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Presión social

Los colombianos de bien, cansados de padecer un gobierno que no elegimos, debemos unirnos para iniciar una dinámica fuerte de presión social sobre los precandidatos presidenciales de centro-derecha y de derecha.

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Llegó la hora de pasar a la acción. Teniendo en cuenta todo lo que hemos vivido desde la pasada campaña presidencial, viendo cómo se ha manipulado la información, sabiendo que Petro y sus compinches son responsables directos del caos que estamos viviendo y de la inseguridad rampante que, desgraciadamente, regresó, y que además le ha puesto una lápida a congresistas y magistrados que no le apoyan sus fechorías, la derecha debe unirse y, de lograrlo, podría ganar en la primera vuelta que se realizará en mayo de 2026.

Los colombianos de bien, cansados de padecer un gobierno que no elegimos, debemos unirnos para iniciar una dinámica fuerte de presión social sobre los precandidatos presidenciales de centro-derecha y de derecha. Hay demasiados nombres que buscan representar las ideas conservadoras y de derecha que tanto bienestar le han hecho al país. Desde la puesta en marcha de una política de Seguridad Democrática 2.0, hasta la mejora de condiciones económicas y sociales que permitan retomar los índices de producción y crecimiento que se perdieron, además de una sustancial reconstrucción de seguridad jurídica para atraer inversión, son condiciones que debemos poner en marcha para recuperar el país y el poder. Quienes estén de acuerdo con este tipo de medidas merecerán nuestro voto, pero entre ellos deben escoger a uno que recibirá nuestro apoyo irrestricto. Si estos personajes no dejan de lado sus egos, sus aspiraciones e intereses personales, se complicará derrotar a una izquierda que sabe que solo unida tiene posibilidades de triunfar. Así lo han logrado en Bogotá y ahora en la Presidencia. ¡Maldita la hora en que lo hicieron!

En virtud del contrato social, se faculta a los ciudadanos para asumir y defender posiciones frente a temas de interés nacional. A eso estamos llamando. Iniciemos una campaña para presionar la unión entre quienes estamos en la oposición, los de verdad, verdad, lo que implica necesariamente arropar a un solo candidato para la primera vuelta. No nos dejemos engañar por un centro acobardado, por esa izquierda que le teme a declararse como tal y, mucho menos, creamos que quienes han participado en este gobierno podrán ser parte de la solución. Alejandro Gaviria, Roy, Lizcano, Claudia López y Germán Vargas no son personas de fiar; ahora se preguntan cómo caímos tan bajo y son ellos los artífices de semejante despropósito. Tampoco Fajardo, cuya pareja fue canciller durante los ocho años del gobierno que le regaló impunidad y curules en el Congreso a las FARC —el mismo gobierno que traicionó el voto uribista y ayudó a construir las condiciones políticas para elegir a Petro— es una verdadera opción para enrutar a Colombia. No nos dejemos engañar.

¡Ojo con eso! Aquí debemos apoyar a una persona clara de pensamiento, radical frente a temas como la seguridad y la libre empresa, y que, basados en su experiencia y bagaje, nos garantice que no repetiremos la triste historia que vivimos con Santos; él posó de uribista, nos convenció a punta de cuentos, y lo único que pretendía era la implementación de la agenda castrochavista de su hermano Enrique.

Sin duda, Miguel Uribe Turbay cumple con los requisitos que aquí expusimos para representarnos, y no lo dudamos ni un segundo. Su lucha es ahora por la vida antes que por la Presidencia, y en ese objetivo vital lo estamos acompañando. ¡Fuerza, Miguel!

Mientras tanto, estamos felices y más que satisfechos con los últimos acontecimientos relacionados con el proceso que se le sigue al expresidente Álvaro Uribe Vélez. Este juicio terminó siendo la oportunidad para demostrarle al país y al mundo que “el gran colombiano” es inocente y que quienes quisieron enlodarlo a punta de mentiras y montajes sí cometieron delitos y deberán ser procesados por ello. Se les derrumbó esta estructura criminal que, alimentada por el resentimiento y la envidia, pretendió apresar al líder del Centro Democrático. Será cuestión de tiempo para que Iván Cepeda sea juzgado y condenado por todo lo que ha hecho. Las pruebas son contundentes, y se les volteó la vaina. ¡La justicia divina existe!

Por: Jorge Eduardo Ávila.

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