La economía naranja (negocios derivados de la actividad cultural), como en otras partes del mundo, es la garantía de supervivencia para los centros históricos. El Festival de la Quinta promete incentivos para la cultura, gastronomía y empresarios de la capital del Cesar.
“El miedo a habitar, a caminar, a invertir se apodera del centro histórico”. Esta frase es del abogado y microempresario, Carlos César Silva, que junto a su hermano Guillermo Luis mantienen uno de los negocios más reconocidos, visitados y que brinda aportes a la cultura en el sector fundacional de Valledupar, Tlön.
Aunque tiene todo para generar dividendos, aportar cultura y deslumbrar a cualquier foráneo o propio, el centro histórico de Valledupar está plagado que construcciones obsoletas, contaminación visual y ambiental e inseguridad.
Antes de 2014 se hablaba de la falta de inversión por la ausencia del Plan Especial de Manejo y Protección de Valledupar (Pemp), firmado en noviembre de ese año por la entonces ministra de Cultura, que posteriormente lo convirtió en Ley de la República. De esa manera, seguido aparecía la fase de implementación por parte de la entidad territorial o nacional competente (en este caso la Alcaldía de Valledupar), pero solo hasta 2016 se generó el primer proyecto encaminado a la recuperación de las ocho manzanas fundacionales y las 20 incluidas en área de influencia del sector.
Como su nombre lo dice, allí yace la historia del viejo Valledupar como lo narró Rodolfo ‘El Veje’ Bolaño en su canto ‘Viejo Valledupar’. Fue en dicho sector donde Gilberto Alejandro Durán Díaz se coronó primer rey del Festival Vallenato y así como él otros 35. También se originó la leyenda del Santo Ecce Homo al interior de la parroquia Nuestra Señora de la Concepción de Valledupar: leyendas, vivencias y hasta anécdotas, son las Innumerables opciones del Centro Histórico, que hoy no son utilizadas para mantener viva la memoria y mucho menos adquirir recursos para el municipio, como sí lo hacen Cartagena, Santa Marta, Popayán, Mompox, Bogotá y el departamento del Quindío.
Un estudio de la Oficina Asesora de Planeación Municipal evidenció lo ya conocido; edificaciones abandonadas y en situación de riesgo, con tejas de barro y las vigas de sostenimiento a punto de caerse. Además, árboles crecen al interior de las viviendas sin ningún control. Las paredes, luminarias, pisos y todo el arte colonial, construido hace más de 400 años, permanecen en estado crítico.
La economía naranja, como en otras partes del mundo, es la garantía de supervivencia para el Centro Histórico de la capital del Cesar. La denominan así porque es el conjunto de actividades que de manera encadenada permiten que las ideas se transformen en bienes y servicios culturales, cuyo valor está determinado por su contenido de propiedad intelectual. Entre las actividades económicas de estos sectores encontramos la arquitectura, las artes visuales y escénicas, artesanías, pasando por el cine, el diseño editorial, y hasta se alcanza a cubrir el cine, la música, la moda y los juguetes.
“El centro histórico de Valledupar se ha convertido en un epicentro de la cultura y la economía naranja, diferentes establecimientos comerciales y culturales están dándole vida a esta zona de la cuidad y están promoviendo las diferentes manifestaciones artísticas de los vallenatos”, relata Carlos César Silva.
La Fundación Aviva hizo una investigación con la que detectó que las 66 casas del centro histórico están a punto de colapsar, como es el caso de las ubicadas en la calle 14 con carrera 5, a pesar que desde el 2000 este lugar fue declarado Bien de interés Cultural del Ámbito Nacional. En Colombia, solo 46 centros históricos tienen ese reconocimiento.
En Colombia la ‘economía naranja’ genera inmensos dividendos. Por ejemplo, el Banco Interamericano de Desarrollo estableció para 2012 que este sector de la economía hizo un aporte de 3.3 % al Producto Interno Bruto del país. Adicionalmente, la generación de empleo estuvo cercana a 5.8 %. En Valledupar estas cifras no son claras, teniendo como base que la administración municipal no tiene censo de turistas que visitan la ciudad ni en qué gastan.
