Por Julio Oñate Martínez
Ha sido una constante en los intérpretes del vallenato incorporar canciones populares de diferentes géneros musicales foráneos al repertorio que ellos promueven, pero con adaptaciones a nuestros ritmos tradicionales.
Quizás uno de los primeros en realizar esta suerte fue Colacho Mendoza, cuando a comienzos de la pasada década de los años sesenta grabó como paseo el pasaje llanero “Rosa Angelina” del venezolano Juan Vicente Torrealba y como merengue “Caminito Verde”, otro pasaje del también venezolano Juan Briceño.
La verdad es que aquello sonó bien y gustó pero bastante, al punto que hoy mucha gente piensa y afirma que estas piezas son de factura Colombiana.
Algo similar ocurrió con el merengue “Cabeza de Hacha”, que con las dos soberbias versiones de Noel Petro y Diomedes Diaz se ha llegado al convencimiento que fué compuesto por alguno de nuestros autores, cuando realmente es una milonga Argentina cuyo creador es Cristino Tapia y que originalmente fue grabada por Carlos Gardel y José Razzano en el año 1926.
Desde que fué grabado como un paseo por los hermanos Zuleta en 1993 el bolero “Espinita” del mexicano Nico Jiménez, esta página musical no ha dejado de sonar, al igual que otros temas cubanos y puertorriqueños que Poncho y el Cocha Molina junto a otros grupos han vertido a nuestros ritmos folclóricos.
En estos momentos escuchamos con insistencia el precioso bolero “Capullito de Alhelí” del borincano Rafael Hernández, en la versión vallenata que hicieron Emilianito Zuleta y su primo El Toba Zuleta para su reciente C.D. “Nuestra Esencia.
Esta canción la conozco desde niño pues fué compuesta a finales de los años treinta del siglo anterior cuando el maestro Hernández estaba residenciado en ciudad de México, lugar donde permaneció hasta 1953, año en que decide regresar a Puerto Rico.
Curiosamente el jamás había visto un capullito de alhelí, ya que esta flor al igual que el vocablo son de origen árabe y fué recogido en la península ibérica en los años de la dominación de los moros en el sur de España.
El compositor había tenido alguna referencia de ella a través de algún poema, le gustó la palabra, tenia buena fonética y le daba juego a la imaginación.
Indagando en los jardines orientales, sabemos que esta flor es de color blanco o verde pálido, muy perfumada, delicada y muy florecida en el medio oriente.
Quizás por eso en el ambiente caribeño de ciudades como Barranquilla o Cartagena es común zaherir a los afeminados llamándolos “flor de alhelí”.
El C.D. “Nuestra Esencia” de Emiliano y “El Toba” con “El Coco” de invitado es todo un capullo musical, que vale la pena disfrutarlo.












