que Libardo Cruz sea el congresista más gris del Cesar y que, además, para cambiar el rumbo del departamento, todos los actuales congresistas vallenatos quieran repetir curul. Ya Salazar, Mello Castro y De la Peña Sobrino están tan apostadores como los numeralistas del proceso de largas páginas. No sabemos qué es mejor: cargar con una pesada cruz sin resultados o una piedra-Peña en el zapato. Así estamos, así seguiremos. Por lo tanto, sugiero el 03126900. Luego explicaré todo.
Por: Edgardo Mendoza Guerra.
Tiro de chorro