Los únicos estudios sobre gasto, inversión y supuesta ganancia por el tema turístico son hechos por la Cámara de Comercio, en el marco del Festival Vallenato, que en 2017 movió cerca de $300.000 millones y según la Cámara, la ciudad recibió aproximadamente 148.330 visitantes, de eso 104.100 ingresaron en carro particular, 37.054 en buses intermunicipales y 7.176 llegaron por avión. Casi la mitad de personas, el 49 %, arribó de la región Caribe; un 28 % del centro del país, en particular de Bogotá y los santanderes; un 9 % proviene del exterior y un 7 % del Eje Cafetero. En el informe presentado por la Cámara de Comercio de Valledupar reflejó además que el 70 % de los turistas se hospedó en casa de familiares o amigos, mientras que el 30 % pagó por su estadía haciendo uso de hoteles (17 %), casas o apartamentos alquilados (10 %) y hostales (2 %).
Esta es la única herramienta oficial para las autoridades de esta ciudad en materia de turismo, con datos y cifras concretas.
El Festival de la Quinta es una actividad que promete darle colorido, alegría, música y convocar un gran número de personas al centro histórico. Se trata de una actividad ideada por Cristina Zapata, Clara Molina y Yaser Orozco, propietarios del Hotel Boutique Casa de los Santos Reyes, restaurante La Espinita y Palenke, respectivamente.
El evento se desarrollará en la carrera 5, entre calles 14 y 13C, el próximo 26 de agosto. Promete integrar empresarios, en 20 stands, de las líneas textil, calzado, accesorios, gastronomía, arte, diseño y artesanos. No tiene costo para el público y tampoco a los expositores. En total siete bandas musicales amenizarán desde las 4:00 de la tarde hasta las 12:00 de la noche, hora en que termina el evento.
“En Valledupar tenemos 100 hoteles, aproximadamente 5.200 camas disponibles, estamos hablando que unos 2.000 turistas podríamos mostrarles nuestra oferta cultural, histórica y empresarial que queremos mostrar. Creemos que el éxito del evento está asegurado”, destacó Cristina Zapata.
Indicó que la Gobernación del Cesar y otras empresas privadas se vincularon a la iniciativa que busca apoyar la reactivación de este sector.
“Creo que debe reactivarse el centro histórico y hacer más actividades, así como eventos de ciudad. Necesitamos más promoción y apoyar eventos como este, que si bien es un solo día hay buenos empresarios con grandes ideas y que quieren hacer otro tipo de actividades. Al comercio darle más visibilidad. Entre todos podemos hacer que la ciudad tenga otra dinámica en el tema turístico”, advirtió Zapata.
La empresaria comunicó que solamente el montaje del Festival de la Quinta tiene un valor de $130 millones, sin sumar músicos y otros gastos. Recalcó además que en la zona gastronómica contra con 10 stands de comida, de esos, el 50 % de la oferta será típica de la región.
“El centro histórico es el epicentro de nuestra historia y el objetivo es que se convierta en el epicentro de la economía alrededor de la cultura y el turismo. Ya se han dado unos pasos, pero falta mucho”, así destaca Carlos César Silva la oferta del centro histórico de esta capital.
Adela Becerra, coordinadora de Turismo de Valledupar, explicó que una de las iniciativas del alcalde Augusto Ramírez Uhía es recuperar el sector fundacional de la ciudad.
“Estamos coordinando junto a los asesores de patrimonio del municipio, además del asesor de Cultura del municipio, trabajar todo de la mano para mirar cómo lo vamos a hacer. Son actividades que ayudarán a empresarios y el sector de bares y restaurantes. Queremos que se dinamice la economía en el centro histórico”, destacó Becerra.
