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Es bueno el culantro, pero no tanto

Por haber sido director departamental de Tránsito, casi ocho años, puedo opinar con propiedad sobre el caos vehicular que existe en la ciudad y los excesos que se están cometiendo, que fastidian y vuelven a la capital hostil y desagradable para quien llega y para los que aquí vivimos. Es bueno el culantro, pero no tanto.

Es bueno el culantro, pero no tanto

Es bueno el culantro, pero no tanto

Por: José M.

@el_pilon

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Por haber sido director departamental de Tránsito, casi ocho años, puedo opinar con propiedad sobre el caos vehicular que existe en la ciudad y los excesos que se están cometiendo, que fastidian y vuelven a la capital hostil y desagradable para quien llega y para los que aquí vivimos. Es bueno el culantro, pero no tanto.

El objetivo principal de las oficinas de Tránsito es procurar el orden y la seguridad en el movimiento de carros, motos, bicicletas, carros de mula y las grandes carretillas ambulantes y no el recaudo de mucho dinero producido por las multas; ese es ya otro cuento producto de las fatales privatizaciones de esos servicios, pues todo el que hace un negocio trata de obtener pingues ganancias, tal como está sucediendo de manera exagerada en esta ciudad con el Tránsito.

Aquí se ve de todo: congestión y trancones en calles y carreras por el exceso de vehículos que circulan en la ciudad, en donde casi todas las vías tienen doble dirección y se necesita transformarlas urgentemente en una sola, pues el incremento de carros y motos se ha desbordado, también aumentados por el mal funcionamiento de los semáforos existentes en donde hay que esperar hasta 90 segundos en rojo y solamente 15 o 20, o menos, en verde y no hay quien los arregle. 

Eso no les importa, sencillamente porque no produce billete y el director está ahí es para recaudar plata a manos llenas y le importa un comino que los choferes nos desesperemos e incomodemos, cuando arreglándolos se puede economizar el tiempo que es oro.

Nunca antes la ciudad había tenido tantos agentes de tránsito, se les ve en macetas, pero no en las calles y carreras imponiendo el orden y previniendo la infracción sino en las avenidas y carreteras hasta altas horas de la noche expidiendo comparendos con multas impagables o deteniendo los carros y motos que ya no caben en el parqueadero, convertido en cementerio y en un verdadero problema, mientras que en el Centro transitan tractomulas, buses intermunicipales, camiones repartidores de gaseosas y cervezas, de dinero en grandes cantidades que se parquean donde les da la santa gana, produciendo caos e inseguridad. 

No más, pasen por Punto Rojo en la calle 11, vayan o visiten el Mercado y si encuentran un agente de tránsito regulando el movimiento de los carros, les doy un premio.

Alguien mandó a fabricar cientos, creo que miles, de señales de tránsito prohibiendo el parqueo -les llaman “Las ruinosas”- y procedieron a instalarlas al frente de panaderías, oficinas de giros y encomiendas, restaurantes, negocios comerciales, lavanderías, droguerías, heladerías y cajeros que están al borde de la quiebra -o quebrados- y no hayan qué hacer, para dónde mudarse, pues aquí la gente se ha vuelto loca con el precio de los arriendos, tremendamente caros y por eso se ven tantos locales desocupados con el aviso de “se arrienda” hace muchos meses y a veces años.

Esas señales merecen una reingeniería, un estudio juicioso, pues fueron puestas o instaladas por caprichos o influencias como objetivo final el recaudo de mucho dinero; no hay razón para que en la calle 18 en unas cuadras haya “Ruinosas” y en otras no, se debe permitir el estacionamiento y prohibir, eso sí, que los colchoneros saquen su mercancía a la calle, tirando al peatón al peligro y evitando que los carros se estacionen bien y así es en todas partes.

Para qué hablar de la famosa Calle del Cesar, ahí hay de todo menos un agente de tránsito o un policía, y si de vez en cuando aparecen, es como si nada, al igual que el Boliche que es tierra de nadie.  Cómo me encantaría, ya que lo frecuento y tengo muchos amigos, que ese popular barrio le señalizaran las calles con pintura de la que tanto botan en el Centro para evitar tanto caos que nadie controla y produce malestar.

Caso aparte, la famosa y temible “Bruja” que es como la gente llama a la camioneta que recorre las calles produciendo comparendos indefensables a manos llenas que le producen mucho dinero al Tránsito, pero que no es reinvertido en el arreglo de la malla vial como debería ser.

Por: José Manuel Aponte Martínez.

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