La transición energética es un proceso imparable que implica el reemplazo de las fuentes fósiles por energías renovables como la fotovoltaica y la eólica, y a su vez el desarrollo de nuevas tecnologías como el hidrógeno, entre otros.
La transición energética es un proceso imparable que implica el reemplazo de las fuentes fósiles por energías renovables como la fotovoltaica y la eólica, y a su vez el desarrollo de nuevas tecnologías como el hidrógeno, entre otros.
En Colombia, el proceso de descarbonización, implica el abandono paulatino del uso del carbón por energías renovables, con el fin de ayudar a reducir las emisiones de CO2. Este proceso se venía adelantando de manera responsable con políticas públicas que mejoran el marco normativo, regulatorio y fiscal, a las inversiones en proyectos de energías alternativas, respetando el normal desarrollo del sector carbonífero.
El caso de La Guajira es el mejor ejemplo de transición energética justa. Mientras el Cerrejón enfocó sus recursos en un plan de reducción, mitigación y compensación de las emisiones, al mismo tiempo, el gobierno fomentaba la inversión extranjera y local en parques eólicos y granjas solares (US$1.800 millones), para reducir tres millones de toneladas de CO2, equivalente a la siembra de 6 millones de árboles.
No entiendo por qué se fracturó este proceso de transición armónica que se venía implementando entre el gobierno Nacional y el sector minero energético. En lugar de enfocarnos en acabar de tajo con el uso del carbón, deberíamos enfocarnos en cómo reducir las emisiones del carbón, usando Inteligencia Artificial (IA) y tecnología de la información. El gobierno debe entender que La Guajira, no es viable sin el carbón. Es la única fuente de generación de riqueza, progreso y empleos, que funciona bien en un departamento donde cada mes, la Procuraduría o la Contraloría, sancionan a un alcalde o al gobernador de turno.
El Cerrejón es para La Guajira, ese padrino bondadoso que todos queremos tener. Para citar algunas cifras, en el año 2022, pagó $1.5 billones en regalías; $2 billones por impuestos sobre la renta y $52.359 millones en impuestos a los municipios del área de influencia. El Cerrejón genera 12.138 empleos y realiza compras a empresas locales por más de $200 mil millones al año. En materia ambiental, las inversiones superaron los 395 mil millones de pesos. Sembraron más de 500 mil árboles y rehabilitaron más de 250 mil hectáreas. El 93% del agua que usan no es apta para el consumo humano, animal ni agrícola, el caudal del río ranchería se duplicó en promedio, a su paso por la mina, y han cumplido con el 100% de la normatividad en todas las estaciones de la calidad del aire.
Lo anterior, sin contar los acuerdos suscritos con las comunidades indígenas en el marco de la Sentencia T-704 de la Corte Constitucional. Son más de 130 mil millones de pesos invertidos en proyectos voluntarios y obligatorios. Este año, llevan más de 27 millones de litros de agua, entregados a las comunidades a través de una locomotora con dos vagones cisternas y cinco carrotanques.
Claramente, el Cerrejón es el mejor aliado del gobierno Nacional para la transición energética del país, y el único aliado serio con capacidad técnica y financiera, para la recuperación económica, social y ecológica, del departamento de La Guajira. Y para ello, no se requiere una declaratoria de emergencia, sino voluntad política.
Por: Indalecio Dangond.
La transición energética es un proceso imparable que implica el reemplazo de las fuentes fósiles por energías renovables como la fotovoltaica y la eólica, y a su vez el desarrollo de nuevas tecnologías como el hidrógeno, entre otros.
La transición energética es un proceso imparable que implica el reemplazo de las fuentes fósiles por energías renovables como la fotovoltaica y la eólica, y a su vez el desarrollo de nuevas tecnologías como el hidrógeno, entre otros.
En Colombia, el proceso de descarbonización, implica el abandono paulatino del uso del carbón por energías renovables, con el fin de ayudar a reducir las emisiones de CO2. Este proceso se venía adelantando de manera responsable con políticas públicas que mejoran el marco normativo, regulatorio y fiscal, a las inversiones en proyectos de energías alternativas, respetando el normal desarrollo del sector carbonífero.
El caso de La Guajira es el mejor ejemplo de transición energética justa. Mientras el Cerrejón enfocó sus recursos en un plan de reducción, mitigación y compensación de las emisiones, al mismo tiempo, el gobierno fomentaba la inversión extranjera y local en parques eólicos y granjas solares (US$1.800 millones), para reducir tres millones de toneladas de CO2, equivalente a la siembra de 6 millones de árboles.
No entiendo por qué se fracturó este proceso de transición armónica que se venía implementando entre el gobierno Nacional y el sector minero energético. En lugar de enfocarnos en acabar de tajo con el uso del carbón, deberíamos enfocarnos en cómo reducir las emisiones del carbón, usando Inteligencia Artificial (IA) y tecnología de la información. El gobierno debe entender que La Guajira, no es viable sin el carbón. Es la única fuente de generación de riqueza, progreso y empleos, que funciona bien en un departamento donde cada mes, la Procuraduría o la Contraloría, sancionan a un alcalde o al gobernador de turno.
El Cerrejón es para La Guajira, ese padrino bondadoso que todos queremos tener. Para citar algunas cifras, en el año 2022, pagó $1.5 billones en regalías; $2 billones por impuestos sobre la renta y $52.359 millones en impuestos a los municipios del área de influencia. El Cerrejón genera 12.138 empleos y realiza compras a empresas locales por más de $200 mil millones al año. En materia ambiental, las inversiones superaron los 395 mil millones de pesos. Sembraron más de 500 mil árboles y rehabilitaron más de 250 mil hectáreas. El 93% del agua que usan no es apta para el consumo humano, animal ni agrícola, el caudal del río ranchería se duplicó en promedio, a su paso por la mina, y han cumplido con el 100% de la normatividad en todas las estaciones de la calidad del aire.
Lo anterior, sin contar los acuerdos suscritos con las comunidades indígenas en el marco de la Sentencia T-704 de la Corte Constitucional. Son más de 130 mil millones de pesos invertidos en proyectos voluntarios y obligatorios. Este año, llevan más de 27 millones de litros de agua, entregados a las comunidades a través de una locomotora con dos vagones cisternas y cinco carrotanques.
Claramente, el Cerrejón es el mejor aliado del gobierno Nacional para la transición energética del país, y el único aliado serio con capacidad técnica y financiera, para la recuperación económica, social y ecológica, del departamento de La Guajira. Y para ello, no se requiere una declaratoria de emergencia, sino voluntad política.
Por: Indalecio Dangond.