La funcionaria explicó que hay ocho manzanas llenas de historias, pero hace falta que propietarios de las residencias abandonadas entren a intervenirlas porque están generando inseguridad e indigencia.
“Lo que nos hace falta que los mismos vallenatos puedan mirar cómo restaurarlas, porque de los centros históricos en Colombia el de Valledupar es uno de los que se mantiene. Realmente se ha visto una dinámica de habitantes, vecinos y propietarios de bares, que quieren ver los callejones y edificaciones bonitas”, recalcó Adela Becerra.
Cabe destacar que la Oficina de Turismo de Valledupar no cuenta con recursos propios para la ejecución de proyectos, es una estrategia de desarrollo y emprendimiento local sin reconocimiento formal por el Concejo Municipal, algo que le resta a las proyecciones turísticas en la ciudad.
La Fundación Aviva, en cabeza de Pedro Durán, comenzó a trabajar en la parte de patrimonio del Municipio de Valledupar. Ellos iniciaron, solo hasta este año, la implementación del Plan Especial de Manejo y Protección que aprobó el Ministerio de Cultura en 2014.
“La última intervención al centro histórico fue en 1993 con la alcaldía de Rodolfo Campo, posteriormente se hicieron otras pero realmente no fueron las más apropiadas. En 2012 se contrata el Pemp, aprobado en 2014, desde entonces no se había hecho nada, solo hasta la fecha que estamos implementándolo”, señaló Durán, que explicó que son siete años los establecidos por el Ministerio para darle viabilidad y proyección al Pemp.
Una de las líneas implementadas fue el proyecto de embellecimiento, que a la fecha ha intervenido 43 casas y faltan otras 37, pero un tema presupuestal mantiene frenada la operación.
También trabajaron en un estudio de contaminación visual, lumínica, ambiental y sonora, el cual arrojó que hay centro histórico contaminado visualmente en un 85 %.
“Ese proceso de estudio de contaminación nos llevó a que nosotros debíamos generar una estrategia para disminuir un poco esos niveles y esa estrategia fue el tema de lucimiento de fachadas, que también está en las recomendaciones del Pemp. Son 80 inmuebles y solo una muestra del proyecto”, manifestó Pedro Durán.
Reafirmó que la dinámica económica del centro histórico está afectada por el temor del público, que tiene como adversidades la seguridad, parqueaderos y estado de los inmuebles.
Dijo que uno de las iniciativas nuevas para este sitio es la remodelación de la plaza Alfonso López, así como también reestructurar el diseño para la fachada del Concejo de Valledupar.
1. Palenke: aparte de promover la cultura, Palenke del Caribe, es un bar que le brinda espacios a los músicos locales y de otras ciudades de géneros alternativos, como champeta, salsa, son cubano, merengue, rock, pop. También impulsa la pintura y el intercambio de idiomas; es un lugar muy frecuentado por extranjeros.
2. Tlön: es un bar cultural que brinda un espacio plural. Su programación incluye música en vivo de artistas locales y foráneos que incursionan en los géneros vallenato, salsa, merengue, son cubano, rock, champeta y reguetón. También hace lanzamientos de libros, recitales poéticos, conversatorios, presentaciones teatrales y exposiciones fotográficas.
3. Maderos Teatro: teatro independiente que está ofreciéndole a Valledupar una agenda diferente a la ciudad en materia de entretenimiento. Se presentan obras con artistas locales y foráneos. Además, funciona como residencia artística.
4. Café Plaza Mayor: es un restaurante bar que está ubicado al frente de la plaza Alfonso López, ofreciendo un ambiente tranquilo y propio de la cultura vallenata.
5. Otros restaurantes: La Parrilla, La Espinita, Tienda Copai Chipuco y La Carmela, que ofrecen platos variados.
6. Hoteles y hostales: Provincia, Calle Grande, Casa de los Santos Reyes, entre otros.
1. Más seguridad: la cercanía con la carrera cuarta y la poca presencia de la Policía hace que la zona (sobre todo en horas de la noche) sea muy peligrosa.
