Afirma el investigador Argentino, Abel Zabala, que el canto improvisadoreconquista prestigio. En estos tiempos en que se ponderan las bondades de la comunicación interactiva, ningún otro arte popular supera al canto repentista, donde creación, emisión y recepción son simultaneas y donde las dos primeras se va produciendo acorde a la reacción-respuesta del receptor-publico-aplausos, gritos, sugerencias de temas, reprobación, silbidos, hostigamientos…), y remata con esta glosa: En una ocasión, durante una actuación el payador Carlos Molina en una provincia de Buenos Aires, un grupo de contertulios hacia ruidos con los pies con el propósito de fastidiarlo. Molina como respuesta remató una décima, así:
Los que piensan con los pies / aplauden con los zapatos.
Este comentario guarda alguna relación con una presentación de los verseadores vallenatos. En una ocasión hacia parte de la ternera de jurado del concurso de piqueria en el Festival Vallenato, en el tiempo de receso para el almuerzo un periodista se acercó a nuestra mesa a criticar de manera excesiva la calidad de los concursantes yla repetición de viejos verseadores.
Yo le respondí: hay que valorar el arte del canto repentista. El concurso de piqueria es el más difícil del Festival, porque los acordeoneros se aprenden con antelación las canciones en los cuatro aires que van a interpretar, los participantes de canción inédita ensayan y cantan; pero los verseadores están sometidos al jurado que le impone un tema o un pie forzao, y a la habilidad del rival que a veces lo sorprende con un verso contundente que lo derrota en la primera salida. Por eso dicen los buenos verseadores que en una competencia gana quien menos se equivoque.
Lo cierto es que hay algunos verseadores buenos, tienen destreza para el repentismo en versos de cuatro palabras y en décimas, con pie pisao, pie forzao o tema extensivo. Pero es necesario que la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata constituya la Escuela de Verseadores para la formación de semilleros de la piqueria. No todo no tiene que ser concurso, la capacitación nunca está de más. El aprendizaje debe ser permanente. Los programas de radio y de televisión especializados de música vallenata deberían tener un espacio para el fomento de la piqueria, aunque sea una vez por semana, pueden invitar a dos verseadores que hagan una presentación.
El jurado, también debe interesarse por la capacitación, por aprender a escribir e interpretar versos. La base métrica para el canto de la piqueria es el verso octosílabo. El jurado debe saber, no necesariamente por academia, puede ser de manera empírica, las medidas del verso, las licencias poéticas, y conocer que si el verso termina en palabra aguda se le debe agregar una silaba, y si termina en palabra esdrújula se le debe restar una silaba. Y por supuesto conocer del verso la rima, la coherencia y la originalidad.












