La Patria Boba fue el período, comprendido entre 1810 y 1816, llamado así por Antonio Nariño, quien, con no poca ironía, manifestó en sus publicaciones su desacuerdo por la forma de gobierno, pues prefirió a toda costa ser leal a la corona española, a su discurso pro-esclavitud, que aliarse a los franceses con su discurso revolucionario sustentado en la libertad, igualdad y fraternidad.
Lo que dio lugar a feroces enfrentamientos entre federalistas e independentistas, que mancharon con sangre, un capítulo aciago de nuestra historia. Pues bien, amable lector(a), que lee con suma atención estas líneas; lo que nosotros estamos viviendo en estos momentos parece revivir la época de la Patria Boba, solo que la actual no es de seis años, va para 12, y la lucha no se enfoca entre federalistas y centralistas, sino entre la continuidad y el cambio.
Explicación: Hay consenso en que la corrupción es de los peores males que padece el país, que nuestro Congreso de la República, es inoperante y corrupto, no obstante, llegan las elecciones donde cada ciudadano puede votar por el candidato de su preferencia, y ¿qué sucede? sucede que se vota por los mismos y esperamos ingenuamente que esto mejore.
Después nos quejamos de los asfixiantes impuestos que se aprueban en el congreso, de las reformas pensionales, de las reformas en salud que propenden por hacerla más gravosa para el ciudadano de a pie, y un extenso e interminable etcétera. Aquí traemos a colación la frase atribuida a Albert Einstein: “Locura, es hacer lo mismo una y otra vez y esperar resultados distintos”.
Sí, hay muchas excusas para justificar este comportamiento esquizofrénico, el puesto o el contrato que prometieron, el dinero que ofrecieron, la fórmula médica que necesitaba con urgencia, la lista de libros para mis hijos, y otro largo e interminable etcétera. Se nos olvida que “el que paga por llegar, llega para robar”. Esa frase fue expresada por Carlos Gaviria Díaz (Q.E.P.D.).
Pero es una lección difícil de entender cuando se tiene una excusa a la mano que justifica dicha conducta. Se escucha como verdades absolutas las siguientes: “Hay que votar por los de aquí”, y “más vale malo conocido que bueno por conocer”. Son estas estupideces las que nos devuelven en la historia, y le conceden la razón al filósofo Immanuel Kant cuando expresó: “El ser humano es el único animal que necesita de un amo para vivir”.
Nota de cierre: Nuestras sinceras condolencias a la familia Hinojosa Aguancha, por el sensible fallecimiento de la matrona Delia Aguancha de Hinojosa. ¡Paz en su tumba!
Por Darío Arregocés Baute