2. Promover mayor inversión privada en el sector: que vengan más bares, restaurantes, hoteles, entre otros.
3. Peatonalizar algunas calles, especialmente en las horas de la noche, eso generaría más visitable la zona y embellecería el sector.
4. Iluminar los sectores que hoy están a oscuras.
5. Terminar el proyecto de embellecimiento de las fachadas de las casas.
6. Darle vida a la plaza Alfonso López, hacer más eventos allí, lograr que siempre llegue gente durante el día y parte de la noche, pero eso abriendo espacios de interés.
7. Construir todo lo cultural: un museo, un teatro, una biblioteca, entre otros.
8. Organizar una agenda cultural con eventos semanales y mensuales que tengan como epicentro el centro histórico.
9. Cristalizar la iniciativa de hacer recorridos con guías, que expliquen cuáles son las historias, anécdotas y hechos curiosos que hayan ocurrido en este sector.
Los Planes Especiales de Manejo y Protección (Pemp), instrumentos de planeación que sirven, entre otras cosas, para proteger a los edificios que son Bienes de Interés Cultural de la Nación (BIC).
Lo más reciente sobre este sector de la ciudad fue la investigación de la Fundación Aviva, que detectó que las 66 casas del Centro Histórico están a punto de colapsar, como es el caso de las ubicadas en la calle 14 con carrera 5.
A nivel país, Colombia tiene 46 centros históricos declarados. El de Valledupar fue aprobado en noviembre de 2014.
Cabe destacar que la Oficina de Turismo de Valledupar no cuenta con recursos propios para la ejecución de proyectos, es una estrategia de desarrollo y emprendimiento local sin reconocimiento formal por el Concejo Municipal.
“El centro histórico es el epicentro de nuestra historia y el objetivo es que se convierta en el epicentro de la economía alrededor de la cultura y el turismo. Ya se han dado unos pasos, pero falta mucho”: Carlos César Silva.
Por Carlos Mario Jiménez
[email protected]
La economía naranja (negocios derivados de la actividad cultural), como en otras partes del mundo, es la garantía de supervivencia para los centros históricos. El Festival de la Quinta promete incentivos para la cultura, gastronomía y empresarios de la capital del Cesar.
“El miedo a habitar, a caminar, a invertir se apodera del centro histórico”. Esta frase es del abogado y microempresario, Carlos César Silva, que junto a su hermano Guillermo Luis mantienen uno de los negocios más reconocidos, visitados y que brinda aportes a la cultura en el sector fundacional de Valledupar, Tlön.
Aunque tiene todo para generar dividendos, aportar cultura y deslumbrar a cualquier foráneo o propio, el centro histórico de Valledupar está plagado que construcciones obsoletas, contaminación visual y ambiental e inseguridad.
Antes de 2014 se hablaba de la falta de inversión por la ausencia del Plan Especial de Manejo y Protección de Valledupar (Pemp), firmado en noviembre de ese año por la entonces ministra de Cultura, que posteriormente lo convirtió en Ley de la República. De esa manera, seguido aparecía la fase de implementación por parte de la entidad territorial o nacional competente (en este caso la Alcaldía de Valledupar), pero solo hasta 2016 se generó el primer proyecto encaminado a la recuperación de las ocho manzanas fundacionales y las 20 incluidas en área de influencia del sector.
Como su nombre lo dice, allí yace la historia del viejo Valledupar como lo narró Rodolfo ‘El Veje’ Bolaño en su canto ‘Viejo Valledupar’. Fue en dicho sector donde Gilberto Alejandro Durán Díaz se coronó primer rey del Festival Vallenato y así como él otros 35. También se originó la leyenda del Santo Ecce Homo al interior de la parroquia Nuestra Señora de la Concepción de Valledupar: leyendas, vivencias y hasta anécdotas, son las Innumerables opciones del Centro Histórico, que hoy no son utilizadas para mantener viva la memoria y mucho menos adquirir recursos para el municipio, como sí lo hacen Cartagena, Santa Marta, Popayán, Mompox, Bogotá y el departamento del Quindío.
