Para muchos, hablar de ideologías es un tabú. Creen o hacen creer que estos conceptos intoxican las relaciones socioeconómicas de un país. Asumir posiciones ideológicas auténticas requiere un marco conceptual diferenciado, aunque algunos dicen compartir estos principios, lo hacen por la moda; estos elementos no son de fiar porque suelen tomar el bus que primero pasa, aunque no sepan hacia dónde vaya.
Existen muchos problemas: económicos, sociales, políticos, religiosos, pedagógicos, jurídicos, ambientales, militares, éticos, etc. Y no es lo mismo solucionarlos desde una mirada de derecha que de izquierda.
Algunos de los parámetros que identifican a la derecha son: nacionalismo, conservadurismo, autoridad, orden jerárquico, militarismo, seguridad, tradición, religión, inercia, exclusión, patria, misoginia y Estado teocrático. Además, la derecha cree que el concepto de Estado debe reducirse al aparato represivo y que las otras tareas las hagan los privados. La derecha es centrípeta y la dirección del Estado se hace entre pocos.
Por su parte, la izquierda se inserta en los siguientes conceptos: justicia social, solidaridad, diversidad, pluralismo, internacionalismo, Estado de bienestar, altruismo, cambio, secularismo, ambientalismo, inclusión, dialéctica, empoderamiento de la mujer y Estado laico. Además, la izquierda es centrífuga, intenta que el Estado crezca buscando mayor participación ciudadana; la democracia hay que callejearla (así decía el papa Francisco).
Con este pequeño test, usted puede ubicarse ideológicamente. Compartir una ideología determinada es un proceso de decantación que incluiría muchos elementos y años. Una persona es de derecha por herencia, inducción familiar, defensa de intereses, arribismo, dependencia económica, distorsión cognitiva, etc.
Por su lado, una persona es de izquierda cuando se centra en conceptos como curiosidad intelectual, altruismo, esnobismo, criticismo, búsqueda de soluciones alternativas, etc. Una vez imbuida de estos conceptos primarios, la persona tiene una mirada particular de ver y solucionar esos problemas.
Una ideología no es homogénea; algunas personas están allí con poco convencimiento, otros con más claridad y al final, otros muy convencidos que son los dirigentes de la fracción. Podrían clasificarse de baja, media y alta intensidad ideológica. En su conformación hacen un triángulo que tiene un centro ideológico equivalente al centro de masa o de gravedad de un triángulo físico ubicado en el corte de sus medianas. Los de baja intensidad de la derecha y los de la izquierda podrían lograr algunos acercamientos porque tienen las mismas necesidades, pero no es que entre ambas tendencias exista un centro. Este es el punto donde algunos quieren estar por ser cómodo, donde no hay compromisos. A estos les llaman tibios, yo los denomino amorfos.
Por: Luis Napoleón de Armas P.












