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Columnista - 2 junio, 2022

¡Chao Uribe! Petro, Watch out for the underdog!

El petrismo se afianzó en el discurso de odio y el ataque constante

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Estados Unidos con sus estrategias políticas se constituye en una forma de medición para todas las campañas políticas que buscan ansiosamente aquel acontecimiento que genere el momentum político que les permita que su candidato se suba y gane. Ello, en la época de Antanas se denominó la Ola Verde, pero como tristemente inició en el momento inadecuado le dio la oportunidad a Santos de cortarla y reversar los resultados. 

Hoy no parece ser el caso, y el ingeniero Hernández, el underdog o candidato que alcanza y tiene opciones de ganar, parece que mantendrá su racha si consideramos los porcentajes de las casas de apuestas internacionales y las encuestas que ya lo muestran como el gran favorito.

Una vez más el pueblo colombiano demostró su grandeza y su capacidad crítica. El que hayan sido Petro y Hernández quienes pasaron a segunda vuelta ratificó una verdad que hace rato se venía planteando, pero costaba reconocer dados los resultados de las elecciones de marzo: que un mayor porcentaje de los colombianos se reconoce a sí mismos como de centro; que la corrupción rebasó la capacidad de aguante de los colombianos.

Estos poco más de 20 años del uribismo, que dieron origen a la fortaleza de Petro consolidada en el Pacto Histórico como movimiento político, tienen agotados a los ciudadanos. Muchas veces se ha dicho, y de ello es el Partido Verde, hoy ratificado en la Coalición Centro Esperanza, el que más generó esa consciencia. Es una lástima que pese a reconocerlo como tal, Fajardo no fue el gallo para hacerlo posible en las urnas, y la coalición no pudo sostenerse.

En algunos foros en las redes pregunté que era más grande ¿el antiuribismo o el antipetrismo? José Luis Bustos respondió “el domingo lo sabremos.” Aunque él sigue pegado a la idea de que Petro ganará, yo no lo creo, y las primeras encuestas así lo pronostican. Las urnas ratificaron que el antiuribismo es una realidad, y al darle la espalda a ‘Fico’, el pueblo colombiano dijo NO MÁS. ‘Fico’ en el Cesar tuvo tan solo un 18% pese a que tuvo el apoyo de dos senadores, cuatro representantes y dos candidatos ahogados. Es evidente que sus votos fueron más de corazón que de compromiso puesto que hay una gran diferencia entre sus 80.791 votos y los más de 200.000 que obtuvieron los candidatos a Cámara o Senado que lo apoyaban. Tampoco es que le haya ido mal. 5.000.000 son un gran activo para dentro de 4 años, cuando tendrá 51 años, teniendo un presidente de 77 años, eso es muy, muy joven.

El petrismo se afianzó en el discurso de odio y el ataque constante. No habían consolidado resultados cuando las hordas habían iniciado la guerra. Un país que busca sanar sus heridas no puede seguir en los mismos errores, regurgitando ese discurso lesivo.

Ojalá y Fajardo que ya venía en conversaciones con el ingeniero, le agregue esa estructura y ese sólido programa que permitió que casi un millón de colombianos se mantuvieran pegados a esa esperanza que gracias a la agresión y el impacto continuado se desvaneció estrepitosamente. Que comprenda que nos debe eso a quienes lo defendimos a capa y espada en el pasado y nos garantice que añadirá el equilibrio y el sosiego que tanto el país como el ingeniero requieren.

Columnista
2 junio, 2022

¡Chao Uribe! Petro, Watch out for the underdog!

Feel the sand on your feet, not your wardrobe weight.
Cenaida Alvis Barranco

El petrismo se afianzó en el discurso de odio y el ataque constante


Estados Unidos con sus estrategias políticas se constituye en una forma de medición para todas las campañas políticas que buscan ansiosamente aquel acontecimiento que genere el momentum político que les permita que su candidato se suba y gane. Ello, en la época de Antanas se denominó la Ola Verde, pero como tristemente inició en el momento inadecuado le dio la oportunidad a Santos de cortarla y reversar los resultados. 

Hoy no parece ser el caso, y el ingeniero Hernández, el underdog o candidato que alcanza y tiene opciones de ganar, parece que mantendrá su racha si consideramos los porcentajes de las casas de apuestas internacionales y las encuestas que ya lo muestran como el gran favorito.

Una vez más el pueblo colombiano demostró su grandeza y su capacidad crítica. El que hayan sido Petro y Hernández quienes pasaron a segunda vuelta ratificó una verdad que hace rato se venía planteando, pero costaba reconocer dados los resultados de las elecciones de marzo: que un mayor porcentaje de los colombianos se reconoce a sí mismos como de centro; que la corrupción rebasó la capacidad de aguante de los colombianos.

Estos poco más de 20 años del uribismo, que dieron origen a la fortaleza de Petro consolidada en el Pacto Histórico como movimiento político, tienen agotados a los ciudadanos. Muchas veces se ha dicho, y de ello es el Partido Verde, hoy ratificado en la Coalición Centro Esperanza, el que más generó esa consciencia. Es una lástima que pese a reconocerlo como tal, Fajardo no fue el gallo para hacerlo posible en las urnas, y la coalición no pudo sostenerse.

En algunos foros en las redes pregunté que era más grande ¿el antiuribismo o el antipetrismo? José Luis Bustos respondió “el domingo lo sabremos.” Aunque él sigue pegado a la idea de que Petro ganará, yo no lo creo, y las primeras encuestas así lo pronostican. Las urnas ratificaron que el antiuribismo es una realidad, y al darle la espalda a ‘Fico’, el pueblo colombiano dijo NO MÁS. ‘Fico’ en el Cesar tuvo tan solo un 18% pese a que tuvo el apoyo de dos senadores, cuatro representantes y dos candidatos ahogados. Es evidente que sus votos fueron más de corazón que de compromiso puesto que hay una gran diferencia entre sus 80.791 votos y los más de 200.000 que obtuvieron los candidatos a Cámara o Senado que lo apoyaban. Tampoco es que le haya ido mal. 5.000.000 son un gran activo para dentro de 4 años, cuando tendrá 51 años, teniendo un presidente de 77 años, eso es muy, muy joven.

El petrismo se afianzó en el discurso de odio y el ataque constante. No habían consolidado resultados cuando las hordas habían iniciado la guerra. Un país que busca sanar sus heridas no puede seguir en los mismos errores, regurgitando ese discurso lesivo.

Ojalá y Fajardo que ya venía en conversaciones con el ingeniero, le agregue esa estructura y ese sólido programa que permitió que casi un millón de colombianos se mantuvieran pegados a esa esperanza que gracias a la agresión y el impacto continuado se desvaneció estrepitosamente. Que comprenda que nos debe eso a quienes lo defendimos a capa y espada en el pasado y nos garantice que añadirá el equilibrio y el sosiego que tanto el país como el ingeniero requieren.