Un estudio de la Oficina Asesora de Planeación Municipal evidenció lo ya conocido; edificaciones abandonadas y en situación de riesgo, con tejas de barro y las vigas de sostenimiento a punto de caerse. Además, árboles crecen al interior de las viviendas sin ningún control. Las paredes, luminarias, pisos y todo el arte colonial, construido hace más de 400 años, permanecen en estado crítico.
La economía naranja, como en otras partes del mundo, es la garantía de supervivencia para el Centro Histórico de la capital del Cesar. La denominan así porque es el conjunto de actividades que de manera encadenada permiten que las ideas se transformen en bienes y servicios culturales, cuyo valor está determinado por su contenido de propiedad intelectual. Entre las actividades económicas de estos sectores encontramos la arquitectura, las artes visuales y escénicas, artesanías, pasando por el cine, el diseño editorial, y hasta se alcanza a cubrir el cine, la música, la moda y los juguetes.
“El centro histórico de Valledupar se ha convertido en un epicentro de la cultura y la economía naranja, diferentes establecimientos comerciales y culturales están dándole vida a esta zona de la cuidad y están promoviendo las diferentes manifestaciones artísticas de los vallenatos”, relata Carlos César Silva.
La Fundación Aviva hizo una investigación con la que detectó que las 66 casas del centro histórico están a punto de colapsar, como es el caso de las ubicadas en la calle 14 con carrera 5, a pesar que desde el 2000 este lugar fue declarado Bien de interés Cultural del Ámbito Nacional. En Colombia, solo 46 centros históricos tienen ese reconocimiento.
En Colombia la ‘economía naranja’ genera inmensos dividendos. Por ejemplo, el Banco Interamericano de Desarrollo estableció para 2012 que este sector de la economía hizo un aporte de 3.3 % al Producto Interno Bruto del país. Adicionalmente, la generación de empleo estuvo cercana a 5.8 %. En Valledupar estas cifras no son claras, teniendo como base que la administración municipal no tiene censo de turistas que visitan la ciudad ni en qué gastan.
Los únicos estudios sobre gasto, inversión y supuesta ganancia por el tema turístico son hechos por la Cámara de Comercio, en el marco del Festival Vallenato, que en 2017 movió cerca de $300.000 millones y según la Cámara, la ciudad recibió aproximadamente 148.330 visitantes, de eso 104.100 ingresaron en carro particular, 37.054 en buses intermunicipales y 7.176 llegaron por avión. Casi la mitad de personas, el 49 %, arribó de la región Caribe; un 28 % del centro del país, en particular de Bogotá y los santanderes; un 9 % proviene del exterior y un 7 % del Eje Cafetero. En el informe presentado por la Cámara de Comercio de Valledupar reflejó además que el 70 % de los turistas se hospedó en casa de familiares o amigos, mientras que el 30 % pagó por su estadía haciendo uso de hoteles (17 %), casas o apartamentos alquilados (10 %) y hostales (2 %).
Esta es la única herramienta oficial para las autoridades de esta ciudad en materia de turismo, con datos y cifras concretas.
El Festival de la Quinta es una actividad que promete darle colorido, alegría, música y convocar un gran número de personas al centro histórico. Se trata de una actividad ideada por Cristina Zapata, Clara Molina y Yaser Orozco, propietarios del Hotel Boutique Casa de los Santos Reyes, restaurante La Espinita y Palenke, respectivamente.
El evento se desarrollará en la carrera 5, entre calles 14 y 13C, el próximo 26 de agosto. Promete integrar empresarios, en 20 stands, de las líneas textil, calzado, accesorios, gastronomía, arte, diseño y artesanos. No tiene costo para el público y tampoco a los expositores. En total siete bandas musicales amenizarán desde las 4:00 de la tarde hasta las 12:00 de la noche, hora en que termina el evento.
“En Valledupar tenemos 100 hoteles, aproximadamente 5.200 camas disponibles, estamos hablando que unos 2.000 turistas podríamos mostrarles nuestra oferta cultural, histórica y empresarial que queremos mostrar. Creemos que el éxito del evento está asegurado”, destacó Cristina Zapata.
Indicó que la Gobernación del Cesar y otras empresas privadas se vincularon a la iniciativa que busca apoyar la reactivación de este sector.
“Creo que debe reactivarse el centro histórico y hacer más actividades, así como eventos de ciudad. Necesitamos más promoción y apoyar eventos como este, que si bien es un solo día hay buenos empresarios con grandes ideas y que quieren hacer otro tipo de actividades. Al comercio darle más visibilidad. Entre todos podemos hacer que la ciudad tenga otra dinámica en el tema turístico”, advirtió Zapata.
La empresaria comunicó que solamente el montaje del Festival de la Quinta tiene un valor de $130 millones, sin sumar músicos y otros gastos. Recalcó además que en la zona gastronómica contra con 10 stands de comida, de esos, el 50 % de la oferta será típica de la región.
“El centro histórico es el epicentro de nuestra historia y el objetivo es que se convierta en el epicentro de la economía alrededor de la cultura y el turismo. Ya se han dado unos pasos, pero falta mucho”, así destaca Carlos César Silva la oferta del centro histórico de esta capital.
Adela Becerra, coordinadora de Turismo de Valledupar, explicó que una de las iniciativas del alcalde Augusto Ramírez Uhía es recuperar el sector fundacional de la ciudad.
“Estamos coordinando junto a los asesores de patrimonio del municipio, además del asesor de Cultura del municipio, trabajar todo de la mano para mirar cómo lo vamos a hacer. Son actividades que ayudarán a empresarios y el sector de bares y restaurantes. Queremos que se dinamice la economía en el centro histórico”, destacó Becerra.
La funcionaria explicó que hay ocho manzanas llenas de historias, pero hace falta que propietarios de las residencias abandonadas entren a intervenirlas porque están generando inseguridad e indigencia.
“Lo que nos hace falta que los mismos vallenatos puedan mirar cómo restaurarlas, porque de los centros históricos en Colombia el de Valledupar es uno de los que se mantiene. Realmente se ha visto una dinámica de habitantes, vecinos y propietarios de bares, que quieren ver los callejones y edificaciones bonitas”, recalcó Adela Becerra.
Cabe destacar que la Oficina de Turismo de Valledupar no cuenta con recursos propios para la ejecución de proyectos, es una estrategia de desarrollo y emprendimiento local sin reconocimiento formal por el Concejo Municipal, algo que le resta a las proyecciones turísticas en la ciudad.
La Fundación Aviva, en cabeza de Pedro Durán, comenzó a trabajar en la parte de patrimonio del Municipio de Valledupar. Ellos iniciaron, solo hasta este año, la implementación del Plan Especial de Manejo y Protección que aprobó el Ministerio de Cultura en 2014.
“La última intervención al centro histórico fue en 1993 con la alcaldía de Rodolfo Campo, posteriormente se hicieron otras pero realmente no fueron las más apropiadas. En 2012 se contrata el Pemp, aprobado en 2014, desde entonces no se había hecho nada, solo hasta la fecha que estamos implementándolo”, señaló Durán, que explicó que son siete años los establecidos por el Ministerio para darle viabilidad y proyección al Pemp.
Una de las líneas implementadas fue el proyecto de embellecimiento, que a la fecha ha intervenido 43 casas y faltan otras 37, pero un tema presupuestal mantiene frenada la operación.
También trabajaron en un estudio de contaminación visual, lumínica, ambiental y sonora, el cual arrojó que hay centro histórico contaminado visualmente en un 85 %.
“Ese proceso de estudio de contaminación nos llevó a que nosotros debíamos generar una estrategia para disminuir un poco esos niveles y esa estrategia fue el tema de lucimiento de fachadas, que también está en las recomendaciones del Pemp. Son 80 inmuebles y solo una muestra del proyecto”, manifestó Pedro Durán.
Reafirmó que la dinámica económica del centro histórico está afectada por el temor del público, que tiene como adversidades la seguridad, parqueaderos y estado de los inmuebles.
Dijo que uno de las iniciativas nuevas para este sitio es la remodelación de la plaza Alfonso López, así como también reestructurar el diseño para la fachada del Concejo de Valledupar.
1. Palenke: aparte de promover la cultura, Palenke del Caribe, es un bar que le brinda espacios a los músicos locales y de otras ciudades de géneros alternativos, como champeta, salsa, son cubano, merengue, rock, pop. También impulsa la pintura y el intercambio de idiomas; es un lugar muy frecuentado por extranjeros.
2. Tlön: es un bar cultural que brinda un espacio plural. Su programación incluye música en vivo de artistas locales y foráneos que incursionan en los géneros vallenato, salsa, merengue, son cubano, rock, champeta y reguetón. También hace lanzamientos de libros, recitales poéticos, conversatorios, presentaciones teatrales y exposiciones fotográficas.
3. Maderos Teatro: teatro independiente que está ofreciéndole a Valledupar una agenda diferente a la ciudad en materia de entretenimiento. Se presentan obras con artistas locales y foráneos. Además, funciona como residencia artística.
4. Café Plaza Mayor: es un restaurante bar que está ubicado al frente de la plaza Alfonso López, ofreciendo un ambiente tranquilo y propio de la cultura vallenata.
5. Otros restaurantes: La Parrilla, La Espinita, Tienda Copai Chipuco y La Carmela, que ofrecen platos variados.
6. Hoteles y hostales: Provincia, Calle Grande, Casa de los Santos Reyes, entre otros.
1. Más seguridad: la cercanía con la carrera cuarta y la poca presencia de la Policía hace que la zona (sobre todo en horas de la noche) sea muy peligrosa.
2. Promover mayor inversión privada en el sector: que vengan más bares, restaurantes, hoteles, entre otros.
3. Peatonalizar algunas calles, especialmente en las horas de la noche, eso generaría más visitable la zona y embellecería el sector.
4. Iluminar los sectores que hoy están a oscuras.
5. Terminar el proyecto de embellecimiento de las fachadas de las casas.
6. Darle vida a la plaza Alfonso López, hacer más eventos allí, lograr que siempre llegue gente durante el día y parte de la noche, pero eso abriendo espacios de interés.
7. Construir todo lo cultural: un museo, un teatro, una biblioteca, entre otros.
8. Organizar una agenda cultural con eventos semanales y mensuales que tengan como epicentro el centro histórico.
9. Cristalizar la iniciativa de hacer recorridos con guías, que expliquen cuáles son las historias, anécdotas y hechos curiosos que hayan ocurrido en este sector.
Los Planes Especiales de Manejo y Protección (Pemp), instrumentos de planeación que sirven, entre otras cosas, para proteger a los edificios que son Bienes de Interés Cultural de la Nación (BIC).
Lo más reciente sobre este sector de la ciudad fue la investigación de la Fundación Aviva, que detectó que las 66 casas del Centro Histórico están a punto de colapsar, como es el caso de las ubicadas en la calle 14 con carrera 5.
A nivel país, Colombia tiene 46 centros históricos declarados. El de Valledupar fue aprobado en noviembre de 2014.
Cabe destacar que la Oficina de Turismo de Valledupar no cuenta con recursos propios para la ejecución de proyectos, es una estrategia de desarrollo y emprendimiento local sin reconocimiento formal por el Concejo Municipal.
“El centro histórico es el epicentro de nuestra historia y el objetivo es que se convierta en el epicentro de la economía alrededor de la cultura y el turismo. Ya se han dado unos pasos, pero falta mucho”: Carlos César Silva.
Por Carlos Mario Jiménez
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